sábado, 13 de octubre de 2018

Predator


No sé cuántas entregas llevamos del cazador espacial, pero hace mucho que son demasiadas. Uno de los personajes principales de ésta anuncia en su primera aparición: “Recordad: son grandes, son rápidos y su idea del turismo es jodernos vivos”. Parece la definición de gran parte de los films de Hollywood actuales.


Por descontado, hay unos militares híper-ventilados que se topan con el depredador en una misión selvática, encubierta y nocturna. Por descontado, el testigo superviviente le sobra a las altas instancias, las que sean. Por descontado, la chavala es la científica convocada al laboratorio ultra-secreto. Por descontado, el niño con asperger o autismo (que van alternando el diagnostico sin sonrojo) es un genio con la tecnología alienígena. Por descontado, hay un grupo reclutado sobre la marcha, de excéntricos basiquitos pero leales, que va a dejarse el pellejo frente al bicho. Por descontado, la esposa divorciada del protagonista le considera un gran soldado… 


En fin, que si descontamos estos lugares comunes no queda nada. Un circo de confusión en el que no se sabe a qué organismos pertenece cada cual, cómo llegan a los sucesivos escenarios en cada momento, quiénes aparecen allí y por qué, cómo se manejan narrativamente y con qué objetivos (taquilla aparte) los personajes, los gadgets, los espacios y los tiempos, qué sentido tiene el comportamiento del depredador, qué coño hacen en la película los perros del espacio...

Resumiendo: Cada vez mejor. Porque harán otra, como poco. La consigna es jodernos vivos.



2 comentarios:

  1. Sin sombra de ironía o mala leche: ¿Por qué las ves?

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    1. Ésta en concreto porque en ese momento no había otra opción, aunque según cómo las veas te puedes descojonar al límite. Es la única forma de ver estas cosas, de hecho.

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