miércoles, 30 de mayo de 2018

Han Solo


El segundo spin off de la saga galáctica viene a demostrar que estas historias derivadas (la de la misión suicida de Rogue One, la juventud de Solo), son mejores que la continuación de la historia central, donde el miedo a los fans o la pereza de la que Hollywood hace gala en este siglo, reiteran una y otra vez la amenaza, la rebelión, el discípulo díscolo, el discípulo dedicado, la super-arma estelar…

Los spin off tienen más libertad. El escenario ya está creado y es ampliable en planetas, naves, razas, tascas y proyectos alocados. Sólo hace falta algún soldado imperial vigilante en algún rincón de la ciudad mugrienta o la estación orbital clasista para recordarnos que el Imperio manda. Lo demás queda al albur de los que cocinan la película, con la bendición de Disney. Su única obligación es tirar un par de cables inteligentes hacía el Star Wars clásico. En Rogue One eran los planos que acabarán en la panza de R2 D2. Aquí son Chuwi, Lando y el Halcón. 


La capacidad de enamorar del Halcón Milenario está fuera de toda duda. Será la última nave de la galaxia, llenará el último plano en pantalla grande de la saga. El primer encuentro entre Solo y Chuwi es quizá lo más potente –a ras de personajes- que han rodado desde que George Lucas vendió el chiringo. Y Lando joven es un buen personaje, bien interpretado.

En cuanto al chico que hace de Solo, bravo por él. Su maestro de circunstancias, la chavala y el malo, cumplen sin mayor alarde.

Sólo el humor, un elemento que hubiera suplido el carisma insuperable de Harrison Ford, deberá mejorar si seguimos al piloto mercenario en otras aventuras juveniles. Su proverbial sarcasmo aquí se queda en un par de chascarrillos que apenas arrancan la sonrisa, y no es por el actor: es que el guión, o Ron Howard, o la edición del mecano, han fallado para dar con el ritmo que precisa un comediante, porque la sala estaba a rebosar y con ganas de fiesta. La robot empoderada también está concebida para ser graciosa y por lo visto en el patio de butacas –y sentido en la mía- fracasa en ello sin estrépito.

De lo demás, el asalto al tren es espectacular y novedoso. Para el resto de peripecias, la atmósfera que viene de fábrica. Pero no sale la Estrella de la Muerte. Vamos mejorando.


4 comentarios:

  1. "robot empoderada", qué cabroncete estás hecho.
    Yo creo que ese personaje, sin tocarle una linea, hubiese hecho mucha gracia hace veinte años. Ahora parece que hay que tomárselo en serio.

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  2. Vi hace poco, por entregas, "El último Jedi". Floja, ¿no? Y con el dichoso Adam Driver, que se le ha quedado cara de Paterson de por vida.

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