Viridiana es la película
de 1961 que supuso el fugaz regreso a la cinematografía española del
inigualable Luis Buñuel, uno de los directores más grandes que ha dado la
Historia del Cine mundial.
Desde el punto de vista
narrativo, la película cuenta primero un relato despiadado sobre Don Jaime (Fernando Rey), el viejo caballero
deseoso de seducir a Viridiana (Silvia
Pinal), una pariente joven y novicia a la que ha costeado su vocación. Este
asunto se encadena, suicidio mediante, con el proselitismo condenado de
Viridiana y su asunción de que la carne debe cobrar tributo para que el humano
entienda lo humano. Pero todo esto sin tesis ni discurso alguno, con humor
malvado y escenas míticas para dar y tomar.
Hace tiempo que nos venden
cualquier bobada etiquetándola de perversa, transgresora o escandalosa por un
cruce de piernas, una irreverencia impostada o un poco de porno salpimentando
cine convencional. Cualquiera de esas “demonizadas oficiales” es una minucia
frente a ésta y otras muchas películas de Buñuel, el meteoro universal, que
diría un colega.
Lo de Buñuel es de otro mundo. El París surrealista, la guerra civil
española, el mejor Moma de NY, la edad de oro mexicana, las amistades –de igual
a igual- con todas las leyendas del siglo XX y un talento destructor sin igual
en el arte moderno.
Viridiana ganó en Cannes la Palma
de Oro, la condena vaticana y el oprobio del régimen que había autorizado su
rodaje. Toda huella del mismo fue borrada y todo el material destruido, salvo
la copia del festival que Alatriste consiguió llevarse a México para tirar
copias nuevas y estrenar donde lo permitieron.
Diez años después, Buñuel volvió a España y rodó otra obra
maestra, Tristana. Se acercó a verle trabajar en Toledo el más
consagrado representante de la nouvelle vague, François Truffaut. La prensa local, por descontado, se volcó en el
director francés preguntándole por el motivo de su visita. “Yo sólo he venido
por si el maestro necesita tabaco o cerillas”.
Pues eso. El maestro.
(*Artículo publicado en la revista Tarántula, mayo 2014)
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