Leo en un blog vecino (elblogdelcineespanol.com), que “debido a lo bien que está funcionando su
estreno limitado en USA, y también a nivel mundial, Warner anuncia que ampliará
el número de copias el 18 de julio de Momias
en cines en Norteamérica. Esperemos que apuesten por ella a lo grande, más de
1000 copias, y la cifra que acumula allí de 4 millones se multiplique por 10”.
Ojo, que la película lleva recaudados en todo el mundo
40 milloncetes y le queda cuerda. Pero en lo que al mercado USA se refiere,
dudo mucho que se cumplan los sueños del bloguero vecino. Para empezar, si
entras en filmaffinity, es bastante significativo que las únicas críticas
abiertamente negativas, extraídas de la prensa mundial, sean de medios
anglosajones (The Guardian y Empire). Y luego, es proverbial la terquedad de la
industria norteamericana en ningunear todo lo demás, permitiendo que entre solo
a cuentagotas y como algo exótico pero muy muy residual. Aunque lo distribuya
una major estadounidense desde su filial extranjera.
La verdad, no entiendo el temor. Porque, al
proteccionismo estadounidense y su vocación acaparadora en cuanto cruzan la
frontera, se suma el verdadero factor de éxito, el definitivo: ese entreguismo satisfecho de
los mercados en los que su cine se mete a saco, con las buenas películas, las
simplemente espectaculares y multitud de bodrios disimulados por la estrella de
turno (véase El exorcista del Papa, inenarrable).
Pero
no hablo ya de las salas comerciales, la mayoría en manos de compañías y fondos
que tirando del hilo te llevan fácilmente hasta los “Monopolio bros”. Hablo de
cadenas de televisión (empezando por la estatal), de pantallas con menú en
autobuses, trenes y aviones, de revistas, de redes sociales… La competencia
tiene a todos los hispanohablantes de su parte y, además, encantados de
estarlo.
De hecho, la conquista cultural anglosajona,
audiovisualmente hablando, es tan abrumadora que hasta en los títulos más
potentes del cine infantil producido aquí en España, se suele recurrir a
escenarios, temáticas y códigos perfectamente intercambiables con los de USA.
Los ejemplos son ingentes: Planet 51, Tadeo Jones, Justin
y la espada del valor, Atrapa la bandera, Klaus…
Hasta ésta misma de Momias huye de referencias que nos puedan resultar
“casposas” tirando de reliquias egipcias y egiptólogos británicos.
Las películas mencionadas como ejemplo son razonablemente buenas, pero si no supiésemos que se hacen aquí, pasarían por gringas. Y las distribuyen las majors, claro. En fin, que Momias haga pasta donde quiera que estrene y que se pierda poca en el camino de vuelta. Con eso hay que conformarse. USA no paga traidores.
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