miércoles, 30 de octubre de 2024
Fin de viaje, Sahara
jueves, 9 de noviembre de 2023
XVIII Festival de Cine Inédito de Mérida
Aquí está de nuevo el Festival de Cine que más me gusta de los que cada año se celebran en España, el que se hace por pura vocación de servicio cultural al ciudadano, por unos tíos entregados, sensibles y eficientes, que además son mis amigos.
Hoy han presentado la sección oficial y la programación por días, que cubre del 16 al 25 de noviembre. Aquí van las pelis, para quien tenga la fortuna de ir, vivir o estar en Mérida esa semana.
Y además, la imprescindible sección Cine y Escuela, los talleres de Cine Asiático, la película sorpresa, la revista y todo lo demás. Hecho con mimo, para darle mimo a tanto cinéfilo desamparado como hay por ahí (muchas de esas películas nunca llegarán a estrenarse en los cines extremeños).
Así que a por todas.
Y a vosotros, Ángel Briz, David Garrido Bazán y compañía, os digo lo de todos los años, con la esperanza de que lo sigáis haciendo hasta que yo vuelva y aún después: Gracias por resistir.
jueves, 3 de marzo de 2022
Dos meses
Ahora que llegan los Oscars, con sus nuevas (y varias sangrantes) renuncias de cara a emitir con éxito para grandes audiencias cada vez más esquivas, podemos detenernos una vez más en el duelo David y Goliat.
Empecemos por David. Teniendo incluidas la última semana navideña y la entrega de los premios Goya, conseguir una recaudación total en cines de menos de cinco millones entre enero y febrero, por muy David que se sea, es para mirárselo. El cine español va buscando huecos en la cartelera en lugar de abrirlos. Y es muy mal sistema, porque cada vez quedan menos huecos (de los que no les interesan) para lo que no sea hollywoodiense.
Sigamos con Goliat. Agotadas las poderosas creatividades que aguantaron allí hasta el fin de siglo y mantuvieron su eco la primera década del actual, la aplastante victoria del gigante me resulta hoy incomprensible: se está convirtiendo en una fábrica de videojuegos más que de sueños.
Acortar su ceremonia anual de premios cinematográficos, llevándose por delante categorías tan trascendentales como el montaje, dice mucho de lo que le está pasando. El cine de Hollywood quiere seguir siendo un producto joven, pero los seguidores de las galas televisivas tienen una edad. Y las películas que más ruido hacen (en todos los sentidos), son de la otra, de la edad del móvil, el meme, el tik tok. Así que aumenta el desinterés de los televidentes de gala por los premios, para colmo hacia un cine en el que se reconocen cada vez menos.
En fin, que el aparataje de Hollywood es ya prácticamente monocorde, salvo por una docena de producciones de cierto prestigio y “qualité”, o unas pocas rarezas que pillasen distraído al jefe de reuniones del Estudio. Antes eran algunas más las que se salían del mega-espectáculo prioritario (el súper-heroico, el apocalíptico o post, la franquicia imposible), pero la variedad de géneros tradicional se ha trasladado a las plataformas y los directores con inquietudes han salido pitando para allá, cada cual a la que le acoge o al mejor postor. No hay más que ver en dónde están produciendo casi todo, aquellos cineastas que fueron pesos pesados en salas comerciales, y qué presencia les dedican sus distribuidores a esas salas, mientras las películas aterrizan simultáneamente en la tele de pago.
Hasta el viejo Coppola, para una producción grande “pero no me pase la llamada, joder, acuérdense de Cotton Club”, tendrá que rascarse el bolsillo si quiere rodar. 120 millones de dólares de su particular fortuna, con los que levantar un gran proyecto fuera de los tres sobados temas a los que hoy se aplican presupuestos de ese tenor.
En resumen, que la alternativa para el producto local –David- no es hacer blockbusters que compitan con los suyos –Goliat-, porque no se podrá, evidentemente. Eso en España solo le ha salido bien a Bayona, con muchísimo presupuesto, actores de la competencia y en inglés. Pero miremos hacia otros proyectos de “espectacularidades” locales y en nuestra propia lengua: Los últimos días, Superlópez, Combustión, Orígenes secretos... no sé cómo miden el fracaso sus productoras, pero a mí no me parecieron éxitos logrados (aunque algunas de ellas tengan mucho rescatable). Esa fórmula copista sólo sirve si te mimetizas con el modelo completamente y escoges géneros sin desmesuras presupuestarias obligatorias. El último caso, Way Down, plana y tópica como ella sola, pero resultona como película de atracos imposibles, pura evasión.
España podría competir perfectamente con suspenses bien tramados (ahí está Oriol Paulo), policiales agrestes (Rodríguez, Monzón), las comedias de toda la vida (nos daban repeluco el landismo y el ozorismo, pero joder qué racha llevamos), el terror acotado en espacios inquietantes, el cine social y los cuatro autores anuales de firma... Eso, por mencionar lo que ya se hace y apelotona su estreno en octubre y noviembre, inexplicablemente.
Pero siguen casi del todo descartados varios territorios jugosos y rentables: el cine periodístico o cine-crónica, el cine romántico, el cine bonito. Del histórico y el épico ni merece la pena hablar. Aparte de que volvemos a los presupuestos de primera, entran los idearios de carnet a la embestida y, para nuestra desgracia, el que no queda rojoperroflaútico queda facha de mierda (¡Qué país!).
Sea como sea, el año tiene doce
meses, no dos. Y esta última evidencia vale lo mismo para los dos meses en los
que nuestro cine concentra todos los estrenos fuertes, como para los dos meses en
los que recauda cinco exiguos millones.
jueves, 12 de noviembre de 2020
Dando el cante
Se dice, y es verdad, que los intérpretes hollywoodienses (anglosajones mayormente), son muy completos en su formación: que actúan, cantan, bailan… todo lo hacen bien. Tienen otras bazas con las que manejar estos recursos, claro. A saber: un presupuesto que permite ensayar los pasos del directo hasta la extenuación y cortar y repetir cuanto haga falta en lo filmado. Los mejores maestros, músicos, arreglistas, estudios de grabación y técnicos para que cante bien hasta el más grajo de la lista. Y desde luego, al que no sabe, ni puede aprender a tiempo, no se le mete en estos jardines a hacer el ridículo (léase nuestro mítico momento bochorno del anual "Goying" extremo).
Dicho esto, en la cinematografía del equipo local, extensible si nos ponemos estupendos a todas las que comparten el habla hispana, existen y han existido siempre profesionales con capacidades tan
luciditas como las de los anglosajones.
Con ese desparpajo tan del terruño, nos
parece digno de todo elogio que Meryl Streep cante temas de ABBA, Hugh Jackman sea
un estupendo bailarín-cantante, Anne Hathaway y Emma Stone salgan más que
airosas de musicales puros y duros, Michelle Pffeifer susurre molona un temazo
de jazz sobre un piano. O que Eddie Murphy cante reagee de fliparlo y la bella Scarlett tuviera grupo y disco. Todos son dignos de aplauso, no se me malinterprete.
Pero, en el mismo Hollywood yeyé, Banderas para Evita estuvo magnífico, aunque la película fuera una castaña (cosa que por cierto comparte con Los Miserables de Jackman y Hathaway). Penélope bailaba estupendamente en Nine (tiene formación específica para ello), y hace gorgoritos donde toca, o playback, que Almodóvar las gasta así.
Leonor Watling canta de coña, Nawja Nimri cultiva los dos palos con talento, la Velasco lo hacía todo y bien, Ana Belén es una actriz muy solvente con una voz de oro. Por no irnos a clásicos obvios de las dos orillas, Imperio Argentina, Carmen Sevilla y Sara Montiel, Jorge Negrete, Pedro Infante, Gardel, Yma Súmac,… Más cerca en el tiempo, Sacristán se curró El hombre de La Mancha, y Carlos Hipólito Sonrisas y lágrimas, para esa especie de teatro broadway-cañí que exportamos hace ya años a la Gran Vía con notable éxito…
En fin, cantantes que actuaban e intérpretes que cantaban hemos tenido siempre, incluyendo niños prodigio exprimidos como limones en la más pura tradición del cine mundial. El catálogo completo… para dar y tomar, que donde las dan las toman. Así que disfrutemos del talento, lo tenga quien lo tenga, antes de que los próximos Goya nos peguen su recurrente bofetada en nuestra maltrecha autoestima. Ahí va un botón de talento, Inma Cuesta:
martes, 3 de septiembre de 2013
La noche de los generales
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Buñuel y Hitchcock

Buñuel y Hitchcock, cruce de venenos
Aunque lo tuvieran perfectamente planeado, iba a resultar imposible conseguir el crimen perfecto: Hitchcock nunca convencería a Buñuel para que se bebiera el vaso de leche envenenada y Buñuel sería incapaz de mancillar un dry martini con unas gotas de cianuro para acabar definitivamente con la sorna incorrecta de Hitchcock... Pero el plan estaba en marcha. ¿Cuándo?... Pues en la única ocasión en que se tuvieron realmente a tiro, durante aquella tranquila velada en Los Angeles en 1972, de la que queda el testimonio de una fotografía en la que aparecen, además de Hitchcock y Buñuel, otros gigantes como William Wyler, Robert Mulligan, Georges Cukor, Robert Wise, Billy Wilder, George Steven y Robert Mamoulian... Fue una tarde tranquila, en la que ambos se confesaron su admiración y su indefensión ante las rubias frías y las pasiones calientes, su obsesión por el vértigo de los campanarios, por una pierna cortada, por la crueldad y los sueños. Y con el sosiego de las confesiones, llegó la armonía de dos frases de diálogo:
-Bébete el vaso de leche, Luis, antes de que se enfríe.
-Sí, pero déjame que te prepare antes mi mejor dry martini
...............................................
Los dos principales sospechosos, Fernando Rey y Vincent Price, tenían una coartada perfecta: no estuvieron en el lugar de los hechos. Pero llegaron a tiempo para destruir las pruebas. Vincent Price vació el azucarero y Fernando Rey lavó la copa de cóctel.
Oti Rodríguez Marchante.
martes, 22 de noviembre de 2011
Thelma y Chus
Ayer empezó el Festival

La VI edición del Festival de Cine Inédito de Mérida ha empezado. Toda la información en www.festivalcinemerida.com
viernes, 7 de octubre de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
una escena inmortal de western
viernes, 18 de junio de 2010
Lois me lleva ventaja
Se admiten apuestas sobre quién de entre las chicas malas de Hollywood va a compartir con ella pared expositiva y rock and roll.
miércoles, 26 de mayo de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
Los "enfants" ya tienen quien les escriba
Luna, cinéfila de raza, se ha apuntado al juego de espejos de David y Goliat escogiendo una pareja con mucho riesgo. Aquí está su visión, que completa la nuestra. Gracias de nuevo, amiga.
Les Enfant Terribles
Como Carmen Maura pidiendo “riégueme”, aquí Almodóvar está pidiendo a su cámara “cómeme”, en una pincelada caníbal al más puro estilo de “el último verano”. “Devórame y hazme tuyo”. Y así, el director se convierte en vasallo de sus imágenes.
Quentin se sale del marco, de lo ético, de lo establecido, sufre claustrofobia de la vida y se expande hasta el infinito, se golpea en los vértices y juega a la ruleta rusa del descaro con la desfachatez del timador.
Pedro se dedica a realizar especialmente cine “de-para-con” mujeres, ahondando en los más íntimos miedos, en sus valentías, su coraje, su sensibilidad, su sexualidad y enfatiza la camaradería femenina (tan poco destacada en el cine).
Quentin se especializa, sin embargo en un cine “de-para-con hombres”, despuntando el lado más brutal, más salvaje, más grosero, más violento y más inmaduro, “adolescentes eternos”.
Y los dos van de la mano, dos niños traviesos, curiosos, provocadores, “Les Enfant Terribles”, queriendo llamar la atención, dos “Peter Pan” gamberros, dos criaturas perdidas que desean ternura, que alguien les haga una caricia en la mejilla, y les alborote el pelo y con ello haga desaparecer su enfado con el mundo.
lunes, 15 de marzo de 2010
viernes, 22 de enero de 2010
Cine español versus cine de Hollywood (7)
martes, 12 de enero de 2010
martes, 5 de enero de 2010
Cine español versus cine de Hollywood (5)

Cuentan en los mentideros de Sunset Boulevard que dos divas del cinematógrafo coincidieron una vez en un escenario bien diferente de un plató.
Texto por cortesía de Juan Laborda, cinéfilo y novelista
autor de La casa de todos, actualmente en librerías