lunes, 27 de enero de 2020

Goya 1: La odisea de los giles


La ganadora del Goya a la mejor película latinoamericana de este año tiene una bondad principal: es argentina.

Eso hace que un guión convencional, para una historia desarrollada de forma bastante blandita y con soluciones poco imaginativas, amén de alguna licencia de grueso calibre, no sólo se toleren sino que no importen.

Ver a los argentinos soltándose frescas a la cara, largando discurso socio-cómico, enfadándose o queriéndose, es el centro del disfrute. Los Darín no son lo más interesante aquí: Ricardo puede hacer este papel con el piloto automático y Chino se limita a hacer un galán joven, sencillo y grato, que tampoco reviste dificultad para él.

La idea daba para mucho más, pero no parece que fuera esa la idea. Los argentinos comprenden el asunto a la primera y se sienten suficientemente reivindicados. Los españoles nos apuntamos a la odisea desde una distancia que cada vez es más relativa, pero comulgamos con los giles, porque eso somos también mayoritariamente.

Rodada con solvencia, interpretada con cariño y convicción.

Eso es todo, pásenla bien, que dicen allá.


jueves, 23 de enero de 2020

Terry Jones

Se acaba de morir la madre de Brian.


Que antes de serlo dirigió junto al otro Terry Los caballeros de la mesa cuadrada.

A mí la que más me gusto suya fue posterior a su época Monty: Servicios muy personales.

Adiós, cachondo

martes, 7 de enero de 2020

Star Wars: el ascenso de Skywalker


Star Wars es, en términos de recursos disponibles, el top del cine mundial. No existe ningún producto de la industria cinematográfica que se le pueda comparar. Para confeccionarlo lo tienen todo: el reparto que deseen, la dirección artística más fértil que imaginarse pueda, los efectos especiales necesarios e innecesarios (incluyendo los que tengan que inventarse para cada nueva producción al coste que sea), unos departamentos de maquillaje, vestuario y peluquería absolutamente cósmicos, música de primera (la de siempre y la personalizada para cada entrega), las localizaciones que les plazcan…  

Si vamos a lo general, su iconografía es el mayor triunfo de la cultura “pop” anglosajona post-Beatles, la de los últimos 50 años. Su “fan base”, inigualable. Su merchandising (en lo que, por cierto, fueron pioneros), está disponible en cada rincón del mundo y cuentan con acuerdos para visibilizarlo u ofertarlo hasta en la última hamburguesería mugrienta o tienda juguetera en las últimas de este planeta. Es el mayor negocio que el cine de Hollywood ha parido jamás.

En fin, que en lo que se refiere a "munición" de partida, lo tiene todo. Vamos a ponerlo más evidente: TODO.

Bueno... todo, no. Alguien se ha olvidado de los guionistas, los malmete en reuniones ejecutivas donde nadie quiere salirse de su baldosa o les ha prohibido no incluir una y otra vez a la Estrella de la Muerte, aunque sea en ruinas. Si esto sigue así, rescatarán pronto a jar jar binks para que salude en algún plano desde su silla de ruedas.

Hace ya demasiado tiempo, a los responsables de la franquicia más famosa de la Galaxia no les acompaña la Fuerza, salvo que sea así como se llama en el milenio de las dos décadas a la caja registradora (pay pal, para los jóvenes padawanes).

El resultado, en términos creativos, es un despropósito. Eso sí, un despropósito en ascenso.