jueves, 14 de marzo de 2019

Triple frontera


Hay un dicho para aquellos melones que tienen poco sabor, pero no llegan a considerarse “pepinos”,  y que califica una fruta que sin ser deliciosa tampoco se deshecha: “Por donde pasa moja”.

Eso le pasa a Triple Frontera, que se ve sin desagrado, aunque no aporte gran cosa al subgénero comando de élite en misión selvática que se tuerce. Tiene un reparto más joven e interesante que lo que se estila en este subgénero, sobre todo desde que Stallone se empeñó en reverdecerlo a estas alturas de su larga y musculosa vida. Tiene un director, J.C. Chandor, que no pretende estilizar la violencia, sino contar la justa ante la cámara y la peor fuera de campo. Tiene un guión común y corriente, que no innova pero tampoco se desmelena. Y le sobra Ben Affleck, que debería dedicarse ya a dirigir películas sin salir en ellas o hacer de actor con cineastas que le moldeen (que los hay).

Netflix sigue su senda: hacer cosas de género que parezcan mejores que la media hollywoodiense del nuevo milenio, pero que luego se descubren, en el mejor de los casos, como dignas (aunque pálidas) sucesoras de lo que se hizo antes de Marvel. 

Hawks, Lean o Fuller rodaban mucho mejor. También sus guiones lo valían. En fin: por donde pasa moja.


1 comentario:

  1. Esa descripción de por dónde pasan mojan coincide para casi todas las producciones de Netflix, que son presentadas dejando sensación de ser melón de buen sabor pero que en el mejor de los casos, como en este según cuentas, no pasa de pasable, "se puede comer" y se come entero, total, ya que lo hemos partido.
    Son mirlos blancos las pelis de Netflix que cumplen las expectativas que provocan con el trailer, saben muy bien presentarlas.
    En cuanto la vea te cuento.

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