miércoles, 9 de agosto de 2023

Oppenheimer

 

Otra superproducción del verano de 2023 que puedo considerar vista y masticada.

Sin darnos demasiado respiro en tres horas de película, ni detenerse más que lo justo en el análisis de personajes, Christopher Nolan combina en Oppenheimer mejor que suele las elipsis, los cambios de tiempos y espacios y hasta el tratamiento fotográfico a blanco y negro o color.

Es cierto que Nolan fuerza este biopic parcial a encajar en su estilo, muy efectista, pero esa rareza le sienta bien al meollo de la película, una carrera contrarreloj para obtener la bomba atómica frente al enemigo nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Hay más asuntos que se tratan, de tiempo después o anterior al proyecto Manhattan. Estos tienen su interés por sí solos y engordan el total hasta las tres horas que ya parecen preceptivas para una “película importante”.

Lo mejor de ésta es su guion, preciso e inspirado. Se dicen las cosas que importan y las irrelevantes con una brillantez inusual en el Hollywood de hoy. De lo que cocina “la meca”, empiezo a pensar que la mayor parte de las cosas las escribe ya la AI y eso ha propiciado la huelga de guionistas.

Afortunadamente, no parece que Oppenheimer se haya redactado en piloto automático. Lo único que a Nolan le sigue lastrando para no conseguir obras maestras es un abuso de banda sonora que ciertas historias no necesitan (el tratamiento sónico de la explosión atómica así lo demuestra) y algunas decisiones de puesta en escena que mueren por acumulación. Un desnudo fuera de contexto puede ser impactante y acertado, pero su conjugación posterior e inmediata anula el valor de la feliz idea inicial.

Es Nolan en estado puro y hay que tomarlo tal como viene, con nuestra pizca de orgullo, nuestras inevitables reticencias y una mínima dosis de arrepentimiento. Como la física aplicada.


 

1 comentario:

  1. La vi con mi hijo (15 años) que tenía muchas ganas de verla dado su interés por la física y he de reconocer que no me esperaba esos desnudos ni escena de sexo de Florence Pugh, además es que me parecieron fuera de contexto y desde luego menos me lo esperaba siendo esta una película de Nolan, que no es muy dado a esto en sus películas, aunque fuera algo "leve".
    La película se hace un poco liosa de seguir en algunos momentos por tanta referencia a nombres, que son muchos y te pierdes, yo al menos podía parar y darle para atrás en algún momento, que si no...
    Mi hijo y yo pensábamos que se seguiría el proceso de elaboración de la bomba y se verían algunas de las dificultades científicas a resolver, pero sobre esto pasó muy por encima sin apenas pararse en un par de cuestiones, claro, supongo que poco interesará a la mayoría.
    La película se centra en el politiqueo, la caza de brujas aguardando tras la mata y fuera de ella y una sorprendente ausencia de remordimientos casi generalizado por la barbaridad que perpetraron que seguro dibuja lo que fue en la realidad quedándose corto.
    Nolan es de cine de diálogos, de momentos pausados de desarrollo largo y de guión enrevesado hasta para contar 1+1, así le gusta a él y así lo hace y le queda muy bien, pero su fuerte es la ciencia ficción.

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