domingo, 30 de diciembre de 2012

La vida de Pi





Ang Lee es un tío versátil.

Aparte de su agudo conocimiento del paño asiático en diferentes timbres y géneros (el poema heroico de Tigre y dragón, el apunte social de El banquete de bodas, la complejidad de la familia en Comer, beber, amar), es capaz de batirse con la misma solvencia en historias incómodamente norteamericanas como La tormenta de hielo, alrededor de un puñado de llaveros, o el romance gay de dos cowboys en Brokeback Mountain. Y salir perfectamente airoso adaptando una novela de Jane Austen como Sentido y sensibilidad –más british no cabe-.

Yo creo que sólo ha pinchado en Hulkpero es que con los superhéroes hay que pasar de sutilezas, y Lee no sirve para el brochazo.

Lo que sí se le da bien, -por lo visto en su última película- es la sencillez. No necesariamente en el planteamiento formal o narrativo, sino en el resultado final de cara al espectador: Un joven, una familia marchándose, un viaje por mar, un naufragio y un bote donde los últimos supervivientes son el muchacho y su tigre. Lo demás se limita a apuntalar esta maravilla de entretenimiento, plasticidad y enjundia vital. Para el creyente, hasta lo redondea.

Si os gustan las aventuras bien narradas y la narración como aventura, aprovechad la pantalla más grande posible y disfrutad con La vida de Pi. No sé si lo de Dios os funcionará, pero es que, en eso, cada cual convive con su “Richard Parker”.




5 comentarios:

  1. Bueno, bueno, detecto cierta punzada trascendente.
    ¿Los propósitos de fin de año haciendo mella en tu cinéfilo ánimo?

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  2. La vi cuando se estrenó.
    Una de las pocas en las que el 3D está justificado.

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  3. Fascinante. Cómo rodarán estas cosas.

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  4. Pues la aventura muy bien, demuestra lo que se puede contar con los recursos de ahora y el espíritu de siempre.
    En cuanto a la faceta "religiosa", creo que queda un poco pegote. Pero yo soy un descreído.

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  5. Hay un cierto resabio a religiosidad de pandereta en 'La Vida de Pi' cuando ya de por sí exuda espiritualidad por los cuatro costados. Por momentos me pareció apreciar fogonazos de Spinoza, ya sabéis, ese identificar a la naturaleza con Dios. Aún así, sus cuatro 'oscar' han resultado toda una sorpresa. No debería serlo: la factura de la película es impecable y las interpretaciones, incluida la del tigre, son formidables. Me esperaba algo más peñazo. Si te pasa lo mismo, dale una oportunidad, que igual te sorprende. Un saludo!!!

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