La película que un verdadero
verano se merecía llegó, bastantes años después de estrenarse la primera de esta
familia de súper-héroes, en una aventura más lograda que todo el universo
marvelita que llevamos visto en pantalla.
En esta ocasión, Elastigirl toma
el mando (ahora le dicen empoderarse), para realizar toda clase de proezas
físicas, automovilísticas y deductivas que dejan boquiabierto al espectador,
mientras su esposo Míster Increíble se hace amito de casa y va aprendiendo a
entender y manejar a la complicada prole.
Por supuesto, la inolvidable modista Edna tiene sus momentazos (no se puede desperdiciar un personaje así), y hay pequeñas historias paralelas que enriquecen la aventura de la principal heroína. Sólo su oponente pierde un poco de garra en comparación a Síndrome.
Pero la primera de Los increíbles era una obra maestra del cine. Ésta sólo es una gran película.
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