miércoles, 19 de enero de 2011

No controles


De los creadores de… (póngase un título de éxito) suele ser un reclamo publicitario en los carteles que a mí me da un poco de prevención aunque reconozco su eficacia y legitimidad. Pero obliga al espectador de ambas películas –la que se estrena y la que ya se estrenó- a la comparación forzosa. Y esta nueva película de Cobeaga, con su guionista y su productor habituales (es decir, los creadores de) es una propuesta muy diferente a Pagafantas, aunque comparta con ella consignas que parecen formar parte del estilo del equipo.

No controles es una comedia mucho más clásica en su concepción que la historia del enamorado sin esperanza obligado a hacer de amigo-hermano de su objeto de deseo. Aquí, el protagonista masculino consiguió a la chica, aunque la ha perdido, y hay pocas dudas de que después de algunas peripecias más o menos afortunadas, ridículas o ambas cosas, logrará recuperarla. Ya digo, esquema clásico, y –eso sí- algo más de piedad con el personaje.

Con todo, no sé si por la novedad que supuso Pagafantas, me parece que el cóctel de aquella estaba mejor mezclado. No controles cuenta con algunos personajes auténticamente certeros, en especial el Juancarlitros del estupendo Julián López, y momentos de comicidad brutal (grandísimo el gag del chupetón). Pero el ritmo, ese intangible que le da la vida a las buenas comedias, no llega a mantener su brío como pide un vodevil con aviones. Parece una paradoja, pero quizá el guión, el montaje o la puesta en escena tenían que haberse “controlado” menos.
Aún así, Cobeaga es una apuesta segura de entretenimiento, algo que parece obvio en esto del cine, pero que no resulta fácil cuando todo el mundo quiere dárselas de autor total. Cobeaga prefiere hacer equipo y por eso le sale bien hasta la que no le sale tan bien.


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