domingo, 25 de octubre de 2009

The frost (la escarcha)


Como ya os comenté cuando la película concurrió en Málaga, mi madre suele decir que para algunas películas de Bergman no basta con ser sueco, además tienes que ser de la familia, para que te lo explique. Y aquí sólo tenemos de guía la sinopsis del periódico y alguna entrevista de suplemento.

Aunque os prometiese un poco más de coñita en el blog tampoco vamos a volvernos crueles. Porque, además, a las influencias bergmanianas hay que añadir que el material de base de La escarcha es de Ibsen. Por desgracia, Ibsen no era guionista y el guionista no es Ibsen. Y así pasa: los escenarios son apabullantes y el reparto, aunque raro, muy competente. Pero de Ibsen y Bergman sólo hay hallazgos esporádicos, unas pocas frases estupendas dispersas por el metraje, algún momento impactante,… y la capacidad teatral de Aitana, que en inglés pone más.

Resulta irritante ver una historia que, pudiendo ser comprensible y estremecedora a las claras, introduce claves para incrementar la sensación de catarsis y emborronar la lectura directa. El espectador más predispuesto se queda con la impresión de que “entre líneas” hay algo que se le escapa y que debe ser intelectualmente brillante.

Hace mucho que no leo a Ibsen, pero en esta adaptación juraría que entre líneas sólo está el blanco, el vacío... la escarcha.

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