jueves, 26 de marzo de 2015

Cercano Oeste


Hoy toca libro, una pequeña joya que acabo de terminar.

Tengo el placer de conocer a su autor, Pablo Andrés Escapa, en persona. Un tipo cabal, sosegado y sagaz que escribe relatos magníficamente, aparte de contar con una novela muy recomendable titulada Gran circo mundial, y que me regaló en nuestro primer y único encuentro hasta la fecha un ensayo editado por Camparredonda titulado Cercano Oeste.

De eso hace más de dos años. Empecé el libro enseguida y enseguida comprendí que no era para leer entre estaciones de metro y llamadas de móvil. Así que lo puse a reposar. Al fin he tenido el tiempo y la predisposición de espíritu adecuados para leer Cercano Oeste como se debe: a ritmo de carreta colonizadora.

Pues bien, he llegado al final del viaje y, antes de prender una cerilla en la viga del porche para expulsar el humo del cigarro hacia el desierto, os daré mi opinión sobre lo leído y recordado: He aquí un ensayo hondo, preciso y emotivo como no me topaba hace mucho tiempo. Absolutamente delicioso, en el fondo y en la forma, en el paisaje y en el paisanaje, está exquisitamente escrito, lleno de agudeza analítica y evocación poética.

Escapa no se limita a efectuar un inventario de las películas más célebres y de los clichés establecidos por el western, aunque se mencionen muchos de ellos y del texto pueda extraerse una lista de títulos imprescindibles para cogerle el pulso al género y paladear sus obras mayores, sino que además se sumerge en las razones últimas de su valía artística, antropológica y sentimental. Lo hace sin pedantería, pero sin liviandad, lo que para mí tiene doble mérito.

De su lectura puede concluirse, entre otras muchas cosas, que el western no está solo en el territorio fabuloso y fabulado de la frontera colonizable a mediados del XIX americano. A poco que lo piense, cualquier cinéfilo de cierta edad y un pasado mínimamente rural se dará cuenta de ello. Por eso muchos de nosotros, ante ciertas películas, sentimos tan cercano el Oeste. Ya lo resumía bien Borges en “El forastero”:

Esa noche, sus ojos contemplarán en un rectángulo de formas que fueron, al jinete y su épica llanura, porque el Far West abarca el planeta y se espeja en los sueños de los hombres
que nunca lo han pisado.


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