jueves, 24 de enero de 2013

Dos más para mañana

Bestias del sur salvaje, es una película de Benh Zeitlin que llega precedida de premios en Cannes y Sundance y que se sumerge en el reciente desastre de Nueva Orleans. Pero lo hace sin héroes convencionales, ni vidas superficialmente cruzadas al estilo del cine de catástrofes.  Ésta propone otra mirada, recorriendo una comunidad chabolista de pantano a través de la voz en off y la estupenda presencia de una pequeña niña silvestre, la hija del más militante entre los vecinos. Una curiosa militancia, la del padre y su pandilla, reivindicando el derecho a una vida semi-salvaje dedicada a la pesca, el aguardiente y la anarquía organizada, que casi mola. Incluso después de que la tormenta lo anegue todo.
La película, cámara al hombro cuando conviene, pretende ofrecer autenticidad en sus imágenes, pero tiene una estupenda textura lomográfica, poco casual a mi juicio para retratar entornos mugrientos, casas de chapa y vegetación corrompida. Como historia, da unos cuantos tumbos y ofrece también momentos interesantes o hermosos, pero no acaba de mantenerse sobre el alambre. Y va picoteando de los aromas del cortometraje fresco, de la excentricidad con buena música a lo Wes Anderson, del realismo mágico en su variante afro y del onirismo bizarro versión burdel flotante.
Dicho así parece un cóctel un poco bestia, pero es que de eso va la cosa, de bestias reales e imaginadas. Afortunadamente, ahí está la niña, que se pasea por todo ello pura y magnética, como una princesita del sur salvaje.

 


El cuarteto es la película que presentó Dustin Hoffman fuera de concurso en la 60 edición del Festival de San Sebastián, aprovechando que venía a por su premio Donosti.
El cuarteto narra con oficio de gringo (en la mejor versión del término), el ir y venir de unos cuantos veteranos en torno a un concierto que celebra la residencia en la que pasan sus últimos días. Un lugar reservado en exclusiva para viejas glorias de las filarmónicas y el bell canto, al que llega una gran diva encarnada por Maggie Smith cargada de arrugas y talento.
Habrá quien tache la película como cosa para abuelos, pero es que a los abuelos, que por cierto abundan, también les gusta ver cine y reconocerse agradablemente en él.
Hoffman tiene el buen criterio de no aparecer en pantalla y cuida de sus actores para darles todo el espacio y tiempo que precisan. Diálogos divertidos, emoción bien medida y Giuseppe Verdi.

7 comentarios:

  1. Extraordinario debut, Bestias del sur salvaje, un territorio real más poderoso que el más allá imaginado: bestias, entre las que se encuentra el hombre, de la mano de la naturaleza. ¡No os la perdáis!

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  2. "Textura lomográfica".
    Nunca te levantarás sin aprender una cosa más. Hablo de mí, claro. Bárbara palabra, Mr. Marañón.
    Cuánto cine no estoy viendo, ay.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. Un festival al año no hace daño.
      San Sebastián sin ir más lejos.
      Textura lomográfica: foto con mucho grano, de inmediatez aparente, pero artística a más no poder.

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  3. Razón tienes, Luis:
    Marañón se ha tirado el moco.

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  4. Sí que es un poco cajón de sastre (y desastre, por aquello del huracán), la de las Bestias del sur. Pero visualmente le ha salido poderosa.

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  5. Eso suena a lo que se decía en tiempos de La Codorniz cuando la película era incomprensible o desafortunada: "tiene muy bonita fotografía..." (lomográfica, por supuesto)

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  6. Estoy esperando el sermón marañoniano sobre The Master. Antes de pronunciarme.
    Se te acumulan las nominadas, fotógrafo de lápiz: Lincoln, El lado bueno de las cosas, Los miserables, The master...
    A ver cuándo pías.

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