Tener un pequeño sobrino en casa y que el calor no dé tregua tiene estas cosas, que acabas viendo la que un amigo ha calificado de manera fulgurante: "chorradaza".
Hay poco más que decir, le salió bien la comedia de Ragnarok, combinando a Thor y a Hulk con un desenfado que hizo blanco, pero en ésta Love and Thunder Waititi se pasa de chistoso (qué cantidad de chistes malísimos, además). Se pasa hasta bastante más allá de lo que aconseja el buen juicio, incluso para una película de super-héroe marvelita con vis cómica descubierta por el propio Taika.
El ritmo de paso, no existe ni como concepto. En cuanto a la obsesión por las cuotas, opciones y empoderamientos, lo de Hollywood roza el ridículo desde hace años, pero va a más. De la invisibilidad o la mofa para según que roles, hemos pasado al bombardeo constante de alternativas sentimentales, sexuales y volcánicas, pura discriminación positiva repartiendo chufas por el cosmos vikingo. Aquí se empoderan hasta los críos, aunque hay que admitir que la idea de los niños batalladores es la mejor de las muchas que desaprovecha el guión.
Tener a Natalie Porman, Russell Crowe (joder Russell, joderjoder), Matt Damon y Cristian Bale para hacer una chorradaza. Bienvenidos al Hollywood siglo XXI, año 22. Primer verano sin covid según discurso oficial.
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