domingo, 16 de abril de 2017

Fast and Furious 8


En mi descargo debo decir que era una sesión de machos alfa familiar (sobrino, hermano, patriarca, todos muy amantes de la alta cilindrada). A partir de ahí, hay que reconocerle a la saguita que no se moleste en poner títulos creativos. Ésta es la 8 y ya está: Carracos a toda leche, guapas mozas, parajes variados, piñazos a gogó, un plan para destruir el mundo, una improvisación igual de destructora para evitar el plan maligno,... y así. 

Sale la Pataki, pero nunca lució como conductora en la saga y eso trae consecuencias a la larga (hasta la 8 hemos llegado, guapa). Su cheque se habrá llevado a Asgard, qué duda cabe. 

También sale Charlize, que hace de mala y se marca una interpretación elocuente, que consiste en no pestañear para dar muy psicópata (o eso, o ha pasado por quirófano para nuestra desdicha actual y futura).


La gran novedad es que aparece La Habana, la verdadera. Suena Pitbull y malgastan una canción (mejor) de Orishas. El ambiente es mentira, obviamente, tan exagerado como todo lo demás, pero la arquitectura es la auténtica, y allá que va a todo gas un "almendrón" para el desguace por San Lázaro, Parque Central, Habana Vieja, Vedado y Malecón demostrando que Dominic Toretto es el mejor piloto vivo pisando pedal, que el trazado urbano se tunea lo que haga falta y que los gringos tienen una idea de Cuba más antigua que el bloqueo, pero venderá entradas de cine y billetes de avión a cascaporro.

Detalle simpático: después de moverse ufano por en medio de una flashmob de cubanas ligeras de trapo meneando el cun cun en plena calle (como si cualquier calle habanera fuera un anuncio veraniego de Coca-Cola), Toretto confiesa haberse instalado en Cuba atraído por su cultura y su gente. Que se prepare la Isla.


Poco más que añadir: New York luciendo atasco caído del cielo, Berlín en llamas, lago helado (ex-ruso) más largo que el campo de fútbol de Oliver y Benji... Los prodigios técnicos en lo que a acción se refiere son muchos, impresionantes hasta la comicidad, caros y rentables. 

A este género le pasa como al de las artes marciales, que el guión vale huevo si las peleas / persecuciones están a la altura. Para eso, conviene tener a un sobrino experto en coches que sabe de antemano el modelo de Lamborghini que va a darte problemas sobre hielo. 

Contratad a mi sobrino Kike como asesor para la siguiente, que ya os vale.

5 comentarios:

  1. los sobrinos son sagrados

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  2. El que aparezca la Charlize haciendo de mala ya es un buen gancho, mejor que los que endiñan La Roca, Diesel o Statham.

    Y la Pataki como no haga carrera ya en Asgard, lo lleva crudo.

    "... cubanas ligeras de trapo meneando el cun cun en plena calle (como si cualquier calle habanera fuera un anuncio veraniego de Coca-Cola)" 😂😂

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  3. A estos los metes en la mina de los del post anterior y te rescatan a los 33 en un par de volantazos

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  4. Respuestas
    1. Lo que puedo, maestro, lo que puedo.
      Pero mira: voy a hablar de Julieta y Kiki, por ser vos quién sois.

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