jueves, 29 de septiembre de 2011

No habrá paz para los malvados


Enrique Urbizu es un tipo empecinado e inquietante: Le gusta hacer películas de género negro en España.

Tiene, para hacerlas bien, un pulso firme, una mirada especial, mucha paciencia y un actor fetiche: José Coronado. Cada película que ruedan juntos es mejor que la anterior. Ésta es la tercera del tándem y ya estoy esperando la próxima. Seca, sinuosa y nihilista, la historia de Santos Trinidad rastreando a su presa y la de la juez Chacón rastreando a la suya, componen una película contundente que arranca con furia, reposa después su ritmo, se despliega sobre las localizaciones y personajes, apunta a la fragilidad de los países acoge-cumbres y desemboca en un final sin palabras de los que erizan el cabello.

Y cargándoselo todo a la espalda, Coronado en el mejor papel de su muy desigual pero ya larga carrera, como suele decirse, en estado de gracia, o de desgracia. A destacar la escena, la única que comparten, de Santos Trinidad, el policía desahuciado y resabiado frente a la juez Chacón, implacable pero impotente.

Cine bueno y duro. Pero ojo, no os fieís del trailer. La película tiene otro ritmo.

1 comentario:

  1. Certero, como siempre.
    A mi el film me recuerda a El silencio de un hombre, aunque auqe era sin islamismo, pero con killers parecidos.

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