martes, 20 de febrero de 2018

lunes, 19 de febrero de 2018

La forma del agua


La forma del agua ha comprado muchas papeletas para los Oscar. Es una de esas producciones que demuestran talento en todo su despliegue visual (esencial en el cine, no digamos en el de Hollywood), en su banda sonora (larga vida al revival), y con una historia accesible y agradecida de ver.


La forma del agua tiene denuncia sin pasarse, diversidad radical, amor fantástico, humor dosificado (Richard Jenkins impecable), intriga (moderada), malvados y buenos de manual, paranoia política (la de siempre),… En fin, buenos ingredientes para gustar mucho y llevarse algunos premios de aquí y allá. 

Del Toro y su coguionista Vanessa Taylor no se han roto la cabeza con el guión, aunque tienen a Jenkins y Octavia Spencer para sacar petróleo cómico en cada frase que les toca (las mejores, claro). 

La potencia del mexicano como cineasta es otra y lo sabemos de antemano: la imaginería de “cómic o programa doble” (Cine o sardina), y su excelente puesta en escena.


Así las cosas, le ha salido una gran película, pero de las “epidérmicas”. Vamos, que no se mete en ningún asunto con demasiada profundidad, salvo en el agua y con el director de cámara en chip romántico.

Nada que objetar. Sólo cierta nostalgia de cine de entretenimiento estadounidense igual de entretenido que éste, pero con más poso. Entonces se llevaba el whisky más que el agua.


viernes, 16 de febrero de 2018

Cuando dejes de quererme


Se estrena hoy, como una fina loncha de jamón entre la de Marvel y la de Del Toro. Cuando dejéis de querer estas pirotecnias, seguramente se agradecerá más esta clase de película bien hecha y sin demasiado estruendo.

Coyunturas y modas fílmicas aparte, Cuando dejes de quererme es una película interesante y bien contada, aunque no alcance la intensidad deseable en todos los momentos narrativos en que la necesita. La intriga es adecuada, el humor agradecido, el romance no por convencional menos deseable. Casi todo a cargo de un trío protagonista idóneo, especialmente ella.


Pero en medio de tanto ruido y furia (que bien podía llevarse a un pasado como el de Durango en los 60 o en el 2000), a esta película le falta algo de tensión, ese no sé qué que suele nacer en la mesa de montaje, para que la historia no sólo interese sino que además apasione. El arranque lo pone en evidencia: va al grano y funciona, pero carece de pegada.

Podríamos decir que la narración se toma su tiempo y el crescendo se beneficia, pero conviene distinguir entre el jamón de york y el serrano. Entre la simpatía de Eduardo Blanco y la vulnerabilidad de Flor Torrente

Pejiguerías aparte, Cuando dejes de quererme se ve con agrado. No reventará la taquilla, puede que ni lo pretenda. Como no soy productor, diré que últimamente hasta resulta un consuelo.


viernes, 9 de febrero de 2018

Ese viejo caballero

Se encasilla en "duro con revólver" durante treinta años largos, mientras aprende a dirigir, se cuela en varias joyitas, cultiva la música elegante y arrastra varios divorcios y hasta una alcaldía. Con 62 años estrena Sin perdón y encadena Un mundo perfecto (con tiempo de protagonizar En la línea de fuego), Los puentes de Madison, Medianoche en el jardín del bien y del mal, Poder absoluto, Ejecución inminente, Space Cowboys, Deuda de sangre, Mystic RiverMillion dollar baby. Para todo eso, sólo necesita ocho años de trabajo. Cuatro más adelante se marca Gran Torino, con 74 castañas a cuestas. Y desde entonces hace películas muy por encima de la media, aunque de menos empaque que las de esa década prodigiosa. 

Estrena ahora la última (15:17 Tren a París), que la crítica está recibiendo a patadas. Vamos Clint, vuela algún puente o algo.



miércoles, 7 de febrero de 2018

Hasta los goyones



Goyas 2018: de las carencias técnicas y las otras, ya no hace falta hablar. Se repiten las mismas desde hace años. En cuanto a los premios, enhorabuena a los ganadores. A algunos los considero merecedores de cabezón y a otros no (eso tampoco es novedad).

Hoy vamos a tocar el tema-temita-tema:

A mí me parece que en la Academia, o donde se decidan estas cosas, se han instalado en que tiene que haber un tema reivindicativo-social por Gala. Y es menos escabroso el de la desigualdad femenina que el de Cataluña.

El de Cataluña ya empieza a cansar, es cierto, pero para el humor de gala televisiva da de sobra. No hay más que ver los miles de memes que llevamos desde septiembre, aquí y allí, muchos de ellos ingeniosísimos.

Cada cual es libre de pensar sobre el particular lo que le salga de sus prejuicios, pero resulta llamativo en todo este fregao el silencio de un sector entero sobre el asunto (sólo he oído esta vez a Banderas, quizá me perdí algo). 

Al contrario que en 2012 (Vargas Llosa y Almodóvar firmaban al pie de un mismo manifiesto), nadie se ha pronunciado, salvo para temer que el 155 congele la pujante producción de esa Comunidad, porque el pp nos odia. Parece que sólo puntúan para el guión los asuntos en los que se puede laminar al gobierno central, mejor si es de derechas.

Yo, francamente, echo de menos aquella Gala realizada por Pilar Miró en la que el leit motiv fue el beso (y hasta se podía bromear con lo catalán): 


No va con nuestro carácter (ni los medios lo fomentan, claro), pero estaría bien que empezásemos a separar legislación vigente de gobiernos de turno. Se puede desear un gobierno mejor que el que tenemos (hacerlo es casi inevitable), sin dejar de aplicarles la ley a quienes se la saltan. Sentirse nacionalista contrapuesto o afín al gobierno central del momento por estar de acuerdo en la aplicación de las leyes es, en mi opinión, una falta de madurez ciudadana.

En fin: En el terruño común, y en cada patria chica, la propaganda sigue. Y el Cine respira aliviado tras las críticas a su fiesta: "Bueno, chicos, ya pasó. Hasta el año que viene..."

viernes, 2 de febrero de 2018

Mañana los Goya

Espero que les salga una buena Gala, que ya va siendo hora.

Mi quiniela: 
Película Estiu, 
Directora Coixet, 
Guión El Autor, 
Artísticos Handía, 
Técnicos Verónica.
Suerte a todos.