viernes, 11 de octubre de 2013

Caníbal




Un plano fijo y lejano sobre una gasolinera en mitad de la noche. Créditos principales manchando con elegancia la oscuridad, desde el silencio tranquilo del desierto. Así empieza Caníbal, avisándote de que sosiegues la mirada, porque lo que viene no tiene prisa, como suele suceder con el Mal verdadero.

Inmediatamente después, otro consejo se desliza en las imágenes: Permanece alerta, porque en la carretera tiene lugar el primer crimen, más perverso en su simplicidad. Luego, un trabajo horrible fuera de campo y la nevera del sastre queda llena para un mes.

Comienza un nuevo día de corte y confección después de una cena solitaria que pone los pelos de punta. Antonio de la Torre, abrumador, consigue el vaciado emocional que intentó Antonio Banderas sin éxito en La piel que habito. Y luego consigue llenarlo, lenta e inexorablemente, de amor y desolación. Pero hablamos de guiones bien distintos y de diferentes formas de dirigirlos. Aquí, en Caníbal, como dice la reseña de Twitchfilm, no hay una sola capa de "barniz".

Ni siquiera cuando irrumpe la guapa vecina encarnada por Olimpia Melinde se altera el tono de tristeza soleada que tiene ese rincón detenido de la ciudad, con su puente de piedra entre la sastrería del caníbal y ese viejo edificio en el que vive más solo que una rata. Hasta que aparece ella y regresa el deseo.

Caníbal es una película pausada y llena de silencios, miradas y actitudes. Pero da miedo cuando debe darlo y la escena de la playa es, en ese sentido, demoledora. Maneja también el sonido de las cosas con insólita profundidad y el encuadre se ajusta a cada emoción o ausencia de ella en una Granada seria, abstraída en sus tesoros de guardarropía.

Caníbal es una rareza que clava en la butaca sin recurrir una sola vez al subrayado sinfónico, a la sobreexplicación o al golpe de efecto. A su director Manuel Martín Cuenca le basta con ofrecer información escueta y adecuada para manejar a su antojo nuestro interés y nuestra inquietud frente a esta película incómoda y elegante, bonita y desolada.

Caníbal es la mejor película española que he visto en lo que va de año.

5 comentarios:

  1. Debo ser un sádico, pero solo me han gustado las partes de la película en las que el caníbal mata, explícitamente o mediante elipsis. Lo demás se ahoga en pudor narrativo. O no?

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  2. Coincido con esta opinión, que en cierto modo es la tuya, fotógrafo:

    http://noticias.es.msn.com/blog/lorenzo-silva/post.aspx?post=2b4153bc-31fc-495e-ab15-479a302dba4d&_nwpt=1

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  3. pues por una parte me ha gustado mucho y por otra poco, estoy decidiendo aún qué parte de cada cosa

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  4. La he visto al fin. Los actores magníficos. La historia creo que daba para más, como que está mal o precipitadamente rematada. Aunque lo de la playa es verdaderamente increíble: No se puede aterrar más con menos.

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  5. Ganas de verla, pero esta dificil de horarios y cines...

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