miércoles, 30 de diciembre de 2009

coña de penúltima hora


No es nueva, pero tampoco el año que termina lo es. Se trata de otro ejercicio de variantes cinematográficas sobre un mismo argumento, basado en estilos de cineastas y cinematografías fácilmente reconocibles. Anda suleto por la red desde hace años y en cada blog o web el número de versiones varía. Pero, curiosamente, las variantes españolas del argumento se ciñen siempre a Almodóvar y Ozores ¿Aviso para navegantes? A estas alturas podrían cocinarse versiones con Alex de la Iglesia, Amenábar y Coixet, como poco. Quedáis invitados (y Feliz Año Nuevo)


Ahí va:


Idea “original”
Una viuda está a punto de morir. Su mayor deseo es que su hijo se case y le dé un nieto. El joven es gay, pero su madre no lo sabe. Decide darle una alegría y habla con una amiga para que se haga pasar por su novia. La madre muere feliz y contenta. El hijo se acaba enamorando de la chica y se casa con ella.


Versión iraní
Una viuda está a punto de morir. Pasan quince minutos. Su mayor deseo es que su hijo se case y le dé un nieto. Pasan quince minutos. El joven es gay, pasan quince minutos, pero su madre no lo sabe, pasan otros quince. Decide darle una alegría y habla con una amiga para que se haga pasar por su novia, pasan diez minutos. Llega a la casa con ella. Hola, dice, soy tu hijo. Pasan diez minutos mirándose. Está será mi esposa. Pasan diez minutos mirándose. La madre muere feliz en un plano sostenido de quince minutos. Títulos de crédito (despacio).


Versión La matanza de Texas
Una viuda está a punto de morir. Su mayor deseo es que su hijo se case y le dé un nieto. El joven sólo la aguantaba por su dinero. Decide matarla y lo hace con una motosierra. Luego se refugia en una cabaña en el bosque y mata a cinco o seis chicas ligeras de ropa.


Versión David Lynch
Una viuda está a punto de morir. Una cerilla arde. Un hombre tuerto llega. Un gigante dice cosas extrañas. La viuda come pastel y bebe café. Un fogonazo de luz. Llega un circo a la ciudad. Un apagón. La viuda sentada al piano, llorando. Se ve un pájaro. El hombre tuerto toma café en el salón de la viuda. El piano aparece en el río, envuelto en plástico, y con una letra debajo de una tecla. Llega un agente del F.B.I. El payaso del circo aparece asesinado, asfixiado con su propia peluca. El agente del FBI se enamora de una profesora del colegio. Desaparece el microondas de la cafetería. El gigante toma pastel con la maestra. La viuda desaparece. Desaparece el café. Aparece la viuda, que ha perdido la memoria. La maestra tiene una visión, donde una ficha de dominó dice "Los microondas no son lo que parecen". Cannes le da la Palma de Oro.


Versión Walt Disney
Una viuda esta a punto de morir. Cantan una canción. Su mayor deseo es que su hijo se case y le de un nieto. Cantan una canción. El joven no es gay. Cantan una canción. El médico y la enfermera de la madre son bajitos, regordetes y muy simpáticos. El hijo se enamora de una paciente del hospital joven, guapa y rebelde (pero no demasiado rebelde). Elipsis de nueve meses y un día (sí, concretamente ese día). La madre se cura cuando le ponen al nieto en los brazos. Cantan una canción.


Versión 'Cinema Verite'
Una viuda muy pobre muy pobre está a punto de morir. No tienen dinero para medicinas, y su hijo no tiene más remedio que prostituirse para conseguirlo.Conoce a un mecenas rico y empieza a llegar el dinero para las medicinas.La madre sospecha algo, y piensa 'Antes muerta que con un hijo maricón'.Ella dice que ya está bien y deja de tomar las medicinas. Se muere y el hijo abandona al mecenas. "Sólo me querías por mi dinero" dice, antes de quitarse la vida.En la última escena se ve la lluvia y al hijo, andando por la calle, con una maleta vieja atada con un cordel. FINE.


Versión Hitchcock
Una viuda está a punto de morir (asesinada). Su mayor deseo es que su hijo se case y le dé un nieto. El joven, que puede que sea gay o no, pasa el tiempo libre matando a compañeros de facultad con un amigo y metiéndolos en un arcón. Al descubrir la trama que se oculta tras el intento de asesinato de su madre, le echa la culpa al lechero de la esquina (que resulta ser Cary Grant) y mientras este huye de la policía, le da tiempo a descubrir todo el pastel y conseguir a una rubia, que ya ha superado sus instintos suicidas tras cortar con James Stewart. Cuando termina la película descubres que no te quedan uñas y tienes la sensación de que aunque todo pareciera tópico, acabas de ver una obra maestra.


Versión Un Tranvía llamado Deseo
Una viuda sureña está a punto de morir. Su mayor deseo es cepillarse a su hijo. El joven es gay y está enamorado del aparcero de la finca, aunque su madre no lo sabe. El aparcero es del Ku Klux Klan y se dedica a quemar a negros en sus ratos libres. En un descuido con la gasolina, quema al muchacho. La madre se entera de todo y se enamora del aparcero. Se casan y son muy desgraciados.


Versión Almodóvar
Una viuda está a punto de morir. Su mayor deseo es que su hijo se case y le dé un nieto. El joven es gay, pero su madre no lo sabe. Quiere darle una alegría y habla con un amigo para que se vista de mujer y se haga pasar por su novia. La madre sospecha algo (el amigo se olvidó afeitarse el bigote) y decide seguirles. Para pasar desapercibida, simula su muerte, se hace pasar por travestí y participa en un espectáculo de transformista. Se convierte en la reina de la noche imitando a Betty Misiego e inicia giras por España y Japón. En Yokohama se enamora de un industrial japonés que resulta ser quien introdujo (y nunca mejor dicho) a su hijo en el mundo de la homosexualidad. Despechada, mata al industrial, aunque lo hace de tal forma que parece que se ha hecho el harakiri, y vuelve a España tras haberse hecho la estética. Allí se entera de que su hijo ha abierto un club y pide trabajo. El muchacho la contrata, sin sospechar nada, ya que piensa que un travestí japonés dará clase al espectáculo. Tras un mes de éxito y en medio de una canción de Marisol, la madre lo confiesa todo. El amigo del bigote mata al hijo y se casa con la madre.


Versión Destape
Una viuda está a punto de morir. Su mayor deseo es que su hijo se case y le dé un nieto. El joven es gay, la madre lo sospecha y contrata a Ozores para que haga de psicólogo. Tras enseñarle a varias chicas en ropa interior, el hijo decide probar y se lía con la mujer de Ozores. Ozores se lía con la madre del muchacho. Se casan las dos parejas.

domingo, 27 de diciembre de 2009

martes, 22 de diciembre de 2009

Cine español versus cine de Hollywood (4)


Bardem en Hollywood, dibujado por Lois



Bardem en España, dibujado por Marañón

viernes, 18 de diciembre de 2009

Películas atrasadas, capítulo 2: "Talento americano"


La duda
Maryl Streep es un fenómeno único en Hollywood, donde si eres actriz y has cumplido los cuarenta estás cinematográficamente muerta, salvo descomunal talento. Pero hasta la Sarandon y Sigourney –que lo tienen- han terminado por languidecer, mientras la baronesa que tuvo una granja en África sigue encabezando y encadenando carteles en películas de calidad y taquilla. Puede hacer de madre cantarina, de super-editora, de monja cabrona… y ganar de calle a todo el reparto de la película, convertir a su personaje en el personaje del film. Para muestra, La duda. Ella y nada más.

Gran Torino
Clint Estwood es uno de esos americanos raros santificado simultáneamente por la crítica y el público europeos. Aunque a veces las hace malas y tampoco pasa nada por decirlo. Que sea consecuente con sus historias y renuncie al happy end cuando la película lo pide no le hace más grande. Y si así se considera, es que el patio anda regular. Pero ésta de Gran Torino es de las buenas, sencilla y contundente, divertida y triste a la vez. No utiliza un material demasiado nuevo, pero lo utiliza fabulosamente. Y además sale él, con su gesto de más mala leche, haciendo creíble que se imponga en situaciones donde alguien de su edad sería por lo general objeto de mofa. Pero cualquiera se mofa de Clint, aunque te apunte con el dedo.

Enemigos públicos
Mann es un bestia. Lo hace todo en esa línea: Mucha peli, mucha estrella (aunque contrate solo una), mucho escenario, mucha acción, mucho de todo. Y casi siempre le sale. Aquí también. Aunque la historia de Dillinger no esté demasiado explicada, lo que se ve importa, lo que se dice mola, lo que se sugiere seduce. Deep demuestra su carisma enfrentándose a Gable, un juego muy típico del cine (un personaje de película viendo una vieja película) en el que el mito muerto casi siempre gana. Y aquí Gable y Deep empatan, que no es poco. No es una obra maestra, pero da igual. Hay que verla.

martes, 8 de diciembre de 2009

he alquilado un helicóptero

he sobrevolado el paseo de la fama, he abierto la mochila, he sacado tu libro, lo he lanzado al vacío, luego he recorrido las más de dos mil estrellas de cinco puntas sobre hollywood boulevard y vine street y lo he encontrado, seguro que tu mujer lo entiende
(Cita literal de Jorge, nuestro agente en Los Ángeles. La foto también es suya. Gracias, tío)



Por cierto, Jorge, dice mi mujer que esto no es pecado, es puntería.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Planet 51


40 millones de euros lleva recaudados Planet 51, sin haberse estrenado aún en el Reino Unido, Alemania, Francia o Australia, entre otros países con posibilidades de taquilla. Tres de esos millones en su primer fin de semana español y una cifra aún mayor en el Día de Acción de Gracias estadounidense, donde ha ocupado el cuarto puesto entre las más vistas.

La crítica estadounidense no ha sido muy benévola, aunque tampoco pasa nada, que también puede ser muy desagradable con el producto propio, sólo que con ésta nos duele más porque nos toca de cerca. Pero resulta curioso: leídas las opiniones de por aquí parece que los gringos no nos pueden poner pegas... porque para eso ya estamos nosotros.

De la crítica española, me quedo con la de Jordi Costa: “Se echa en falta chispa y carisma en el conjunto, pero no conviene subestimar su condición de más que prometedor primer paso”.

Jordi tiene razón. Como primer paso es más que prometedor. Bastante más. Pero en España nunca tenemos bastante. Se diría que es el éxito de la fórmula de explotación lo que nos molesta, fieles a ese unamuniano exabrupto del “¡Que inventen ellos!”. Por fin sale alguien a batirse con las armas del todopoderoso enemigo, que ni siquiera inventa sino que aplica inteligentemente lo inventado, negocia merchant a todo trapo, vende y estrena masivamente en todas partes, recauda, ofrece un trabajo diseñado con mimo y solvencia visual fuera de toda duda,… pero da igual. Enseguida nos sale el “bueno, pse, flojilla”.

No quiero decir con esto que porque la película sea española y la primera de Illion tengamos que renunciar a la capacidad crítica. La película tiene sus carencias de ritmo (ojo, más ritmo=más millones) y no consigue la profundidad de las de Pixar. Pero Pixar es hoy por hoy un listón imposible de saltar.

Planet 51 arranca estupendamente, se estanca, se recupera, se estanca, se recupera… y aún así se ve con agrado en todo momento y deja una sensación razonablemente buena. Por lo menos no es Madagascar 2, Noche en el museo 2, Shrek 3…, en fin, creo que me explico.

Enhorabuena a Illion. Ojalá sigan arrasando. Y en la próxima seré más crítico, porque su obligación es superarse. Creo que lo harán.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Vivir rodando con música

Aquí tenemos otra variante de rodaje que nunca se sabe si es un fin en si mismo o un peldaño hacia el cine propiamente dicho. Pero, en cualquier caso, siempre es gratificante conocer a un realizador que no necesita rodar en ese desierto que parecen contratar todos los grupos aspirantes a los 40.

Ahí va un video clip de lujo, hecho prácticamente de fotos de su propia cosecha, una pizca de filmación en movimiento (también suya) y un gusto musical a prueba de subvenciones.

Va por su autor, el gran Quique Guerrero.

martes, 24 de noviembre de 2009

Vivir rodando la misma secuencia


Nuestro corresponsal en New York ha empezado a cosechar. Su proyecto puede considerarse una genialidad o una frikada, pero merece verse. Para mí, el ejercicio de Jorge tiene más enjundia de la que parece: se trata de una secuencia única, siempre la misma, para plantear de mil maneras delante y detrás de la cámara, una y otra vez.

Kubrick lo hacía con cada secuencia de cada película y con actores de renombre, hasta la crueldad. Pero su mirada estaba puesta en una suma de puestas en escena protagonizada siempre por los mismos intérpretes, que daban finalmente una historia global con planteamiento, nudo y desenlace. Aquí no tenemos como resultado ese tipo de historia. O sí, pero es hiperbreve y admite tantos enfoques como personajes y escenarios acojan el gag. De este modo, la situación misma, aunque reiterada, se enriquece y apura indefinidamente su capacidad de sorpresa.

En fin, un proyecto raro pero contundente. Aquí está, para quien quiera disfrutarla, "la misma conversación" (www.thesameconversation.com)

Y ya me contaréis. Tengo el matamoscas preparado.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Películas atrasadas (1ª parte)


Aunque mis compañeros del programa A vivir Madrid de la Cadena SER, estén siempre con la coña de que no voy al cine (cualquier día vienen a buscarme los chicos de la Sinde por supuestas descargas ilegales), lo cierto es que sí voy y os lo cuento después de sentarme en el patio de butacas.

Lo que también pasa es que hay muchas más películas que días disponibles para ir a las salas donde se estrenan y, como es lógico, se me acumula trabajo. Entonces tiro de dvd, de televisión por cable o de salas con poca rotación (todo perfectamente legal, señora ministra) y veo lo que se me quedó atrasado. Consigno aquí mis impresiones sobre un porrón de títulos interesantes de la penúltima hornada, por si os interesa, os aporta, os indigna, os ayuda o dormir…

El luchador
Una peli de intérprete. El tema de los luchadores-espectáculo es novedoso pero su tratamiento ocaso-redención no tanto. Aunque Rourke merecía el Oscar. Yo creo que les dio miedo (y no me extraña).

El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Frost
Imágenes suntuosas para un western crepuscular en plan moderno. El caso es que la historia es chula y Pitt y los demás cumplen de sobra, pero un tijeretazo de media hora le habría hecho un gran favor al conjunto. Entre lo contemplativo y lo lentorro la línea es muy fina.

Una palabra tuya
Grandes actrices para un concentrado de desgracias que se me antoja excesivo. Escenas aisladas acertadísimas, un relato interesante a ratos y un sabor decepcionado por la acumulación. Otra vez la tijera ausente.

Frost contra Nixon
La película que debió competir con Slamdog millionaire en los Oscar. Excesivamente sútil para lo que se estila. Mordaz, inteligente, elegante… pero entretenidísima.

Radio encubierta
Demasiado happy, aunque deliciosamente british. Si el final no fuera tan complaciente sería estupenda. Pero también son ganas de joder con la que está cayendo. Hay que verla (y escucharla).

Seguiremos criticando.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Cuatro ases


Foto histórica: los supervivientes de "Spartacus" 50 años después.

Algunos de los principales técnicos supervivientes colaboradores de Stanley Kubrick en "Espartaco" se han dejado fotografiar por Miguel Urdiales en la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo (Madrid) donde se rodó la recordada batalla dirigida por el propio Kubrick.

Después de inmortalizar el momento, acudieron a la presentación del libro "Espartaco. Edición especial 50 aniversario" coordinado por Víctor Matellano. En la imagen, de izquierda a derecha, los colaboradores de Kubrick: Julio Sempere (Ayudante de dirección), Gil Parrondo (decorador), Julián Mateos (jefe de atrezzo) y José Antonio Sánchez (maquillador).

Cincuenta años después de aquel rodaje, son reputadísimos cineastas que han participado en películas como "Cónan", "Gladiator" o "Doctor Zhivago". En concreto Parrondo tiene dos Oscars de Hollywood por "Patton" y "Nicolás y Alejandra" y cuatro Goyas por otras tantas películas de Jose Luis Garci.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Aviso Express a cinéfilos avezados


Exposición 50 años del rodaje de "Espartaco" de Stanley Kubrick en Colmenar Viejo (Madrid).


Desde el lunes 16 de noviembre puede visitarse en el Auditorio de Colmenar Viejo (Madrid) la exposición "Spartacus-50 años de cine" que recuerda que hace exactamente cinco décadas Stanley Kubrick rodaba en la localidad "Espartaco", protagonizada y producida por Kirk Douglas.
La muestra recoge fotografías del rodaje, en el que participaban diariamente más de cinco mil personas, así como otros elementos utilizados en las filmaciones del "peplum" o "cine de romanos". Junto a fotografías de extras colmenareños durante el rodaje se pueden contemplar espadas utilizadas en "Espartaco" y "Alejandro el Magno", ambas rodadas en Colmenar, y cascos romanos de las películas "Gladiator" o "Asterix y Obelix en los juegos olímpicos". Entre estos, el casco que portaba Stephen Boyd en "La caída del Imperio Romano". Todo ello cedido para la ocasión por Sastería Cornejo y la casa de atrezzo Hijos de Jesús Mateos.


Complementariamente a la muestra, hoy jueves 19 de noviembre a las 19.30 horas se presenta en el Auditorio colmenareño el libro "Espartaco. Edicción especial 50 aniversario", editado por la concejalía de cultura y T&B Editores, y coordinado por Víctor Matellano. A la presentación se espera acudan los técnicos supervivientes del rodaje, hoy reputadisimos cineastas como son el maquillador José Antonio Sánchez (reponsable de éxitos como "Cónan"), el ayudante de dirección José López Rodero (colaborador en "2001" o "Dune"), el atrecista Julián Mateos (quien intervino en "Gladiator"), el decorador ganador de dos Oscars Gil Parrondo, o el productor Tedy Villalba, jefe de producción en "Espartaco" y autor del prologo del libro. Tras la presentación se proyectará la película.


La entrada es libre, colegas. Romano el último.

Esto se va animando




Mi amigo Pablo Egea, guionista y comiquero de pro, me envía unos dibus de su propia cosecha.

El oponente español de estos momentos míticos del cine de Hollywood queda abierto a concurso público.

Fumando espero

lunes, 16 de noviembre de 2009

Cine español versus cine de Hollywood (3)

Fendetestas de Cecebre (dibujado por Benjamín Lois)

Robin de Sherwood (dibujado por Fernando Marañón)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Celda 211


Un principio escalofriante de puro austero te dice, sin mostrártelo, lo que vas a vivir a continuación: el furor sordo de una ratonera.

Y así es: un tipo corriente sin cuentas con la justicia llega a una cárcel para hacerse con la mecánica del centro en el que va a trabajar y se encuentra con un motín del bloque más jodido, donde tiene que hacerse pasar por recién llegado pero no por eso menos duro que el resto.

El resto es Luis Tosar en el papel de Mala Madre (que no será el papel de su vida porque picará más alto en nuevas películas –ojalá españolas-), y una galería de secundarios que representan de forma solvente a la carne de presidio, en ambos lados de la reja.

Monzón y su cómplice han armado un guión muy hábil, con la dosis justa de tópicos y la verdadera asadura puesta en el transcurso de los acontecimientos y el empaque de voluntades, todo ello excelentemente rodado.

Cada giro resulta inevitable en esta historia de amor y violencia, intereses personales y colectivos, humor y lealtad, asesinos y víctimas. En cóctel (molotov) listo para beber.

Esta es una de esas películas de las que sales cambiando la voz y fingiendo ser muy chungo, como poco expresidiario, sin entrar en las trampas narrativas ni en las pequeñas debilidades actorales. El conjunto es lo que cuenta, arrastra, aprisiona.

Celda 211 es precisa y desgarradora, como un buen disparo. Id a verla.

martes, 10 de noviembre de 2009

La celda del cine español.


Cine para el último día del fin de semana largo. Cine de tarde en festivo y en el pase de máxima audiencia. Sala grande de multisala madrileña, película española y aforo a rebosar. Un público informado por los medios más que por los soportes de publicidad al uso, se ha reunido allí en masa intuyendo que lo que va a ver merece el precio de la entrada y el goce de estar en la primera oleada de espectadores para decir a sus compañeros de trabajo “yo ya la he visto”.

En fin, algo poco común, que parece el principio de uno de esos artículos en los que el columnista pone en pie una ficción deseable para ironizar sobre lo que la terca realidad nos depara.

Pero la realidad es ésta: Celda 211 era la película más demandada del lunes 10 de noviembre en multitud de salas de Madrid y del domingo 9 en el resto de España.

Volvamos al lugar de los hechos de los que fui testigo. Rumor de butacas donde todo el mundo anticipa dos horas de espectáculo cinematográfico de calidad. Proyectan un par de trailers (les dedicaremos post aparte) y las luces se apagan completamente para que empiece la película de Monzón. Pantalla en negro y aparición de logotipos de la cadena de televisión metida en el ajo y de las productoras implicadas. Logos de televisiones o canales que han comprado los derechos de emisión y el sector privado termina su desfile en créditos. Ya han sido muchos logos, pero aún faltan los institucionales, Ministerio, Comunidades, Juntas, Diputaciones… Con ello, el listado se prolonga hasta generar (en un público que ha acudido sin escepticismo) una risa generalizada y un poco cruel.

Después, la película arranca con una escena terrible que corta el aliento y pone las cosas en su sitio. La promesa de buen cine se cumple con creces. Nadie al levantarse recuerda cómo empezó todo, sino el excelente sabor que le ha dejado la película que acaba de ver.

Pero esas risas… Algo va mal aquí aunque la industria se revuelva como un tigre cuando se le nombran algunas de sus fuentes de financiación. No voy a entrar ahora en lo pertinente o no del actual sistema de subvenciones. Pero que el apoyo institucional genere ya cierto pitorreo debería suponer un motivo de reflexión para los profesionales del ramo. Convendría identificar –y reconocer- dónde y de qué está presa la marca “cine español”

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Milenium 2: lo de las cerillas, el bidón de gasolina…


Que siga la racha taquillera. Los de la productora han venido a Madrid, capital del país que más libros de Larsson ha comprado para regalar y han visto que en los vagones del Metro sólo se leen las peripecias de Lisabeth.

Y en caliente se venden mejor los churros, aquí y en Estocolmo.

El resultado es una prota que aún fascina, un Mikael que a mi me sigue pareciendo demasiado fondón para el papel y unos tijeretazos al original libresco que no le hacen ningún favor a la versión en pantalla.

Aquí ya no hay recorte para la mejor comprensión del conjunto sino la seguridad de que quien ve la peli ha leído el libro o se lo leerá después para entender de qué va esto. En fin, que la segunda entrega de la trilogía sigue comportándose norteamericanamente, esta vez para mal.

Pero la caja suena a billetes y Lisabeth aguanta el tipo. Algún lince nos hará un pack en dvd con 3 o 4 horas más de metraje, cursillo para hackers en los contenidos extra y aquí todos contentos.

Estamos en el mercado cultural del siglo XXI. Y ya no se le puede prender fuego.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Padrino Búfalo


Se ha muerto el padrino de todas las familias de España.
Se ha muerto mi querida señorita.
Se ha muerto "Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo".

El cine español es hoy un poco menos español y un poco menos cine.

Cine español versus cine de Hollywood (2)

En 1942, el año de la película Casablanca, toda Europa las pasaba negras entre detenciones y abandonos, resistencia y colaboracionismo. Los más afortunados, a mitad de su fuga, bebían en Rick´s Café Americain el champán del exilio y jugaban a la ruleta. Alli aún se atrevían con la Marsellesa y dentro de un piano podía esconderse un salvoconducto.

4o años después, el cine español filmó La colmena que bullía en el Madrid de, precisamente, 1942. El centro de la vida, también en precario, volvía a ser un Café. El Café de doña Rosa, sin cosmopolitismo, sin avión a Lisboa, sin Ilsa. Un lugar para exiliados en su propia tierra que bebían achicoria y agua en un Café donde las mesas estaban hechas con lápidas de cementerio.


El café de Rick, dibujado por Benjamín Lois



El café de doña Rosa, dibujado por Fernando Marañón

jueves, 29 de octubre de 2009

TRASH: Mujeres, corrección y previsibilidad


Aquí tenemos otro título de la hornada del Festival de Málaga que por fin se estrena en salas. Se trataba de una ópera prima y teniendo eso en cuenta no es poco mérito lucir un planten de actrices apabullante, en profesionalidad y en atractivo, pero además un actor con mucho gancho –siempre creíble- que es Jaenada. Del acabado técnico nada que objetar: se suma al reparto una perfecta luz fría para vestir mejor la insatisfacción, una fotografía granulada para las noches de coca… Mimbres muy útiles –casi de libro- para el género de vidas cruzadas en la ciudad contemporánea y moderna (donde, por cierto, gracias a las instituciones sabe catalán hasta el argentino que pasaba por allí, con agradecimiento incluido y expreso a la Generalitat, joder con el product placement…).

El resultado cinematográfico es correctísimo de factura, pero agotador por su recurso al tópico, escena tras escena, giro de guión tras giro de guión. Cada paso se ve venir desde lejos y cuando la coherencia conduce a un buen desenlace, ya es un poco tarde y todo parece prolongarse demasiado restándole fuerza. Es una pena, porque el desenlace es lo mejor de la historia. (Ojo, y no porque con él la película se acabe).

domingo, 25 de octubre de 2009

Vivir rodando con dos cojones (o un pene)

En cinco minutos, una gran película con un pequeño personaje.

Si la cosa funciona


Yo creo que eso mismo debió pensar Woody Allen cuando rescató este guión que, por lo que he oído, tenía ya escrito en los años 70. Lo descubriría en el cajón de una mesa arrumbada en el sótano y después de echarle un ojo decidió hacerla: Si la cosa funciona…

Y la verdad es que sí funciona. La peli es muy divertida, porque todas las obsesiones, las fobias y los tics de Allen están presentes, metidos en unos diálogos brillantes que son marca de la casa. El problema viene también de ahí, porque todo suena un poco visto: que el protagonista sea mayor, tirando a misántropo, hipocondríaco perdido… Que haya una jovencita aparentemente tonta, cuando en realidad es poco instruida, pero más lista que el hambre. Los ambientes parodiados de la clase alta intelectual de Nueva York, el ego en primer plano del protagonista, los amigos de café…

En fin, son los recursos habituales de las comedias newyorkinas de Allen. Afortunadamente, varios personajes con los que no contabas van apareciendo en la película en los momentos justos y, aunque la poca verosimilitud que queda en la historia se hace añicos, el conjunto gana en cachondeo una barbaridad.

Los seguidores de Woody la disfrutarán porque es el regreso a sus claves más personales. Y los que no sean demasiado seguidores, pero les guste el discurso corrosivo y las chicas guapas, que también vayan a verla, porque están más cerca de Allen de lo que creen.

The frost (la escarcha)


Como ya os comenté cuando la película concurrió en Málaga, mi madre suele decir que para algunas películas de Bergman no basta con ser sueco, además tienes que ser de la familia, para que te lo explique. Y aquí sólo tenemos de guía la sinopsis del periódico y alguna entrevista de suplemento.

Aunque os prometiese un poco más de coñita en el blog tampoco vamos a volvernos crueles. Porque, además, a las influencias bergmanianas hay que añadir que el material de base de La escarcha es de Ibsen. Por desgracia, Ibsen no era guionista y el guionista no es Ibsen. Y así pasa: los escenarios son apabullantes y el reparto, aunque raro, muy competente. Pero de Ibsen y Bergman sólo hay hallazgos esporádicos, unas pocas frases estupendas dispersas por el metraje, algún momento impactante,… y la capacidad teatral de Aitana, que en inglés pone más.

Resulta irritante ver una historia que, pudiendo ser comprensible y estremecedora a las claras, introduce claves para incrementar la sensación de catarsis y emborronar la lectura directa. El espectador más predispuesto se queda con la impresión de que “entre líneas” hay algo que se le escapa y que debe ser intelectualmente brillante.

Hace mucho que no leo a Ibsen, pero en esta adaptación juraría que entre líneas sólo está el blanco, el vacío... la escarcha.

sábado, 24 de octubre de 2009

Comentarios sobre el humor


He recibido un par de comentarios que me disponía a publicar y se ha tragado mi blog (no sé que tecla habré tocado, mierda frita). Por si no vuelven a enviármelos, publico de mi puño y letra que ambos eran relativos al humor recuperado del blog.

OK, quedo enterado de que queréis más coñita.

viernes, 23 de octubre de 2009

Originalidades de aquí y de allá



Oímos con enorme frecuencia que en las películas españolas siempre cuentan lo mismo y de manera similar. Veamos algunos elementos recurrentes de la competencia, por cortesía de la ya desaparecida web Ciberteo. El documento original se titulaba "Cosas que no sabrías si no fuese por las películas estadounidenses" y es un clásico de la red.


RESPECTO AL CINE DE ACCIÓN

- En toda investigación policial que se precie, es necesario visitar como mínimo un club de striptease.

- Si alguien te persigue por el centro de la ciudad, siempre puedes quitártelos de encima ocultándote entre los participantes del desfile del día de San Patricio, sea cual fuere la época del año.

- Es fácil pilotar un avión y aterrizar con él si hay alguien en la torre de control que pueda dirigir la operación por radio.

- Los sistemas de ventilación de los edificios son el escondite ideal: a nadie se le ocurrirá mirar en ellos y sirven, además, para desplazarse hasta cualquier parte del edificio sin dificultad.

- Las bombas van equipadas con temporizadores que tienen pantallas con grandes números rojos para que uno sepa cuándo van a estallar.

- No importa si tus enemigos te superan en número durante una pelea de artes marciales: te atacarán de uno en uno, mientras esperan, con gesto agresivo, a que vayas acabando con sus compañeros.

- Un hombre no se inmuta mientras recibe una paliza de campeonato, pero se queja cuando una mujer intenta limpiarle las heridas.

- Si se ve en algún momento un vidrio de considerables dimensiones (sobre todo si lo llevan dos hombres) es que alguien va a atravesarlo en breves instantes.

- El comisario de policía siempre destituirá a su detective preferido, o le dará 48 horas para terminar el trabajo.

- Un detective sólo resuelve un caso cuando ha sido destituido o despedido.

- Las comisarías de policía someten a sus agentes a exámenes de personalidad para que tengan como compañero de patrulla a otro que es justamente lo opuesto a él.

- En cuestión de segundos, no hay cerradura que se resista si uno tiene a mano una tarjeta de crédito o un clip, a menos que sea la única puerta de acceso a una casa en llamas con un niño atrapado dentro.

- En los noticiarios de televisión siempre dan una noticia que tiene relación directa con uno mismo en ese preciso momento.

- Cuando el malo caza al bueno siempre le da tiempo contándole su maléfico plan para que se desate o su amigo negro o su novia rubia le salve.

RESPECTO AL CINE BÉLICO

- Es muy probable que sobrevivas a cualquier batalla, a menos que cometas el error de enseñarle a alguien una foto de tu novia poco antes del fregado.

- Si tienes que hacerte pasar por un militar alemán, no es necesario hablar el idioma; con tener acento alemán bastará.

RESPECTO AL CINE ROMÁNTICO

- La torre Eiffel se puede ver desde cualquier ventana de París.

- Si decides ponerte a bailar en la calle notarás que todo el mundo que te rodea conoce los pasos.

- Cuando el chico se declara a la chica hay un montón de desconocidos preparados para aplaudir.


RESPECTO A LA VIDA COTIDIANA

- Si tienes que pagar un taxi, no busques un billete en la cartera: saca lo que tengas en el bolsillo al azar. Siempre será el importe exacto.

- Las cocinas no tienen interruptores de luz. Si entras en una cocina de noche, deberás abrir el frigorífico e iluminarte con la luz interior.

- Siempre es posible aparcar delante del edificio al que se va de visita.

- Toda persona que sufra una pesadilla, se incorporará de golpe en la cama y jadeará sudorosa.

- Todas las bolsas de la compra del supermercado deben contener, como mínimo, una barra de pan que sobresalga un poco.

- No es necesario decir "Hola" ni "Adiós" cuando se empieza o termina cualquier conversación telefónica.

- Todas las mañanas, las madres siempre cocinan huevos, tocino y gofres para la familia, aunque su marido y sus hijos no tengan tiempo para comérselos.


RESPECTO A LA POLÍTICA

- Si la ciudad se ve amenazada por un desastre natural o algún tipo de monstruo, la principal preocupación del alcalde será siempre la futura feria de comercio o la inminente temporada de verano.


RESPECTO A LA TECNOLOGÍA

- Casi cualquier computadora portátil tiene suficiente potencia para acabar con el sistema de comunicaciones de una civilización extraterrestre invasora.

- Los procesadores de textos nunca tienen cursor, pero siempre se abren con una pantalla que dice: "Introduzca la contraseña".


Y por no seguir con la coña (se admiten contribuciones a la lista en la sección comentarios), la moraleja es que el cine, como pasa en cualquier arte narrativo, es un lenguaje de clichés, independientemente de que estos sean universales o locales.

Es la ruptura con ellos, su renovación o su dosificación inteligente lo que hace que ciertas películas destaquen sobre el resto en calidad. Vengan de donde vengan.


P.D: La foto es otro cliché.

jueves, 22 de octubre de 2009

El señor de los anillos, por otros directores


Acabo de rescatar esta gamberrada de la red. Interesante ejercicio humorístico-cinéfilo de autor/es desconocido/s que invita a reflexionar sobre la capacidad de penetración del cine de Hollywood y sus clichés en el espectador medio de cualquier país occidental, ese que presume de cinematografía propia y acuña de modo automático referentes genuinamente americanos.
Aquí está la prueba:

Idea original:
Ya conocemos la peli basada en el primer libro: Bilbo Bolsón deja un anillo a su sobrino Frodo, que junto a otros hobbits parte hacia Rivendel, y allí se junta la Compañía de los Nueve, con Gandalf y todo. Y parten para destruir el anillo, y pasan por minas Moria, y llegan al bosque de Lorien, y luego la Compañía se deshace.

Versión John Ford:
Los hobbits miden dos metros, beben whisky y cantan canciones irlandesas. Los orcos llevan plumas en la cabeza. Elrond tiene un rancho. Arwen le remienda los calzoncillos a Aragorn mientras le echa la bronca, y Sauron es abstemio.

Versión Quentin Tarantino:
Los orcos llevan traje negro y gafas oscuras. El puto anillo de mierda se lo van a meter por el culo a ese negrata cabrón de Sauron. Harvey Keitel interpreta a Gandalf.

La versión Robert Rodríguez:

Es igual que la versión de Tarantino, pero Antonio Banderas interpreta a Frodo.

Versión John Woo
(no es estadounidense, pero sus películas sí):
Todas las tramas argumentales quedan olvidadas a favor de una: Aragorn y Boromir tienen una relación de rivalidad basada en el honor. En las luchas todos saltan a cámara lenta mientras lanzan flechas, dagas y hachas arrojadizas, girando sobre sí mismos. En varias ocasiones dos personajes quedan frente a frente apuntándose con un arma en la cara o cuello a la vez.

Versión Steven Seagal:
Frodo Bolsoni, un policía italoamericano amante de su familia y la vida hogareña, descubre que el anillo herencia de su abuelo perteneció al jefe del cártel de Medellín, y que dentro tiene un chip capaz de controlar todos los satélites de EEUU. La Compañía de los Nueve está formada por antiguos camaradas de la CIA/DEA/Delta Force. La forma de destruir el Anillo Único es metérselo por el ojo a Don Sauro e incrustárselo en el fondo del cráneo. Saruman el Blanco se dedica a refinar coca, y los orcos hablan español.

martes, 20 de octubre de 2009

Cine español versus cine de Hollywood


Harry el sucio: Vamos, alégrame el día...


Areta el piojo: Bareta, dame el mechero o te quemo los huevos.

sábado, 17 de octubre de 2009

Yo, también


Cuando un par de tipos, de los que nadie había oído hablar fuera del circuito de cortometrajes, cogen la historia de un hombre con síndrome de Down y le meten a Lola Dueñas y una banda sonora de la cantera de Elefant Records, es que lo tienen claro: Van a clavarte a la butaca.

Y lo hacen.

Daniel es todo un personaje, vital y cinematográfico. Sus deseos, los de cualquier persona a su edad: desenvolverse en el trabajo, seguir la liga de su deporte favorito, cultivar sus aficiones y tener una pareja con quien compartir todo eso. Y aquí tenemos a Laura, un desastre de tía que se defiende como puede, dando tumbos de copa en copa, de ligue en ligue, de norma en norma. Sólo necesita una oportunidad, un afecto sincero, una sonrisa cómplice. Exactamente lo que le ofrece Daniel. Pero Daniel tiene el síndrome de Down y ella no. La película está servida y recorre los ambientes particulares y compartidos de ambos, se marca un par de tópicos, rompe otros cuantos, enfoca hacia familiares sensatos (los de Daniel) o despreciables (los de Laura), se ríe de la sobreprotección y a la vez la disculpa, la canaliza. Y por encima de todo, suena la música mientras unas manos regordetas aprietan un bote de crema solar, dibujando sobre la espalda ciega de la amada un enorme y hermoso corazón...

Lo demás no importa demasiado: las historias paralelas de la escuela de danza o del secreto terrible que agoniza en Madrid, el sueño erótico desentonando sobre el resto (único patinazo llamativo de la cinta), hasta el portero de discoteca haciendo lo que suele apenas añade nada.

La película, la gran historia, son Daniel y Laura, Pineda y Dueñas derrochando autenticidad, coña fina, desgarro y emoción. Se encienden las luces de sala y querrías tenerlos por amigos para tomar junto a ellos unas cervezas y trasladarles una opinión afin:
- ¿Creéis que la vida se pone a veces muy cabrona, pero hay que ser optimistas? Yo, también.






viernes, 16 de octubre de 2009

Vivir rodando en New York




Jorge debe haberse terminado mi libro, porque ha empezado a moverse. Quizá lo ha enviado por Pony Express a la Biblioteca del Congreso, lo ha dejado como propina en el restaurante de Robert De Niro o se lo ha prestado al simpático japonés que le sacó la primera foto newyorkina...

El caso es que ya está rodando. Ha cruzado el puente de Brooklyn y eso cambia las cosas, se mire por donde se mire. Y si queda alguna duda, aquí están las primeras imágenes de su peli-en-píldoras, de la que seguiremos hablando a medida que progrese. Espero su propia crónica para poneros al día y la dirección web donde podreís seguir sus peripecias sin intermediarios.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Parafraseando a Redford


¿Os acordáis de ese momento en el que Bobby, encarnando al cazador Denys Finch Hatton de Memorias de África, se presenta en la granja de su amada con un gramófono y unos discos de Mozart? Sus palabras, incisivas y precisas, son:

- Mire, por fin han inventado algo útil.

Salvando las distancias entre el gramófono e Internet (y entre Redford y yo), me alegra comunicaros, granjeras y cazadores míos, que por fin han inventado algo útil nuevamente.

Se llama http://www.adnstream.tv/ y tiene una colección de películas que puedes ver directamente en el ordena, legalmente y gratis. Echad un vistazo: sagas de culto, clásicos contundentes, Hitchcock en su etapa británica, vanguardia con piezas firmadas por Man Ray o Duchamp o Rene Clair o Welles, terror psicotrónico, bélica de serie B, películas de Bruce Lee, la primera de Tarantino, cine español descatalogado… un buen montón de joyas, camufladas entre la morralla, para quien sepa buscar.

Nada, nada, no hay por que darlas.
Con un paseito en avioneta o un relato junto a la chimenea (al pie de las colinas de Ngong), me doy por pagado.

martes, 13 de octubre de 2009

La habitación de Elías


Emma, una realizadora que habla fuera del plano, le cuenta a Ana, la actriz que va a encarnarla en pantalla, el planteamiento de su película: será la historia de un viaje a Tattiouine, pequeño pueblo del Atlas en Marruecos, donde su padre (primero fotógrafo y con el tiempo documentalista) recalaba una y otra vez como quien vuelve a Innesfree.

En realidad, la película ya ha empezado con esa explicación de su argumento, en la que Emma le cuenta a Ana el porqué de ese viaje y de la película misma, mostrándole los recuerdos que atesora de Elías, muchos de ellos encontrados en su habitación de Tattiouine durante el verdadero viaje que ella ya hizo y que se disponen a recrear ahora con una actriz interpuesta.

La reunión termina en acuerdo y la realizadora se muestra a cámara por primera vez, ilusionada ante el proyecto. Es importante que podamos verla y oírla, porque aparecerá o hablará en varios momentos del film, de forma significativa.

Ana, interpretando a Emma, comienza su viaje en un avión, aterriza en Marruecos, pasa la aduana (la voz de Emma disculpándose por rodar en el aeropuerto nos recuerda de nuevo la simulación sin trampa), llega a un hotel de Fez, pregunta en el zoco por el pequeño pueblo, recala en un taxista demasiado vivo, se desorienta por el dédalo de callejuelas de la ciudad, sube a un autobús... Es quizá la parte más convencional y, por eso, débil de la película.

Pero al llegar al sur y encontrarse con Moha, el muchacho que va y viene de Tattiouine uniéndolo con el mundo, la película se dispara hacia la belleza más esencial. Por tercera vez, oímos la voz de la realizadora tras su cámara, pidiéndole a Moha un momento para decirle lo que debe hacer al encontrarse con la actriz que la representa. No escucharemos sus instrucciones, pero la escena inmediatamente posterior nos permite adivinarlas. Moha hace frente a la actriz lo mismo que hizo frente a Emma en su día: enterarse de que es la hija de Elías y abrazarla con emoción.

Emma/Ana avanza ya por los caminos del Atlas en la camioneta de Moha y suena Aïcha de Kahlèd para abrirnos a un paisaje de optimismo donde el Marruecos del tópico se desmoronará ante nuestros ojos. Tattiouine es un pueblo sin engaños donde gente sencilla vive, sueña, baila y acoge a la hija de aquel visitante exótico y frecuente ahora fallecido. Todos tienen recuerdos de él y de su cámara, que vuelve a retratarles en manos de Emma (la propia Emma o Ana haciendo de Emma). Las mujeres, los ancianos, los niños, los cabezas de familia posan sin actuación ni azoramiento, y las imágenes incrementan su intensidad. Algunos momentos de este tramo de la película demuestran una sensibilidad extrema: el baño de la mujer y la niña, su intercambio de palabras en el idioma del otro, la proyección de las cintas de Elías para todo el pueblo…

Y aunque esas maravillas destacando clamorosamente te permitan cuestionar la fuerza del conjunto, hay un último cartucho esperando aún para dejarnos sin aliento. El viaje ha concluido y Ana interpretando a Emma tiene que despedirse de sus amigos de Tattiouine uno por uno. La niña irrumpe en el último instante, como si hubiera decidido abrazar a su amiga cuando casi iba a perder la oportunidad. Lo hemos visto en otras películas, es cierto. Pero mientras la pantalla muestra el adiós de Hadda, una marroquí de diez años, agitando tristemente la mano en mitad del camino, oímos una vez más a Emma: su sollozo contenido tras la cámara, la vibración no prevista de la imagen, la cámara que deja de aguantar el plano y baja con el brazo conmovido hacia el suelo pedregoso de los pueblos del Atlas.

He visto pocos finales tan contundentes. Y aunque el dvd será probablemente imposible de encontrar, o precisamente por eso, quería compartirlo con vosotros. Los que vivís rodando.

lunes, 12 de octubre de 2009

Lecturas de New York


Mi amigo Jorge, recién llegado a New York para pasar una temporadita, se llevó bajo el brazo un ejemplar de Tiene Delito, mi libro de cine. Pactamos que se haría una foto con el puente de Brooklyn al fondo, en el banco donde se sientan Woody y Diane para ver salir el sol de su barrio favorito.

Pero uno puede vivir durante décadas con un mito equivocado. Según me cuenta el nuevo newyorkino, el puente que aparece en la peli de Manhattan es el de Queensboro, el que une Manhattan con Queens. Por allí estuvo hace un par de días, buscando el lugar que aparece en el cartel, "que puede que sea desde el lado de Queens... pero ponte tú a buscar el banco”

Así que, como está viviendo en Brooklyn y ve Manhattan desde allí, ayer se fue al Brooklyn bridge park, en un barrio muy chulo que se llama Dumbo, y ahí se sentó y, según cuenta, un amable chaval japonés le ha hecho la foto, con el Manhattan Bridge detrás. En sus propias palabras “ evidentemente, la foto tengo que pasártela en blanco y negro, si no, de qué estamos hablando???”

La cinefilia tiene sus ritos. Un saludo, brother. Pásatelo en grande.

viernes, 9 de octubre de 2009

Ágora


Será muy difícil para el espectador de taquilla sustraerse en la valoración de esta película a los titulares que la preceden: "la más cara", "con estrellas internacionales", "feminista", "la razón contra la intrasigencia religiosa"...

Todo eso está ahí pero, afortunadamente, la película lo sobrevuela con su resultado en pantalla. Hay dinero, hay una gran mujer atípica para su época encarnada por la bella Rachel, y un discurso donde el fanatismo es el villano y el conocimiento el mártir. Pero todo está bien contado, con claridad y sentido del espectáculo. Un poco al estilo de Spielberg, que le pone brocha gorda a la tesis de partida y pincel a los detalles.

Una carencia llamativa, no sé si intencionada, es la falta de mujeres entre los secundarios. Si sólo había una mujer en Alejandría y no le iba el sexo, aquello no podía terminar bien...

Aún así, creo que el guión es bastante sólido salvo en algunos aspectos relativos a la evolución de los personajes. Sobre todo, en lo que se refiere al esclavo, que pasa con precipitación del interés por la ciencia (provocado por la admiración/amor hacia su ama) al garrulismo oscurantista de las gentes de un sólo libro, que son los talibanes de cualquier época y lugar. A Orestes le veo dibujado con más precisión, es un romano instruido pero decadente que piensa que su cuna y el sillón con leones en el que se sienta bastan para mandar sobre un hervidero de odios como el que tiene alrededor y sólo su pasión no correspondida por Hipatia le hace mojarse. Me parece creíble.
Dicen que entre la versión de Cannes y la que estrenó aquí hay 15 minutos de tijeretazo. Nunca sabremos si ahí están los minutos que dan más fluidez a la motivación/evolución de cada personaje.

Pero hay que reconocer que Amenábar tiene mucho talento. Y algunos momentos son de clásico:

- Rescatando rollos en la biblioteca: Hipatia "coge sólo los libros importantes, deja las obras menores" - Discípulo "¿cuáles son las obras menores?"

- Hipatia a su antiguo alumno Sinesio, explicándole que él, como hombre de fe, no puede tener dudas, mientras que ella, mujer de ciencia, tiene que dudar.

- Orestes pidiendo a Hipatia que se convierta, porque sin ella no podrá ganar a Cirilo. "Orestes, él ya ha ganado".

En cuanto a la factura de superproducción, la tiene como la que más. Se ha gastado bien la pasta sin emborracharse con ella. Respecto al trabajo digital, me parece sobresaliente, porque apenas se nota.

En fin, que cuántos quisieran. O lo que es lo mismo: le van a despedazar.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El preestreno del año


Ayer estuve en el preestreno de Ágora, la esperadísima superproducción de Amenábar. Había ambientuqui en las escalinatas de los Kinépolis, a qué negarlo. Alfombra roja a todo pasto, antorchas en ascenso, estatuas alejandrinas de una cartón piedra más que resultón, faro mítico a escala 8/10,… Y astros de diferente importancia cósmica o social.

Allí estaba por ejemplo el alcalde de Madrid recibiendo olímpicos abrazos de pésame que, como se prolonguen unos días más, le obligarán a un bando municipal aclarándole a la tropa que no se le ha muerto su abuela. Algún ministro en activo, algún ex ministro glotón, algún vice despistado, un poquito de oposición en su versión más beautiful… Y gente guapa de oficio y de relleno (a lo mejor no, pero es que lo del corazón lo tengo atrasadísimo). Naturalmente, los fotógrafos se hincharon. Caramba, no había visto tanto fotógrafo desde la fiesta escolar de mis hijas, aunque estos eran más jóvenes y profesionales.

Como es lógico, fue también mucha gente de cine: El reparto en pleno (bellísima Rachel), Jose Luis Cuerda (el primer padrino de Alejandro), Miguel Bosé, Mariano Barroso, Ana Milán, Alaska, Javier Cámara,… la lista es larga pero no tiré de libreta, pues también había que cazar canapés y no estaba fácil. Un amigo entrenado calificó el catering de cumpleaños infantil (por seguir con las analogías paternofiliales), pero siendo un poco más benévolos digamos que estaba más en la línea de la facción cristiana y oscurantista del Ágora que de las decadentes delicias imperiales de la Biblioteca.

Sonará un poco snob, pero estas cosas, cuando se llevan unos cuantos prestrenos en la culata del colmillo, cobran su importancia.


De todos modos, se trataba sobre cualquier otro reclamo de ver la película de los 50 millones de euros. Así que salimos de la zona vip por donde nos habíamos colado y enfilamos hacia el patio de butacas. Todas las salas estaban a tope y con los mejores asientos reservados. Quizá por eso, Amenábar tuvo la deferencia de pasarse por allí a desearnos una experiencia celeste y al fin, cuando el culo empezaba a quejarse, empezó la peli.

De eso hablaremos luego, que he quedado con mi Hipatia particular.

lunes, 5 de octubre de 2009

El secreto de sus ojos


Campanella y su pandilla han vuelto para hacer otra gran película, más en la línea de calidad de El hijo de la novia y El mismo amor - la misma lluvia que en la de Luna de Avellaneda. Las tres mencionadas comparten, además de director, otro elemento humano que convierte cualquier historia en algo digno de verse. Se trata de Ricardo Darín, un actor descomunal que, como Robert Mitchum o Alfredo Landa, está siempre soberbio, sea cual sea el material con el que trabaje.

Esta nueva entrega de los argentinos, El secreto de sus ojos, es un buen material. Se mete por otra senda, la de la intriga criminal sazonada de romance imposible, pero lo hace sin renunciar por ello a las relaciones personales entrañables, al amigo desastroso (está vez no es Eduardo Blanco sino Guillermo Francella), al diálogo tragicómico y al pulso social preciso, que para la ocasión retrata la Argentina en fase de descomposición moral previa al golpe militar de los setenta.

La historia, que tiene sus debilidades, se sigue hipnóticamente gracias al pulso del director, las interpretaciones ajustadas (siempre se habla de la escuela inglesa, pero joder con los actores argentinos) y la atmósfera de la cinta. De paso, Campanella nos obsequia con tres secuencias brillantísimas que demuestran lo mismo la espectacularidad posible en producciones no hollywoodienses que la importancia de una idea de guión o de una actriz entregada a su propia furia. Hablamos de la cazería en el estadio de fútbol, de las cartas leídas en el bar y del interrogatorio del juzgado.

Y para no hablar más, ni de más, vayan a verla. De suspenses trillados está la cartelera llena todos los días del año. Cuando se estrena uno realmente bueno, no tiene perdón dejarlo escapar.

jueves, 1 de octubre de 2009

PRESTIGIO, TAQUILLA, MERCADO Y HUEVOS


Se ha hecho oficial la candidata española a los Oscar (preselección antes del corte que las deja en cuatro o cinco de todo el mundo) y es El baile de la victoria, de Fernando Trueba. Si la película se hubiera estrenado ahora mismo, esa sola noticia hubiera atraído un buen puñado de espectadores a las salas, aunque supongo que la campaña de noviembre (cuando va a estrenarse), lo aprovechará debidamente como debe aprovechar también, que lo hará, los dos pesos pesados que ostenta en sus créditos: Trueba y Darín. No la he visto aún, pero con esos mimbres no será mala y a lo mejor hasta se encarama al pequeño pelotón de cabeza en el que todas llevan el marchamo de gran película.

¿Hará dinero? ¿Cuánto dinero puede hacer en España una película con el tirón de ésta? ¿Cuántos países más la estrenarán, que puedan darle recorrido extra en taquilla? Ese, para esta película y las demás de nuestro cine, es el secreto mejor guardado de la industria y a lo mejor convendría empezar a divulgarlo, en caso de que el cine español realmente se aprecie más fuera que en España (festivales aparte). Sería una medida bastante higiénica para decirle al espectador de aquí que en otras tierras se puede ser profeta y que a lo mejor debemos plantearnos que lo propio también merece por nuestra parte una oportunidad.

En cualquier caso, el año 2009 -antes de que salgan los resultados de nuestra recaudación (lo que deja Hollywood)-, no va mal:

Ha estrenado Almodóvar, que siempre cosecha prestigio y taquilla (o sea, críticas feroces).

Han surgido dos taquillazos inesperados, sin demasiado prestigio pero con pegada entre un público que no se puede despreciar, aficionado a películas como Mentiras y gordas y Fuga de cerebros.

La película japonesa de Coixet, aunque cuestionable (como casi todas las suyas), se ha defendido y supongo que lo hará fuera aún mejor (insisto: ¿no sería noticia dónde se estrena, qué éxito tiene?).

Pagafantas ha sido la peli española del verano para crítica y público, lo que significa un par de millones de euros de recaudación aprox., y parece exportable a cualquier país del mundo (¿lo está siendo? ¿no hay Pagafantas y bellas e insensibles bebedoras de Fanta en Holanda, China, Egipto, Colombia o Canadá?)

Gordos va a dejar un dinerín, que probablemente -y como en la mayoría de los casos- no cubrirá gastos, pero quizá pueda exportarse también para “engordar” su balance.

A eso hay que añadir la inminente llegada de Amenábar con Ágora (en inglés y con estrellas internacionales, pero de producción española), que tampoco será mala, porque este cineasta sólo las hace buenas y geniales y tiene un presupuesto como nunca. Y no necesita subtítulos para atacar la parcela más golosa del mercado mundial. Doy fe de que la ambientación, los efectos y esas cositas que impresionan al espectador actual son potentísimas, más allá del trailer. Que para eso han estado, entre otros talentos, los de El Ranchito frente a la pantalla del ordenador.

En la misma línea se prepara el aterrizaje de Planet 51, que apunta un estilo de animación para codearse con lo que viene del Obama Planet (antes Bush Planet). Los animadores españoles, para quien no lo sepa, están solicitadísimos en la industria internacional, empezando por Pixar (creo que con eso está dicho todo). Y el proyecto ha partido de una premisa que lo hace más grande a mi parecer: “animamos cojonudamente, pero necesitamos al mejor guionista de animación disponible donde quiera que esté y es el de Shrek”. Caramba, no lo había dicho todo, pero ahora creo que sí.

Además está Rec 2, terror con recorrido, y Yo también, la película emotiva que toda cinematografía sueña con hacer al menos una vez al año y que, con su concha de San Sebastián, arrastrará público que la prescribirá arrastrando más público aún.

Vamos, que si hubiéramos tenido Torrente 4, ya era un pleno.

¿De verdad? ¿Cómo se llamará eso en porcentaje de recaudación? ¿10, 12, 15 %? ¿Qué hostias pasa? ¿Tan poco espacio le queda al cine español en sus salas? ¿Se cuantifica para medir el éxito del cine español únicamente su recaudación en España? ¿No es medible la de fuera cuando la película sale a otros países? Y sí lo es ¿no es noticiable?

Ya llegamos a la pregunta que mete el dedo en el ojo de la industria: ¿No hay una línea trazada por los subvencionadores, por la que aquellas películas que rebasan determinado beneficio deban renunciar a la subvención, como existe una línea de mínimos para conseguirla?

Recuerdo al boxeador de Cinderella man (perdón por el ejemplo hollywoodiense), devolviendo la prestación otorgada por el Estado a los afectados de la crisis del 29, al considerar él mismo que ya no la necesita porque vuelve a tener combates y opina que otros muchos pueden seguir necesitándola. Lo hace, como es lógico, ante el asombro de la funcionaria de ventanilla.

A lo mejor no existe productor aquí que pueda permitírselo. Pero si lo hiciera… ¡Cuántas bocas cerraría! Demostrando de paso que compite realmente en prestigio, taquilla, mercado y huevos.

P.D: Ovarios también me valen.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Vivir rodando, minuto a minuto


El sábado por la noche, mi amigo Gaby y yo pusimos en marcha uno de esos experimentos emocionantes de los de "quién sabe". Gaby Lütz es un experto en lenguas que habla cuatro con pasmosa fluidez (con ellas cubre la posibilidad de comunicarse plenamente con más de mil millones de personas) y se dispone a conquistar la quinta. Pero, sobre todo, es un apasionado especialista de la neurolingüística aplicada, entre otras muchas cosas, al Cine.

Mi hermano alemán llegó hace pocos días a Madrid con una cámara de mano y un proyecto basado en esos míticos siete segundos en los que, entre dos personas, el silencio se hace intolerable. A partir de esa premisa, su propuesta consiste en realizar cortometrajes de un minuto que van a retratar situaciones en diferentes lugares del mundo, donde se produce esa interferencia humanísima en la comunicación.

Y el sábado rodamos una de ellas en mi propio domicilio. El argumento: un hombre tomando una copa de vino, en una velada casera que se antoja romántica, pero sólo sirve para vomitar todos los reproches que puede generar una convivencia. No voy a desvelar ahora a quién se dirigen las diatribas de ese hombre, porque ahí radica el impacto de la película. Que, si el montaje funciona como parece posible, saltará de la comedia al drama en dos rápidas piruetas de guión.

Lo escribimos a grandes trazos en el andén de Gran Vía y luego tocó realizar improvisaciones a partir de una lista de reproches estándar. En fin, que rodamos -salvando las distancias- a lo Casavettes, a lo Coppola cuando el agua del Mekong le llegaba al cuello. Con un presupuesto de siete euros para la botella de vino, capacidad de grabación para 15 minutos y una amaestradora de fieras como tercer miembro de un “equipo reducido”.

¿El resultado? Ya lo veremos. Pero el primer efecto que consigno aquí es, una vez más, el placer de vivir rodando.

jueves, 24 de septiembre de 2009

The age of stupid


Esta misma semana en la que los señores de la paz y de la guerra se reúnen en la ONU o algún sitio de efectividad similarmente dudosa, acudiendo desde distintos lugares del mundo en aviones privados para hablar del clima antes de un almuerzo de treinta platos (como aquel de la Cumbre del Hambre), Greenpeace ha promovido el estreno de una película que cuenta la misma incómoda verdad que la del multimillonario Al Gore, antaño vicepresidente de la nación más contaminante del planeta.

Documental y ficción hábilmente mezclados retratan un futuro aterrador, ayudándose de filmaciones de archivo sobre fenómenos de hoy mismo o del pasado reciente (la expoliación en la cuenca del Níger, el huracán Katrina, la guerra de Irak…). Y para que no todo sea desesperación e impotencia, nos propone una hoja de ruta ciudadana para reconducir el problema antes de que sea tarde.

Y esto es lo más desesperante de la película, porque lo que plantea como alternativa se intuye imposible, no sólo a nivel político, sino prácticamente humano. Desde que el hombre hizo leña para encender fuego, su avance en la Tierra se apoya sobre la destrucción de la misma. Y a medida que el avance genera herramientas para avanzar más deprisa, la destrucción también se acelera. Cambiar eso supone un replanteamiento de especie tan profundo como improbable. La misma película da muestras de ello.

¿Quién de entre los habitantes del primer mundo está dispuesto a renunciar a su forma de vida, al nivel que la película preconiza, para reducir la cuota de CO2 que le corresponde en el calentamiento del clima? ¿Quién de entre los habitantes de países emergentes, en caso de que realmente emerjan, está dispuesto a plantarse en el nivel de CO2 que le marque quién?

Por resumir: excelente “película con mensaje” que, como tal, no renuncia a utilizar el montaje como arma. Suficiente para que los críticos por convicción o conveniencia la tachen de maniquea y, enredando enredando, esto se siga calentando.

Pero como sea verdad, vamos jodidos. (Por estúpidos, claro).

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Malditos Bastardos


Tarantino nos ofrece su último divertimento con ese inconfundible sello personal hecho de retales, desparpajo, talento y sadismo, que reúne diálogos brillantes, comedia burra, violencia de distintos niveles y escena antológica (sí, la de la taberna).

Simpático y abyecto, como sus pelis, Quentin se reinventa en cada historia, rescatando tics y planteando genialidades nuevas que marcan la diferencia. Lo hizo en Reservoir dogs, metiendo conversación francesa intrascendente en un contexto violentamente americano. Después en Pulp Fiction, inventando estructuras cinematográficas donde un muerto continúa vivo en pantalla porque la historia que cierra la película es en realidad anterior en el tiempo narrativo. También en Jackie Brown, donde convenció a De Niro para hacer el papel de un asesino idiota y tatuado que apenas articula palabra. Y en Kill Bill, metiendo dibujo animado adulto donde sólo él sabía que encajaba y sacándose de la manga unos apodos fastuosos como “Mamba negra”, “Crótalo de California” o “Mocasín”.

Malditos Bastardos tiene algo de todo eso, los apodos (Aldo el Apache, el Oso judío,…), la división en capítulos, la conversación mezclada de frases dramáticamente relevantes y comentarios anodinos pero resultones… Y mucha cinefilia. Pero además, se permite una trasgresión que parecía vetada por la industria internacional, pero que no por obvia deja de ser magnífica: “Esto es ficción, no Historia. Luego mi ficción puede alterar la Historia”.

La película, además de ese hallazgo impactante, demuestra que el Tarantino guionista está en forma, aunque se permita pasotes para los fans, cinematográficamente prescindibles. No importa, porque dirige con un sentido de la estética, de la tensión y del humor a prueba de fans y de detractores.
Que los habrá. Siempre anda suelto algún maldito bastardo. Por ejemplo, el propio Tarantino.

lunes, 7 de septiembre de 2009

AGALLAS: Las escamas importan más.


Lo dice el personaje de Carmelo Gómez y no le falta razón. Ésta es una película que tiene ambas cosas, agallas y escamas, pero no ha encontrado el equilibrio entre ellas para que el pez nade con toda la fluidez deseable. La propuesta parte de un guión bien trazado (tanto que quizá le sobre alguna explicación y una última vuelta de tuerca perfectamente innecesaria), y cuenta con escenarios atractivos, momentos de lograda intensidad e intérpretes con mucho oficio como el gran Celso Bullago o el propio Carmelo, que cada vez que sale llena la pantalla. También Hugo Silva hace un trabajo digno de elogio, sobre todo si tenemos en cuenta que es el más expuesto.

Pero, con todo, la cosa no termina de funcionar. No sé qué es exactamente, la puesta en escena de algunos momentos, la atmósfera que salta una y otra vez (y desafortunadamente) de la grandeza a la facilidad, el ritmo entorpecido por esos cambios… Algo enturbia el resultado. Y duele, porque se percibe también en las mejores secuencias que una gran película era aquí posible.

Creo que hay dos tonos (¿será porque hay dos directores?) y uno de ellos lastra al otro. Yo me quedo con las escamas, o sea, Carmelo Gómez. Tío, das miedo.

jueves, 30 de julio de 2009

Cosas que pasan...

Alguien que conoce a alguien que conoce a alguien me envía fotos descubiertas al azar en la inmensidad de la red, pertenecientes a la página web de una australiana -o de por ahí cerca- que hizo un viaje a Moscú y se asomó por el Instituto Cervantes mientras mi exposición estaba allí, aunque yo ya me había marchado. Le debió gustar el rollo, porque se sacó dos foticos. Más de un año después aterrizan en mi blog. Este mundo global es raro de cojones...




domingo, 26 de julio de 2009

UP: Lo de Pixar es de otro mundo


Ayer vi el último prodigio de los amos absolutos del cine de animación actual. Parece mucho decir, porque desde que el 2D se quedó en la cuneta no tardaron mucho otras factorías americanas en ponerse las pilas y ofrecer trabajos estimables como La Edad del Hielo o Shrek. El ogro se les acercó bastante en su primera aventura, hay que admitirlo. Pero los chicos de Lasseter ni se estremecieron. Debió ser un general “yo a lo mío” lo que corrió por los pasillos de Pixar. Y habiendo hecho ya las dos de Toy Story, Bichos y Monstruos S.A. se sacaron de la chistera Buscando a Nemo, Los Increíbles, Cars, Ratatouille y Wall-E.

A poco que hagamos memoria de las imágenes que nos han regalado todos estos títulos parece imposible superar semejante lista de joyas, y no meramente animadas, sino de Cine con mayúsculas aunque el Oscar jamás se lo reconozca.

Pues nada, ellos en su línea, estrenan Up para contar la historia de un viejo que se ayuda de un andador, que lleva mal su viudez y que decide echarse a volar y se encuentra como polizón a un pequeño boy-scout pasado de peso. Ver esa casa impulsada por un manojo multicolor de globos llenos de helio es una experiencia que podría darnos quizá otro estudio, pero uno tiene la certeza de que nadie es hoy capaz de recrearlo como Pixar. Y hablamos de la casa volante por quedarnos en un detalle hermoso. Pero todo lo que sucede es un alarde, desde la ya comentadísima historia de amor de los diez primeros minutos de la película, al Zeppelín de lujo, los perros habladores, el escurridizo pájaro gigante, las cataratas paraíso,…

Para que seguir. Tenéis que ir a verla. Con gafas o sin ellas, no os decepcionará.