martes, 27 de enero de 2015

The equalizer


Un actor magnético atrae por igual alfileres que tanques, deben pensar en los despachos de este Hollywood tan salao y creativo que últimamente padecemos. Así que cogen a Denzel, desempolvan el personaje de un vieja serie ochentera (y van…), ponen a unos rusos de opereta postperestroika, sazonan todo con asesinatos al ralentí y a hacer caja.

Nada nuevo bajo las palmeras de Beverly Hills. Ah, sí. La película abre con una preciosa cita de Mark Twain y Denzel Washington, entre muerto y muerto, lee a Hemingway y a Cervantes. Con tanto ruso en el argumento, parece mentira que no se hayan acordado de Dostoyevski.

Deben estar cocinando la secuela, para citar a Shakespeare y a Proust.  Qué espanto.


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