Reinó en los 80, con títulos que se han convertido en cine norteamericano "de culto" (un término que entonces se asociaba a la calidad rara, no tanto al frikismo): Body Heat, El beso de la mujer araña, Gorky Park, Reencuentro, El turista accidental...
Aquella década lo convirtió en estrella, hasta le endosaron la clásica "tarta de crema" como profesor de sordo-muda, tan del gusto de la industria fina, en Hijos de un dios menor. Pero, con todo, se veía que Hurt no encajaba en el rol estelar. Todavía en los noventa fue protagonista o coprotagonista de titulos notables (El Doctor, Hasta el fin del mundo) o maravillosos como Smoke. En ésta última daba un verdadero recital junto a Harvey Keitel sobre lo que significa en un actor saber narrar y saber escuchar lo que te narran.
Pero progresivamente se le acorraló o se acomodó él -eso nunca se sabe-, en secundarios de lujo para producciones alimenticias o afortunadas. Era un infalible: lo mismo te hacía un hermano mafioso, sobrándole con unos pocos minutos para devorar a todo un Viggo Mortensen (Una historia de violencia), que se dejaba barbas medievales para ejercer de noble consejero en Robin Hood, que se metía en la súper-franquicia de la última década marvelita como burócrata solvente.
Se ha ido con 71 años. En este Hollywood tan distinto al que le vio debutar y lo propulsó hasta la cima, para luego desaprovecharlo.
Si quitas a William Hurt del casting y vuelves a pesarlo, lo que queda sin él es el peso del humo.
Me dio muchísima pena. Yo a William Hurt no puedo olvidarlo. Adoro Reencuentro, El beso de la mujer araña, El turista accidental, Fuego en el cuerpo, Hijos de un Dios menor... Son películas que formaron parte de mi bagaje emocional y cinéfilo.
ResponderEliminarBeso
Hildy