Víctor Erice, el director de cine de marca insuperable (tres largometrajes = tres obras maestras), tiene una película nueva para hornear titulada Cerrar los ojos. Por lo que he leído aquí y allá lo de la pasta aún no está rematado, pero convertir en noticia que está todo listo para el rodaje puede atraer la que falta.
La cuestión es ¿por qué rodar con 82, después de treinta años sin estrenar ningún largometraje con tu firma? Será el gusanillo de vivir: dar un puñetazo en la mesa, el último hurra, el último baile, el último atraco.
No suele salir bien, pero siempre hay excepciones. Y Erice lleva toda su carrera siendo excepcional.
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