jueves, 13 de enero de 2022

Love and Monsters


No diré que esta película se convertiría en título palomitero de culto si la hubiesen hecho en los 80, pero tiene su gracia, su ritmo y su heroísmo de vuelo corto. Vamos, como las de los 80.

Paramount se tomó la molestia de hacer en 2020 un blockbuster familiar que no diera arcadas XXI y se encontró con la pandemia obligándoles al fin a estrenar en plataforma.

Pero es cine. Cine palomitero honesto y ameno. No inventa nada aunque tampoco plagia a lo gorrino. Y no se toma demasiado en serio, lo cual se agradece. Escoge el tono justo que le da un cuaderno de dibujo. 


El chaval, Dylan O´Brien, se deja de laberintos en los que correr con cierta solemnidad boba, para tomarse un respiro y demostrar que de una ciencia ficción básica pero coherente se puede hacer algo mejor -comedia- y salir triunfante. Jessica Henwick despliega una belleza luminosa pero, además, sabe mirar, besar y repartir estopa. Con eso, un perro fiel, una "niña mad-max", un puñado de refugiados de buena voluntad, un robot bien escogido, tres malvados chapuceros y la colección de bichos letales o no tanto, la aventura está servida. 

Puede que la selecciones para echar la siesta y al terminarse aún no hayas cerrado el ojo. 

O te va el amor o te van los monstruos.

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