miércoles, 11 de noviembre de 2009

Celda 211


Un principio escalofriante de puro austero te dice, sin mostrártelo, lo que vas a vivir a continuación: el furor sordo de una ratonera.

Y así es: un tipo corriente sin cuentas con la justicia llega a una cárcel para hacerse con la mecánica del centro en el que va a trabajar y se encuentra con un motín del bloque más jodido, donde tiene que hacerse pasar por recién llegado pero no por eso menos duro que el resto.

El resto es Luis Tosar en el papel de Mala Madre (que no será el papel de su vida porque picará más alto en nuevas películas –ojalá españolas-), y una galería de secundarios que representan de forma solvente a la carne de presidio, en ambos lados de la reja.

Monzón y su cómplice han armado un guión muy hábil, con la dosis justa de tópicos y la verdadera asadura puesta en el transcurso de los acontecimientos y el empaque de voluntades, todo ello excelentemente rodado.

Cada giro resulta inevitable en esta historia de amor y violencia, intereses personales y colectivos, humor y lealtad, asesinos y víctimas. En cóctel (molotov) listo para beber.

Esta es una de esas películas de las que sales cambiando la voz y fingiendo ser muy chungo, como poco expresidiario, sin entrar en las trampas narrativas ni en las pequeñas debilidades actorales. El conjunto es lo que cuenta, arrastra, aprisiona.

Celda 211 es precisa y desgarradora, como un buen disparo. Id a verla.

5 comentarios:

  1. aqui Nerea con mi primera aportación.

    creo que esta película, no solo está bien hecha, te hace reir, ponerte los pelos de punta, querer gritar y levantar el puño... sino que el transfondo social que hay de fondo, ese grito contra el modo en que están las cárceles es algo que por fin traspasa los muros y llega a quienes (y como) tiene que llegar. se ve la cruda realidad. si recordamos la frase del carcelero (ese que no actuaba muy allá al principio de la película), dice: si viven bien aqui dentro: tienen su patio, su espacio, su comida... esa es la imágen que hay de las cárceles. pero hay algo más. está el FIES, las torturas, el escaso apoyo médico, la soledad... con ver las peticiones que hace Malamadre, uno entiende como anda el percal. y yo de buena tinta (que no soy ladrona de tinta, como otros...) sé que todo lo que se cuenta es cierto y está muy bien retratado.

    en fin, que estos temas de abuso de poder ya sabes que me afilan las palabras... pero en fin, hoy dia, se hace lo que se puede, ¿no?
    (que frases tan buenas hay en la película!)

    y bueno, cuando quieras otra sesión peliculera, me avisas.

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  2. Cuando fui a ver Celda 211 tenía mis dudas, sin embargo, quedé gratamente sorprendido con la madurez del señorito, don a partir de ahora, Daniel Monzón. Un director que con apenas cuatro paredes y cuatro personajes consigue crear una tensión que varias veces llega a ser incluso incómoda, mérito suyo sin lugar a dudas. Si bien es cierto que gran parte de esa tensión la consigue gracias a don, quizás excelencia, Luis Tosar. Un actor que si viviese en Los Ángeles, el alcalde probablemente estarían buscando un hueco para él en su acera alfombrada de estrellas. Su Malamadre es su Buenasuerte, un papel de los más sobresalientes en la historia de nuestro cine más actual. Un cine que parece estar cambiando con nuevos bríos. Que siga la racha!!! Pedro Terrón

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  3. Coincido con vosotros plenamente, así que no voy a extenderme.
    Ya llegará una película para discrepar.
    ¿Será la nuestra...?

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  4. Amigo Fercho,

    esta película acierta plenamente al hacernos consceintes de las finas líneas que separan nuestras burguesas vidas del más crudo abismo criminal. Si lo que tenemos bajo los pies se nos desmorona sale la bestia que llevamos dentro y es comlicado que una peli pueda plantear eso con tanta verdad como esta.
    Gracias por retratarla, un placer leerte, como siempre.

    Juan Laborda.

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