lunes, 25 de junio de 2018

Hereditary


Esto del terror es subjetivo, salvo que la cosa vaya de sustos a costa de la subida sorpresiva del volumen para que brinques en la butaca. Pero Hereditary no hace ese tipo de apuesta. Se lo toma con calma, trabaja la atmósfera, la situación anímica de los protagonistas (muy bien todos), sus razones, sus querencias y miedos.

Los horrores de Hereditary, en fin, van dosificándose hacia el momento en el que se desvela la tragedia en toda su aterradora dimensión. Una tragedia escalonada, pero catártica en el desenlace, en el que todo queda lo suficientemente claro, o eso parece.

Por desgracia, algunos de los tiempos dedicados a cada cosa son a mi juicio excesivos y en varios momentos se quedan algo cortos (esas cajas que guardan los secretos de la difunta…) Esto da como resultado una película que sólo funciona si entras, no puedes ser mero espectador y eso está bien, aunque tiene sus riesgos: El desenlace puede convencer o mover a risa. Depende de lo que te hayas implicado en la proyección.

Hereditary no está construida sobre sustos baratos, pero la impaciencia o descreimiento de los millennials (público natural del género a día de hoy),  es el precio que el realizador tiene que pagar por ser brillante de forma autoconsciente y a la manera clásica.

Ya no hay artesanos en Hollywood. Sólo realizadores y autores. El espectador decide qué es cada uno. Un horror.


2 comentarios:

  1. ¡Me apetece un montón verla, Fernando! Creo que cae seguro esta semana. Ya te contaré. En cine de terror últimamente se están haciendo cosas interesantes.

    Beso
    Hildy

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