jueves, 12 de noviembre de 2020

Dando el cante

 

Se dice, y es verdad, que los intérpretes hollywoodienses (anglosajones mayormente), son muy completos en su formación: que actúan, cantan, bailan… todo lo hacen bien. Tienen otras bazas con las que manejar estos recursos, claro. A saber: un presupuesto que permite ensayar los pasos del directo hasta la extenuación y cortar y repetir cuanto haga falta en lo filmado. Los mejores maestros, músicos, arreglistas, estudios de grabación y técnicos para que cante bien hasta el más grajo de la lista. Y desde luego, al que no sabe, ni puede aprender a tiempo, no se le mete en estos jardines a hacer el ridículo (léase nuestro mítico momento bochorno del anual "Goying" extremo).

Dicho esto, en la cinematografía del equipo local, extensible si nos ponemos estupendos a todas las que comparten el habla hispana, existen y han existido siempre profesionales con capacidades tan luciditas como las de los anglosajones.

Con ese desparpajo tan del terruño, nos parece digno de todo elogio que Meryl Streep cante temas de ABBA, Hugh Jackman sea un estupendo bailarín-cantante, Anne Hathaway y Emma Stone salgan más que airosas de musicales puros y duros, Michelle Pffeifer susurre molona un temazo de jazz sobre un piano. O que Eddie Murphy cante reagee de fliparlo y la bella Scarlett tuviera grupo y disco. Todos son dignos de aplauso, no se me malinterprete.



Pero, en el mismo Hollywood yeyé, Banderas para Evita estuvo magnífico, aunque la película fuera una castaña (cosa que por cierto comparte con Los Miserables de Jackman y Hathaway). Penélope bailaba estupendamente en Nine (tiene formación específica para ello), y hace gorgoritos donde toca, o playback, que Almodóvar las gasta así. 

Leonor Watling canta de coña, Nawja Nimri cultiva los dos palos con talento, la Velasco lo hacía todo y bien, Ana Belén es una actriz muy solvente con una voz de oro. Por no irnos a clásicos obvios de las dos orillas, Imperio Argentina, Carmen Sevilla y Sara Montiel, Jorge Negrete, Pedro Infante, Gardel, Yma Súmac,… Más cerca en el tiempo, Sacristán se curró El hombre de La Mancha, y Carlos Hipólito Sonrisas y lágrimas, para esa especie de teatro broadway-cañí que exportamos hace ya años a la Gran Vía con notable éxito… 


En fin, cantantes que actuaban e intérpretes que cantaban hemos tenido siempre, incluyendo niños prodigio exprimidos como limones en la más pura tradición del cine mundial. El catálogo completo… para dar y tomar, que donde las dan las toman. Así que disfrutemos del talento, lo tenga quien lo tenga, antes de que los próximos Goya nos peguen su recurrente bofetada en nuestra maltrecha autoestima. Ahí va un botón de talento, Inma Cuesta:

2 comentarios:

  1. En los Goya se las pintan solos para dejar nuestra autoestima en el barro, desde luego.
    Veremos si Banderas les pone firmes.

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  2. ¡¡¡Adoro esa canción!!! ¡¡¡Inma Cuesta la interpreta de maravilla!!! Cómo me alegra que la hayas compartido aquí.
    Tiene una letra tan bonita.

    Beso
    Hildy

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