lunes, 2 de abril de 2012

John Carter


Edgar Rice Burroughs merecería una película aparte, pero no parece haber en el Hollywood actual gente con talento para contar vidas de personas con talento.

Así que nos conformamos con revisiones de su Tarzán, que vienen de vez en cuando a recordarnos que como las novelas del hombre-mono aún no se ha hecho nada (ni en imagen real, ni animada, ni con 3D, ni sin él), que se les acerque mínimamente.

Y ahora han cogido a Carter de Marte (aunque yo siempre fui más de Carson de Venus), para cocinar un busterblock de mucha palomita y poco recorrido.

La película es entretenida, la trama es coherente y el espectáculo en cuanto a diseño de producción apabullante, aunque ya conocido en otras sagas de espada y planeta.

Si los protagonistas, él y ella, hubiesen sido más carismáticos, expresivos y socarrones, seguramente la cosa hubiese ganado mucho. Pero esto es Disney, amigos, y lo importante no es la química (y mucho menos la física), sino la fantasía general para grandes y pequeños.

Les sale razonablemente. Y además no cantan.

3 comentarios:

  1. NO cantar es un adelanto... En cuanto a la película, que no he visto ni veré, Dios mediante, siempre tendrá un argumento de peso para rebatir cualquier crítica, un argumento puramente americano, "This is entertaiment...", que diría algún productor obeso, puro habano en boca y sombrero de copa ladeado...

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  2. Querido Lois: los productores de Hitchcock, Friz Lang, John Ford, Howard Hawks, Joseph Mankiewicz y tantos otros, también eran obesos y fumaban puros (y seguramente se ponían sombrero en las premieres).

    Yo diría que la diferencia sustancial está en en el talentazo de los directores, en el carisma de los intérpretes y, por supuesto, en la enjundia de los guiones.

    Y si nos centramos en los productores con puro, lo que pasa es que aquellos pensaban en un público de 0 a 80 años y los de ahora sólo lo hacen en espectadores de 0 a 15.

    Internet les hará pagar muy caro su error.

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  3. Cierto, mismos vestuarios y vicios, pero distintas ideas. Ya le hecho de pensar en tan amplio abanico de público les pone muy por delante de sus colegas actuales... pero como bien dices, internet cobrará la factura...

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