domingo, 19 de junio de 2022

Top Gun: Maverick


Tom Cruise es un caso único en la industria de Hollywood. Rumores nada halagüeños lo persiguen desde antes de que se confesara cienciólogo eminente. Algunas rupturas le han puesto en serios apuros, de los que ha remontado milagrosamente con proyectos hábiles y vistosos. No trabaja con Marvel ni Warner-DC. Impulsa con su condición de mega-estrella su propia saga fanta-heroíca -Misión Imposible- que comenzó allá por 1996. Esa misma saga representa la evolución del cine espectáculo de los últimos 25 años. Desde los inicios en manos de director reconocido y dotado (para el caso Brian De Palma), pasando por el número uno de la acción oriental del momento (John Woo), hasta los artesanos de personalidad oculta tras el relumbrón de Cruise. Por el camino, hizo algún policial notable (Jack Reacher), cifi molona (Oblivion, Al filo del mañana) y patinazos de alto presupuesto (Jack Reacher 2 o La momia).

Pero ahí sigue: rodando grandes espectáculos, defendiendo la pantalla grande, manteniendo su gallina de huevos imposibles y ahora, recuperando su primer boom, nada menos que de 1986. Hay que tenerlo muy claro para volver a pilotar en la escuela de aviadores de élite conocida como Top Gun y no estrellarse.

Para lograrlo, Cruise no ha dejado nada al azar: ni el homenaje a Val Kilmer, francamente emotivo, ni la dedicatoria a Tony Scott, que dirigió la primera. Hasta se ha tomado la molestia de salir en las pantallas antes de la película, agradeciendo a los espectadores que hayan decidido verla en cine, donde debe verse. Tiene razón Cruise: Top Gun está pensada para sala grande y gran pantalla, la única en la que de verdad se puede volar a match 10 sin ser piloto.

Dirige Joseph Kosinski, viejo socio de Tom en Oblivion. También hay mucha pólvora en el equipo de guionistas, algunos de ellos responsables de varias de las mejores películas recientes de Cruise y expertos en el espectáculo abrumador que hoy se lleva. Como dialogistas, eso sí, se recurre a los mismos Jim Cash y Jack Epps del Top Gun original.

Y ya tenemos una secuela tan digna como genuinamente americana. Con cazadora legendaria, motaza al atardecer, hangares de avioncito vintage para las horas muertas, velero increíble que tripula ella, partido de fútbol americano en la playa donde lucir tableta y sudor pectoral, bareto con billar y campana para quedarse a vivir, cochaco deportivo junto al que besarse, música de gramola ochentera a todo trapo. Puro Top Gun.

Y por supuesto, las acrobacias aéreas, más imposibles que todas las demás misiones de Tom, pero entretenidísimas de ver, hasta en sus soluciones más obvias, que igualmente se agradecen como homenajes al pasado.

Y hablando del pasado, todo el público del cine al que fui yo había sido joven cuando Cruise estrenó la primera. 30 años después, todos habíamos envejecido 30 años, salvo el protagonista. Sigue igual, el hijoputa.

Aunque le están saliendo unas leves ojeras, me preocupa...

3 comentarios:

  1. joder, le haces a todo!

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  2. ay, aquellos topgunes de barrio...! hasta que llegó BoboBush y lo jodió todo

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  3. Lo normal es lo de Kelly McGillis, pero lo del joputa ese desde luego que no.
    Que dure por muchos años Tom, que buenos ratos de disfrute le debemos y que vengan más.
    Por cierto, me encantó Oblivion, gran peli de ciencia ficción, Al filo del mañana tampoco está nada mal, aunque ahí su compañera de reparto ayuda bastante y fue la última donde vi a Bill Paxton (DEP). La Momia fue demasiado defenestrada, yo la disfruté y me hubiera gustado una segunda parte con Tom con esos poderes con los que se quedó, una pena para el MonsterVerse.

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