Apenas quedan pases de 70 binladens y lleva dos
semanas escasas en cartel. Es el destino de muchos estrenos cinematográficos que no
suenan "de relumbrón" desde mucho antes de salir (con relumbrón estoy pensando en Almodóvar o
en Los Vengadores, por poner dos casos opuestos).
Esta pequeña película de Koldo Serra contiene dentro dos
versiones:
La completa, desafortunada por un
prólogo completamente innecesario y un epílogo confuso que busca añadir
sorpresas vinculadas al prólogo y que no aportan mejoría al conjunto, incluso lo
devalúan.
La segunda, que empieza donde
importa, cuando aparece Emma Suárez, y tiene su desarrollo casi completo en la
sucursal y la plaza que hay delante de ella. Terminaría en la carta que un personaje deja en un hotel, centrándose en su contenido y,
como mucho, con algún apoyo de imágenes y voz en off de su lectura. Eso hubiese
bastado para redondear la historia y completado el puzzle mejor.
Así que me quedo con la sucursal,
sus recovecos, las atribuciones de cada cual, el atraco, las complicaciones, el
pulso entre las desesperaciones de los atracadores y la más avispada cliente,
los policías de fuera con sus dudas, piques y protocolos,… en fin, me quedo con
la batalla por los “binladens” en juego. Todo excelentemente rodado, con ritmo
del bueno, con suficiente intriga por la suerte de cada cual y, con un par de
personajes potentes a cargo de dos actrices fogueadas y magnéticas, Emma Suárez
y Nathalie Poza.
Pero ninguna de las películas que
contiene o pudo contener 70 binladens es un "evento", una experiencia de las que
hay que vivir en sala para que en tu temporada de Cine no quede una joya
pendiente. Vamos, que si la versión que yo propugno hubiese sido la ganadora en
el guión y en la sala de montaje, dudo que la suerte de la película en taquilla
hubiera variado a mejor.
El negocio del Cine se está poniendo cada vez más duro, hasta para conseguir una recaudación de 70 binladens.
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