viernes, 7 de diciembre de 2012

Elegí un mal día para


Ayer no fui al cine. Pero jugué a "polis y cacos" con la chica de la cabecera y vimos de matinée doméstica La noche americana de Truffaut con la Bisset, donde una ayudante de dirección dice aquella frase mítica de "Yo dejaría a un hombre por una película pero nunca dejaría una película por un hombre". Escribí por la tarde varias páginas bonitas (o a mí me lo parecieron), y saqué a los perros a pasear sin tener ninguna prisa. Fue un día estupendo.

Como los buenos momentos suelen serlo por su brevedad, hoy he tenido que salir de nuevo a capear el temporal de una jornada corriente. En la televisión de la cafetería, bien temprano, los políticos recuperaban su afición a mostrarse tan desagradables como suelen, se informaba de que el país sigue en recesión otro maldito trimestre, un equipo de fútbol de aquí había perdido su penúltimo partido en Europa... todo volvía a tener mala pinta.

Y la lluvia.
En fin, que me he acordado del jefe de la torre de control de un aeropuerto que se parecía mucho a España.

2 comentarios:

  1. Mientras quede pegamento...

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  2. Y alguien en quien cagarse...

    Melancólica jornada, pacífica creación. Sin duda un buen día para el hacedor de letras.

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