lunes, 25 de febrero de 2013

El lado bueno de las cosas



Hay algo que le resta a Hollywood algunos puntos cada vez que aborda una historia pequeña de gente corriente: Que no solo quiere contarnos su lado bueno, sino hacerlo además con los intérpretes dando siempre su perfil bueno. Él y ella (Bradley Cooper y Jennifer Lawrence), por muy locos y perdidos que estén como personajes, tienen que ser guapos y el final, en fin, digamos que debe ser guapo también.
Ahí es donde patina esta bonita historia de peculiares redenciones personales, bipolaridad muy relativa y diálogos bastante frescos, hasta gamberros (sin pasarse), en un guión irregular pero resultón que acaba claudicando al convencionalismo romántico más allá de lo deseable.
El lado bueno de las cosas es una tragicomedia de "chico con problemas-conoce-chica con problemas" que en verano superaría las bobadas habituales del género (a las que la "Meca" nos viene acostumbrando desde hace ya demasiado tiempo), pero que para la final de los Oscar debería quedarse bastante corta. Y a la vista del palmarés, lo ha hecho: sólo ha pescado el habitual espaldarazo para la chavala, una nueva estrella para el show business, aunque la protagonista de Amor le daba sopas con honda.
Con todo, es muy agradable de ver, tiene algunas escenas realmente logradas (la cena marciana en la cafetería, el vecino investigador) y tres protagonistas cuajados e interesantes. De paso, De Niro vuelve a meterse en un proyecto mínimamente majo. Ese, por ejemplo, ya es un lado bueno de la cosa.

4 comentarios:

  1. Una semana sin colgar ni una camiseta y ahora no nos dejas el post del oscar ni el día post-oscar para postear sobre el asunto??
    Pues que sepas que yo me instalo en el post anterior hasta que no quede un trapillo, un chiste y un discurso sin comentar.
    (Qué toñazo el de la Lawrence, ya que estamos...)

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  2. Por favor, y ese concurso de baile sacado de la manga...! Lo de la apuesta...! Lo de la cartita en mitad de la calle...! Vaya braga.

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  3. A mí me recordó a punch-drunk love, pero descafeinada.

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  4. Pues no está tan mal.
    ¿Es que todo tiene que tener enjundia?
    Siempre le vemos a las cosas el lado malo

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