La penúltima de Woody (que pronto será la ante-penúltima) es
otra de esas en las que el pequeño gafotas de Brooklyn habla de cosas
complicadas (y sombrías) con una sencillez y luminosidad abrumadoras. Lo
adereza con asesinato, que resulta más llevadero y cinematográfico, pero es
precisamente ese elemento el que le permite filosofar, en el buen sentido de la
palabra, sobre las contradicciones de la vida, la reputación, el desánimo y el
amor. Las pocas cosas que en un momento concreto de la existencia parecen animarte
a la acción o invitarte a beber sin freno de una petaca de bolsillo.
Los actores están impecables, como suelen con Allen, y la
fotografía, escenarios, música y ritmo son de una frescura tranquila que parece
fácil, pero que apenas está ya al alcance de ningún cineasta norteamericano.
Sin autorías contorsionistas, sin metrajes desmesurados, sin
créditos molones. Allen parece casi el único artista racional de Hollywood.
Obviamente, allí deben tomarle por loco.
¡Hola!
ResponderEliminarAcabamos de poner en marcha un nuevo sorteo cuyo premio serán dos entradas dobles para ir a ver la nueva película de Piratas del Caribe.
Este es el enlace al concurso: https://goo.gl/ywg7Ry
¡No os lo perdáis!.
también te lo dije
ResponderEliminarNunca es Nunca! Si señor, aunque el terco de León diga lo contrario y el doctor sordo mudo también.
ResponderEliminarEsta a mí me entró, las que la rodean, no. Y la serie de televisión "crisis en seis escenas" (que no nos engañemos con lo de "serie", consiste en una película de dos horas y media trozeada en capítulos de 25 minutos) bordea el ridículo de sus películas de Interrail.
ResponderEliminarAsí que vale, os hago caso, veré la última, pero este señor que se ha llevado el dinero de mi entrada desde "Misterioso asesinato" en adelante, también tenía que dejar de cobrar alguna por su insistencia en las faenas de aliño.
Haga lo que haga ya tiene más peliculones que ningún director en activo, pero también tengo amigos muy queridos a los que llamo cada vez menos porque las cosas no son lo que eran. Muy queridos, en presente.