viernes, 10 de febrero de 2017

El editor de libros

Lo malo de las películas sobre el mundo editorial que se toman en serio es que siempre son anglosajonas. No pretendo ponerme patriótico, es que el origen aquí marca enormemente la pauta: el escritor ha de ser atormentado y atormentante, las amantes bellas, inteligentes y subyugadas a su pesar, el editor templado y la oficina libresca… pues eso: libresca.

Nada que objetar al trabajo de los actores y a la ambientación, británicamente impecables, aunque estemos en Estados Unidos. El ritmo, adecuado. La fotografía, bonita. Los antros, con jazz. La vivienda señorial, entrañable. Las vacas sagradas, sagradas. Y la campiña, ¡ay, la campiña…!

En fin, así todo.

Se tolera, pero es mucho mejor leer a Thomas Wolfe directamente, a ser posible sin ver primero en pantalla, según Jude Law, su pose de genio y el bofetón que tiene.



4 comentarios:

  1. Menos finamente: un coñazo

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  2. Pues nunca he leído a Wolfe... Me pierdo algo?

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    Respuestas
    1. "El ángel que nos mira" y "Del tiempo y del río". Dos novelones.

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  3. A mí me gustó. Pero Jude es mi debilidad, aunque sobreactúe.
    Y Colin me encanta.

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