viernes, 28 de febrero de 2014

Her


Her parte de una idea tan sencilla y vigente que parece mentira que se le haya tenido que ocurrir al rarito de la clase: Vivimos enchufados a la máquina y a través de ella canalizamos cada vez más la agenda, la información, el ocio, el vicio, las relaciones y los afectos. Aún hay gente de carne y hueso al otro lado, pero ya deben estar trabajando en Silicon Valley para resolverlo. Al fin y al cabo, la programación de cada plataforma y app se adapta a tus gustos primero y luego los moldea. Que lo haga con pop ups de texto o con la voz de Scarlett Johansson es algo que establece diferencias cualitativas, desde luego, pero no parece insalvable.

Her solo necesita de este panorama inquietante para establecer unos parámetros donde su protagonista sufra de amores. Y ahí está su acierto. Lo importante, en cualquier circunstancia, son los sentimientos moviéndose a ciegas entre la inseguridad, la melancolía, la euforia y el desamparo. 

Spike Jonze ha escrito un relato audiovisual imponente en torno a la capacidad de un hombre solo para compartir sus vivencias con la voz de mujer que siempre quiso escuchar y convertir esa voz en lo más parecido a la felicidad que produce el amor, mientras dura.

Joaquin Phoenix pasa por todos los efectos enumerados en el soneto de Lope, sin admitir en ningún momento que los experimenta únicamente consigo mismo. Como la mayoría de personas que se cruza en su camino, prefiere pensar que hay una versión dulce de Hall 9000 y que le cabe en el bolsillo que tenemos sobre el corazón.

Seguramente a día de hoy, incluso sin voz de Scarlett, no es el único enamorado de una app, pero sí el primero que se hace querer tanto por el espectador tecnificado. Aunque los académicos de Hollywood no se lo reconozcan en la ceremonia del próximo domingo. 

Delete, delete...

miércoles, 26 de febrero de 2014

Paco de Lucía


Compuso e interpretó las bandas sonoras de las películas La SabinaJosé Luís Borau, 1979), Montoyas y Tarantos (Vicente Escrivá, 1981), Carmen (Carlos Saura, 1983), The Hit (Stephen Frears, 1984) y Sevillanas (Carlos Saura, 1991). Grabó con Bryan Adams la canción "Have You Ever Really Loved A Woman" para la banda de la película Don Juan DeMarco (Jeremy Leven, 1995).
Y aunque no hubiese compuesto una sola banda sonora ni grabado una sola canción para el cine, se merece un post. 

Gracias, Paco.

viernes, 21 de febrero de 2014

The monuments men


George Clooney produce, escribe, actúa, dirige... y hace bastante tiempo que todo le sale bien. Por eso es más llamativo que esta película de interesante premisa y claves tan confortables como las que ofrece el cine bélico (variante 2ª Guerra Mundial), le haya salido tan edulcorada, tan falta de garra en lo dramático y en lo cómico. Sobre todo, teniendo a Bill Murray y a John Goodman en el reparto.

Si es cierto que sus referentes eran La gran evasión y Los cañones de Navarone, no ha podido aterrizar más lejos. El reclutamiento, la instrucción, las primeras dificultades, las búsquedas, los hallazgos y las bajas carecen de la necesaria intensidad o trascendencia. Solo el cariño hacia los actores, pero en ningún momento hacia sus personajes, te hace temer por su final en la película. Y a pesar de algunos insertos en off, las situaciones que debieron resultar conmovedoras distan bastante de serlo.

En definitiva, la película padece una corrección de poco vuelo que nada tiene que hacer ante su verdadera antecesora en esta temática, la impresionante El tren de John Frankenheimer. Se diría que a Clooney le ha preocupado tanto hacerles a los "Monuments men" un homenaje, que se ha olvidado de hacerles una película.

Goran Paskaljevic, su nueva película y un servidor



Ayer, en el Cine Doré, tuvo lugar el preestreno de Al nacer el día, la nueva película de Goran Paskaljevic, un  director de cine serbio que tiene en su haber títulos tan interesantes como Tiempo de milagrosTango argentinoLa otra AméricaEl polvorínSueño de un noche de inviernoOptimistas Lunas de miel

Una pirueta cinéfila entre amigos me permitió oficiar de fotógrafo para retratar la ocasión. El incombustible David Garrido Bazán, director de programación del FCIM, le entregaba el Premio Miradas que el público del Festival de Cine Inédito de Mérida otorgó a Paskaljevic precisamente por esta película. 

Luego salimos de la sala a charlar con el homenajeado y, ya que estábamos en un ambiente más distendido, también me hice la correspondiente foto. Que tengo la sección "Yo y..." muerta de risa desde que la inventé.

Hoy se estrena Al nacer el día en salas comerciales. La recomiendo a todo aquel interesado en propuestas alternativas al blockbuster. Cine europeo a menudo invisible, para una historia narrada con dureza, profundidad y emoción.

martes, 18 de febrero de 2014

A veinte pasos de la fama


Las coristas de Ray Charles, Lou Reed, David Bowie, Los Rolling Stone, Tina Turner, Michael Jackson o Sting tienen mucho que contar y que cantar. A veinte pasos de la fama les da la oportunidad de hacerlo.

Darlene Love, Mabel John, Táta Vega, Merry Clayton, Lisa Fischer, Claudia Lennear, Judith Hill,… El documental reúne un impresionante reparto de voces prodigiosas venidas de todas las parroquias negras de Estados Unidos que, en aquellos tiempos en que la funda de un vinilo podía ser una bandera, salieron al escenario exultantes de vida, belleza, voz, electricidad y amor por la música, contribuyendo a más de medio siglo de éxitos populares.

A veinte pasos de la fama es una película que se recorre con un sentimiento creciente de gratitud, pero que sobre todo, se escucha. Un merecido homenaje, para ellas y para nosotros. De música y de emoción.

lunes, 10 de febrero de 2014

Gala de los Goya: Antonia San Juan pierde el récord.



Me cago en el padre de los hermanos Lumiere, qué gala. 

La omnipresente Igartiburu (que en TVE es a los eventos lo que Van Damme al cine de prime time) fue la encargada de contarnos la alfombra roja, "corazones", en una noche climatológicamente horripilante, con manifestantes de la fábrica Coca Cola como metáfora del desguace nacional. 

El presentador Manel Fuentes pinchó, sin tono ni discurso, tan perdido como el ministro del ramo que tuvo problemas de agenda un domingo por la tarde en el que no aconteció otra cosa.

El presidente González Macho leyendo su discurso académico como si le estuviese esperando un helicóptero mal aparcado.

Unos sketchs de gracia ínfima, sin más sorpresa que Miguel Ríos y Chicote (bien ambos), donde el momento chanante brilló por absoluta falta de competencia.

Unos entregadores de premios que actuaron como azafatas (con un guión como éste quizá fuese mejor así). Javier Bardem, el único que habló antes de premiar, sacando la versión de sí mismo que esperan ansiosamente sus enemigos, pero casi por compromiso, atropelladamente faltón, desafortunado y triste como la misma gala.

Un número musical que si hubiera firmado Ana Botella despedazaríamos durante años. Se ha convertido en el momento bochorno de los Premios Goya y va siendo hora de eliminarlo del pack.

Unas intervenciones de presentadores anteriores que, aun grabadas con antelación, tenían la misma poca gracia que lo demás.

Unos discursos de agradecimiento aburridores. Solo Terele Pavez dio emoción y David Trueba lucidez. Lo demás fue fórmula, dispersión y mandar besos hasta al cachorro recién nacido de la perra del vecino de escalera.

La realización, para hacérsela mirar: a quién se enfoca en cada momento, desde qué distancia,  con qué objeto,... Qué papel jugaba la ventana flotante de backstage en medio de los agradecimientos sobre el escenario. Sería un no acabar. 

El uso de imágenes cinematográficas, salvo en el Goya de honor para Jaime de Armiñán, volvió a ser residual. No sé a quién corresponde entender en la retransmisión de este evento que la gala tiene como fin principal promocionar el cine. Por quedarnos con un ejemplo obvio: No se puede hacer el In Memoriam sin decantar lo emotivo de lo protocolario. Es loable incluir periodistas, jefes de peluquería y decoradores, pero Alfredo Landa, Jess Franco, Bigas Luna, Pepe SanchoSara Montiel, Maria Asquerino, Amparo Soler Leal o Elvira Quintillá no deben recibir el mismo trato que los desconocidos del público. 

Para no seguir: la peor Gala que recuerdo en lo que va de siglo.

Los premios bien. Podían haber sido otros y hubieran sido igualmente aceptables. 

Termino con un chiste a la altura de los de anoche: Vivir la gala de los Goya es más fácil con los ojos cerrados.

sábado, 8 de febrero de 2014

Tres hijos de Goliat inauguran Cinémalos



EL SEÑOR CONDE:
Sale de noche y bebe mucho, pero no se le conoce novia que le haya puesto jamás ninguna pega. Lo del título nobiliario siempre las impresiona y además es experto en trabajarse uno de los puntos más sensibles de la anatomía femenina: el cuello. Será por eso que le quieren eternamente… No importa que rehúse acompañarlas a bodas, bautizos y comuniones, nadie se lo reprocha no vaya a ser que le derrita el crucifijo al celebrante o deje de regalo un cajón de tierra más grande que una nevera. En cuanto a su concepto de la moda, vale que ya no se lleva mucho la capa española, pero el fondo de armario estilo Cárpatos sigue teniendo un encanto vintage a prueba de hipsters, trendys y trendsetters. Es lo que tiene ser un señor. Hoy volverá a beber.


PADRE NO HAY MÁS QUE UNO:
Se ha pasado la mayor parte de su vida adulta entre suspiros y resuellos, pero ¿qué remedio le queda rodeado como está de un ejército de incapaces que para colmo visten de blanco? El Caballero negro es un fino esgrimista condenado a ejercer como dragón de princesas y soporta a la fuerza que su primogénito pretenda darle lecciones. Corre el rumor de que quiso cogerle dinero para comprarse otro androide y que por eso le cortó la mano.


LA ETERNA ADOLESCENTE:
Hay edades que son muy dadas al berrinche y en las que se hablan lenguas incomprensibles para los adultos. Una sufrida madre de mi barrio lo llama a eso "ascolescencia". Es inútil que les digas que se pongan la bata, que la habitación está helada, y como no guardes bien la llave del mueble bar es fácil que te vomiten encima. Por supuesto, tú te sientes culpable, pero la cosa no se remedia con un libro de salmos. Es ver un libro y les da vueltas la cabeza.


viernes, 7 de febrero de 2014

Cinémalos en facebook



Hemos abierto otra sala aquí al lado, en el facebook.
Para todos los amantes del cine, pero en especial para los amantes de los malos más malotes: los cinémalos.
Un espacio para vosotros, cinéfilos de colmillo retorcido. 
Vosotros, que estáis siempre más pendientes del siguiente villano de Bond que del siguiente actor de Bond. 
Vosotras, que recordáis los clásicos de Disney por Maléfica, por la malvada reina o por la bruja del mar.

Los que no perdéis el apetito viendo películas de Lécter.
Las que deshojáis la margarita sobre el sepulcro de Drácula. 

Cinémalos del mundo: sabemos que una sala de cine no vale nada sin sus sombras. Y por eso estamos aquí. ¡Bienvenidos al reverso tenebroso del cine!



martes, 4 de febrero de 2014

Philip Seymour Hoffman

En cualquier película que le tuviese dentro,
compartiendo plano con cualquier reparto, 
él siempre estaba perfecto en su papel. 
Ya no hará ninguno nuevo. 
Qué más se puede decir.

lunes, 3 de febrero de 2014

La gran estafa americana



En el flamenco existe un recurso estilístico para los que tratan de abrirse paso que consiste en cantar imitando el timbre y el fraseo de un grande. Cantar por Farina, cantar por Molina, cantar por Camarón,... o cantar por Scorsese, cuando uno se pone flamenco en Hollywood para rodar cine "jondo" sobre el american way.

Eso ha hecho David O. Rusell, que después de películas no demasiado originales pero aseadas y con el aliño justo de novedad y de tópico (o sea, The Fighter y El lado bueno de las cosas), ha encontrado territorio para su ambición en una historia que suena a Scorsese, pero sin serlo del todo. Estéticamente muy setenta, por supuesto, con peinados, postizos, fiestas, música, suites de hotel, chicas locas y vertiginosas, política podrida, federales y hasta su pizca de mafia. Pero O. Rusell quiere dar con el punto de acidez adecuado al nuevo milenio y tira un poco de las riendas cada vez que la cosa parece desbocarse. No importa, porque tiene el gran reparto del año y unos papeles bien escritos en un guión hábil y generoso (a veces demasiado). La Lawrence repite loca con el director, pero mucho más precisa que en la última. Los escotes de la Adams pueden quitarle o darle el Oscar, y los tres machos del momento (solo falta Ryan Gosling), se dejan afear a conciencia para sacar tajada en pantalla.

Tiene que salir Robert De Niro en la mejor secuencia de la película para demostrarles quién cojones manda aquí. Y Martin todavía se está carcajeando, por no enviar al nuevo chico listo a sus abogados.