martes, 18 de diciembre de 2018

David en el primer corte de los Oscar


Como era de esperar y al primer filtro, ese que deja una pre-lista de nominaciones al Oscar por película extranjera en diez títulos o menos (este año, nueve), la película española Campeones se ha caído de la competición.  

Estamos en el año de Cold War y Roma, aparte de la propuesta colombiana Pájaros de verano, que también tiene opciones, seguida de las películas presentadas por Alemania, Dinamarca, Japón  o Corea del Sur (cuatro pesos pesados) y los meritorios trabajos procedentes de Líbano y Kazajistán (olé por ellos), que difícilmente se estrenarán aquí, salvo que alguno dé la sorpresa y gane.

Campeones es una película "buenrollera" a más no poder, de las que sienta bien al humor y hasta al alma (de ahí su éxito en nuestra taquilla nacional), pero sus opciones en esta competición californiana, feroz de calidad y contactos, eran prácticamente nulas. Ha llegado todo lo lejos que en su mano estaba y esperemos que la Academia de Cine a la hora de repartir Goyas lo entienda así, porque los premios cinematográficos se consolidan con apuestas más contundentes.  



Entretanto, Rodrigo Sorogoyen ha hecho un doblete fascinante en su último año: no sólo ha filmado El Reino, un excelente largometraje que también opta a todo en los Goya y sería un justo ganador, sino que aún le ha dado tiempo a levantar el cortometraje Madre, que sí se mantiene aún en la carrera hacia los Oscars (quedan diez en liza antes del último corte, ese que te lleva a la ceremonia para ganar o perder en directo).

Madre es un cortometraje brutal, sencillo y fascinante, un ejercicio milimétrico de guión, puesta en escena, movimiento de cámara e interpretación. Podría ser el principio de un largo (creo incluso que éste se va a hacer), aunque no acierto a imaginar qué vendría luego capaz de estar a la altura de semejante planteamiento. En poco más de 15 minutos, Sorogoyen provoca un efecto mazazo de 24 kilates. La angustia es creciente en los personajes y en el espectador hasta hacerse casi insoportable. Sólo queda la grieta de un final no explícito para escapar pensando que las cosas van a enderezarse, que los personajes fuera de campo resolverán la alarma, al fin injustificada. Deseas que sea así, con más fuerza incluso que Sorogoyen llegar hasta la final del Oscar.

Creo que es muy probable que este director esté sentado en la platea en esa noche futura. Que recoja o no estatuilla, es tan incierto como el final fuera de campo de Madre.


2 comentarios:

  1. El silencio de los otros (documental) también sigue en la carrera.

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    1. Es verdad, y tiene detrás a los Almodóvar, con probada experiencia en lo de moverse en los Oscars. Aún así, le veo más posibilidades al cortometraje de Sorogoyen

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