Se ha ido con solo 75 años el gran Tony Wilkinson, el que enseñó a bailar a unos cuantos parados británicos. Y que, ya metido en faena, dio lecciones de interpretación a George Clooney (Michael Clayton), a Marisa Tomei (En la habitación), a Gwyneth Paltrow (Shakespeare in Love), o a Christian Bale en Batman Begins. Entre otros muchos que necesitaban "soltarse" o "perfeccionar".
Actuaba desde los dieciocho. Consiguió el éxito internacional gracias al inesperado pelotazo de Full Monty, casi con cincuenta. Apenas tuvo protagonistas plenos, pero le otorgaba verdad a cada personaje que le tocase en suerte. Y de paso, enseñaba a otros a bailar mejor o, como poco, a defenderse. He oído por ahí, en las pistas y academias de baile, que además era buen tipo, socarrón y generoso.
Buen viaje, Tony.
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