Stan Lee no ha llegado a verla estrenada, pero supongo que (además
de marcarse el cameo de rigor), seguiría de cerca su proceso de producción, del
que se sentiría más afín que a ningún otro, dado su carácter de película
animada. Más afín y más orgulloso, porque ésta es de lejos la mejor
aproximación en pantalla grande que se ha hecho del universo Spiderman.
Sólo los títulos de crédito que
inician la película y, sobre todo, los que la terminan, son un alarde arácnido
de primera, llevados al terreno de la vigencia, la diversión y la complicidad
del público, el juvenil y el veterano.
Luego están Peter Parker, el
chaval Miles Morales, Kingpin, el merodeador nocturno y varios vecinos de
universo que le añaden sal y originalidad al guiso. Pero sobre todo, hay un
guión bienhumorado, complejo y coherente puesto en pantalla con una inventiva y
calidad visuales que vuelven a marcar una altura del listón nueva y difícilmente superable. Sólo la apuesta de Los
increíbles 2 está al nivel de lo que este equipo ha sido capaz de parir.
New York vuelve a tener héroe. Se
llama Miles, o Peter, o…
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