miércoles, 12 de mayo de 2010

Robin y Alicia: Antes y después de los mitos.

Hollywood es cada día más ecológico: recicla que da gusto. Y además, ahora los bosques calcinados, los castillos a tomar y los mares teñidos de sangre se pintan en digital. Lo dicho, conciencia ante el deterioro del medio ambiente. Aunque alguien me tiene que explicar qué hacen con las gafitas 3D que recogen a la salida y tiran a un contenedor ¿Se reutilizan? ¿Acaban en un vertedero de la Ántartida? ¿Sirven para combatir la solanera de los campamentos saharauis? En fin, no nos vamos a poner ahora en plan Robin en el país de las maravillas. Lo que importa es cómo va el negocio y cómo responde el público al “lava más blanco” de un detergente que ya dijo hace años que “más blanco no se puede”. A los títulos acompañados de un 2 (Iron Man), 3 (Las crónicas de Narnia), 4 (Shrek, Piratas del Caribe),… de las franquicias cinematográficas que estrenan con 600 copias y barren de las salas cualquier producción humilde, lograda o fallida, se han incorporado los comienzos o precuelas y los epílogos. O sea, Robin Hood y Alicia. Con Scott y Burton dándole tono al pack correspondiente.


Y el resultado es inversamente proporcional a la ambición del firmante. Burton quiere ser Burton sin molestar a Disney y se la pega. Scott sabe que tiene un producto comercial que resolver y lo clava. Ambas películas han buscado la parte no contada del mito. Robin antes de ser Hood. Alicia después de ser Alicia. Y eso da ciertos márgenes a los guionistas, pero les expone a decepcionar al seguidor exigente de cada personaje. Por eso, en Alicia, los que aguantan la película son los más fieles a su carácter original (la reina roja, el sombrerero) y en Robin, los momentos más afines al espíritu de la historia de siempre (la astucia de la suplantación, la pericia del arquero) se elevan sobre lo demás. Los mitos no necesitan reinventarse, sino renovarse. Para eso son mitos. Y vamos a desengañarnos: ¿Cuántos de los espectadores potenciales de estas películas han visto las versiones anteriores? ¿Qué necesidad hay de inventarse partes de la historia que no alcanzan la genialidad primera?
Ser fieles al personaje y su peripecia no implica hacer un ejercicio de calco o, como en aquella moda terrible y efímera, colorear películas de blanco y negro en tonos pastel, sino adecuar la historia a un nivel técnico que ofrece mayores posibilidades, poner actores hoy populares y meterle un ritmo que compita con todo el audiovisual disponible en esta generación hiper-cableada. Scott, inventando la mayor parte de la biografía de Robin, se acerca mucho más a este planteamiento que Burton recuperando a Alicia el día de su pedida de mano. Robin vuelve a ser valiente y generoso, pícaro y audaz, ladrón y caballero. Su causa siguen siendo los oprimidos y sus enemigos el rey y los pelotas que le cercan. En cambio, Alicia ha dejado de fascinarse y participar con la alocada lógica interna de sus sueños para convertirse en el paladín indeciso de una guerra con bandos que a Carroll le pondría la leche verde.


Para ir terminando, ya lo dice un amigo ruso: “Con los mitos solo caben dos opciones rentables, adorarlos o joderlos”.

Scott o Burton.

5 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo al comentario tan bien tirado sobre el "reciclaje".

    Vivimos una época de poco estiramiento neuronal, donde lo videoclipero, lo rápidamente masticable y diurético es lo que prima y domina. Es mas... si alguien osa salirse de ese guión.. la vorágine cultural que nos rodea se lo come con patatas fritas.

    Hemos de estar preparados, pues lo que viene no es baladí (títulos como el remake de "los pájaros" o "My fair lady").

    Un saludo afectuoso.

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  2. Esto de los remakes, versiones, y versiones de las versiones,…..lo llevamos viendo mucho últimamente, de ahí que a veces, nos apetezca recurrir al cine de antes para ver películas con un guión sorprendente, una historia apasionante y unas interpretaciones brillantes, ¿cualquier tiempo pasado fue mejor? No todos, pero algunos sí son memorables. El recurrir a algo que nunca puede fallar, nos pasa a todos, es muy cómodo, desde la ropa, hasta las frases que hay que decir. Es mucho más fácil optar por algo ya realizado, que innovar, desconociendo qué va a pasar. Yo tengo un poco de todo, al fin y al cabo estoy rodeada de lemas, tales como “Innovamos el futuro”. Lo de los remake de las dos películas que comenta Chus, da mucho miedo, no me imagino nada bueno. Ahora nos hacen una versión gore de “Los Pájaros”, o una medio-porno de My Fair Lady, con una menor,… ¡Qué desasosiego! De todas formas, me apetece ver a Robin, cine de aventuras en pantalla grande,…Umm, puede ser divertido y lo que no salga en pantalla ya me lo imaginaré yo. Alicia me da más pereza, pero caeré, caeré como la primera Alicia persiguiendo un conejo blanco.

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  3. Con Russell al menos disfrutarás femeninamente hablando. Con Alicia ni eso, porque Deep no luce planta. Tú verás, Luna

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  4. Yo es que los tiros parajiles creo que van apuntando al 3D....

    Sobre My Fair Lady... no olvidar por otra parte que se trata de un remake de Pygmalion.

    Puede que si se hacen bien, merezcan la pena. Eso si... personalmente prefiero las ideas nuevas.

    Un saludo.

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  5. “No se debe abrir el paraguas hasta que llueve” (No sé si esto es un dicho inglés o me lo acabo de inventar). No quería yo ni ser pesimista, ni cínica, Chus. Esperaremos a ver qué nos ofrecen. Yo también prefiero la innovación. (Estoy pensando que si no es un dicho inglés debería serlo).

    Fernando, verás, es que para mí, Russell, no tiene ese atractivo viril sexual de dejarme con la boca abierta, sin ánimo de ofender, claro. Creo que nosotras lo tenemos peor que vosotros, que tenéis un plantel de chicas guapas a elegir que para qué. De todas formas, aunque los piratas no están muy por la labor, creo que ver una de aventuras, puede estar bien.

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