lunes, 26 de marzo de 2012

y dos más, irregulares y magníficas

Chico & Rita

Fernando Trueba y Javier Mariscal le pusieron corazón y pelotas a la idea que resume esta película: Dibujar una historia de amores contrariados en la época dorada del jazz latino y en los dos escenarios de su eclosión: La Habana y New York.
Años 40-50, una pareja fogosa de bocas cubanas, la ciudad de las columnas y de los coches descapotables, las noches gringas de neón y de clubs, los representantes sin escrúpulos, las carreras truncadas y la música, mucha música, música excelsa, música apasionada e inolvidable.
Todo el talento estético del estudio de Mariscal y la genialidad de Bebo Valdés en la partitura armaron dos terceras partes de esta película donde la peripecia transita sin embargo por lugares muy comunes. Y aunque son los lugares comunes que corresponden a un buen bolero, los mejores boleros son los que le ponen al asunto una letra especial. Quizá esa letra aquí sea, de nuevo, Mariscal y Bebo, más que Chico y Rita.
No sé, no quiero estar siempre poniendo pegas a todas las películas. Y ésta es, ante todo, fascinante.


Margin Call

La burbuja financiera un día antes de estallar y los que la inflan y se lucran con ella, recogiendo sedal a toda prisa. En cierto modo esquemática pero de escalofriante precisión en su atmósfera y contundente en la verdad que se respira por los pasillos vacíos de una firma financiera a las dos de la madrugada.
Dos escenas realmente desoladoras para la antología del género "quiebras" (las económicas y las morales): el relato sobre la construcción de un puente que ilustra de forma inequívoca en qué consiste un beneficio real y el disgusto de un jefe por la enfermedad de su perro mientras el 70 por ciento de la plantilla está siendo despedida.

viernes, 23 de marzo de 2012

Otra de pelis atrasadas

Últimamente voy un poco de cráneo. Se me acumulan las películas pendientes de ver o de comentar. Pero aprovecho un rato libre para dejar aquí mis impresiones sobre tres títulos recientes que seguramente ya no siguen en pantalla. Prometo enmendarme.

In time

Qué buen arranque y qué desperdicio de premisa. Puro Hollywood del XXI. Niccol tenía mucho más margen del que ha empleado. Bastaba con decirles a los ejecutivos del estudio que todos los personajes eran jóvenes menores de 25 años para tenerles satisfechos y ganar espacio filosófico. Pero ni con esas. El show de Truman sigue siendo su mejor guión, Gatacca sigue siendo su gran película. Ésta solo es molona.

War horse

Le ha salido a Midas un poco serie de lujosa producción, un poco herrática, no se sabe muy bien quién es el protagonista. Escenas melosas y batiburrillo de clichés, combinados con grandiosidad spielbergiana. Demasiado aclamada, demasiado fallida.

The artist

Los Weinstein serán unos cabrones, pero lo son a la vieja usanza, al estilo Samuel Goldwyn o Louis B. Mayer. Saben de cine y saben del público. Y arriesgan más de lo que parece. Casi son los únicos de la industria internacional a día de hoy, capaces de concebir el oficio de hacer películas como un riesgo grandioso, un arte de masas, un combinado de narración solvente, estética adecuada y cálculo comercial. Lo hacen también con directores que a veces no han tenido su gran película hasta que se cruzan en su camino. Y a ver quién tiene huevos de negárselo después de esta delicia. Olvídense de los premios que haya recibido a golpe de promoción. El premio es verla y recordarla. No hay palabras.

sábado, 10 de marzo de 2012

Moebius se ha largado


Moebius trabajó en los diseños de películas como Alien (R. Scott, 1979), Tron (S. Liesberger, 1982), The Abyss (J. Cameron, 1989) o El quinto elemento (L. Besson, 1997). Pero no está hoy aquí por eso.

Para mí era, sobre todo, el autor de Blueberry, El Incal, El garaje hermético, Starwatcher o Venecia celeste. Para los entendidos, el número uno del cómic mundial durante décadas.

Inside Moebius, su última aventura gráfica, le colocaba frente a los reproches de sus personajes en un juego de espejos alucinante. Un maldito genio con el que pude compadrear desde chaval, porque para ello bastaba con sumergirse en sus páginas.

Buen viaje a las praderas eternas, maestro.

jueves, 8 de marzo de 2012

Tiene delito reaparece en el expreso del litoral

Noruega, Círculo Polar Ártico. Vean, vean qué contenta está, llevaba meses buscando su ejemplar por todas las librerías de Escandinavia. La foto es del gran Nacho Sayas.