viernes, 14 de julio de 2023

Decisiones acaloradas 1: Holy Spider

Holy Spider (Araña sagrada), de Ali Abbasi fue la primera que nos empaquetamos. Aunque el dinero lo pusiese Francia, esta clase de películas tan de Oriente Medio tienen un plus de partida: retratan una realidad a la que rara vez nos asomaríamos fuera del cine. Y suelen, por desgracia, arrastrar también un valor de denuncia muy mal digerida por los denunciados. 

La actriz principal, Zar Amir-Ebrahimi, iraní de nacionalidad francesa premiada en Cannes por este papel, ya tuvo que huir en su día de Irán por una campaña de desprestigio, pero después de esta película está directamente amenazada de muerte. En fin, supongo que en Irán no vive ni el último eléctrico, aunque no rodasen la película allí.

La cosa va de asesino en serie, pero no sólo de eso. Prostitución callejera, fanatismo malsano, enjuagues y componendas de la comunidad, su percepción deformada de las cosas, la religión metomentodo, la policía laxa... 

No es que Holy Spider invente nada que no se sepa o intuya a estas alturas. De hecho, hay cosas tan asimiladas por el común que por eso unos barrios con mucho hormigón sin jalbegar, cafetines desangelados, motos nocturnas y escasa luz eléctrica nos sobran para situar geográficamente la historia. Ni un sólo monumento o plaza emblemática es necesario para ser más verosmil. Con lo ya dicho, unas viviendas de mucha alfombra para sentarse en el suelo, cárceles peladas, la ropa de ellos y de ellas y poco más, la película remite perfectamente a una sociedad jodida.

Holy Spider tiene en ese retrato su principal baza, puesto que la intriga es leve, algunos fallos de guion visibles y el ritmo irregular. Pero la ventaja de no ser cine estadounidense es que no tienes la completa certeza de saber lo que va a pasar ni cuándo. De paso, su final resulta absolutamente demoledor.    



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