lunes, 22 de octubre de 2018

El reino


Ya lo decía Michael Corleone: “cuanto más alto llego, más podrido está el ambiente”.

De eso va El reino, de escaladores, campamentos base y cúspide, y de la podredumbre que rezuma en cualquier punto del camino. Antonio de la Torre está muy arriba, va a mear con el gran jefe local. Como en El apartamento, tener la llave del lavabo de los jefes (es decir, mear a su lado) es una señal de éxito. Todo bastante animal.


Por eso, cuando llega el momento en el que se destapan las vergüenzas del reino en el telediario, ser cabeza de turco no es plato de gusto para nuestro protagonista, que prefiere el orgullo personal del “si yo caigo caemos todos” al chaparrón mediático y judicial (versión light), que incluye para compensar un inmediato retiro estratégico y dorado en Washington.

Cosas todas que nos suenan a los que pagamos con impuestos la prosperidad desmedida de quienes disfrutan el reino y, más concretamente, su ciudadela con castillo y casas de putas.

Rodrigo Sorogoyen, un director de cine que no tiene tanto éxito comercial con sus películas como merece, pues todas son superiores a la media, pone en pie una trama donde los enjuagues no necesitan entenderse a fondo. Suiza, Andorra, cohecho, malversación, información privilegiada, "transparencia", recalificaciones, mariscadas,... son conceptos que presentan un mapa muy completo sin que el espectador tenga que conocer las rutas específicas. 


El ritmo es soberbio, el montaje absolutamente premiable, la música idónea, y el número de secuencias antológicas casi excesivo, por lo intolerables que resultan muchas de ellas. Me quedo con el arranque a mesa y mantel, la reunión política de grupo, las de petit comité con la jefa de Madrid y el reyezuelo temible encarnado por José María Pou, la del yate, la del balcón, la de la fiesta andorrana, la nocturna de los coches, la del plató televisivo. Vaya, que me quedo con casi todo.

Una película vibrante, realista, desoladora, que sólo adolece de un star system del que España carece para arrasar. 
Debería.


3 comentarios:

  1. la vi ayer, ya iba siendo hora de una película así, pero puede que sea tarde, estamos demasiado hartos de la realidad del reino, como para verla reflejada también en el cine

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  2. Eso da igual. La peli es ccojonuda

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  3. La he visto en sala por los pelos
    buena

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