No sé juzgar muy bien
qué sentirá un chaval en esta quinta entrega de la saga jurásica, pero dudo que
lleguen al cine sin referentes visuales previos a mogollón. Cuando la de Spielberg, una
inteligente campaña nos escamoteó a los dinosaurios hasta entrar en la oscuridad de la sala. Pero de eso hace 25 años.
Bayona dirige una
secuela de lujo. Tiene lo principal de la anterior, rescata claves de la era spielbergiana,
reparte guiños a diferentes filmografías (especialmente a la del maestro y a la
suya propia). Asume, sobre todo, que lo que importa en el guión es la tensión
de pruebas sucesivas a las que sobrevivir y que lo demás es puro maquillaje
conceptual basiquito: el malo de manual, la eterna cacería amañada, las
charletas morales de Goldblum... Pegamento rápido.
El espectáculo lo ponen
los dinosaurios, la parejita de estrellas y la niña. Bayona cumple en esto con
solvencia siglo XXI.
Pedir más es del
Jurásico, de donde yo procedo.
Vamos, que ni fú ni fá
ResponderEliminarSi fuera la primera sería buenísima.
ResponderEliminarPero es la quinta y yo las he visto todas...