Pues eso, que los viejos toreros llevamos mal el retiro. Y después del duelo por Lynch y por el mismísimo blog, volvemos a la plaza.
Hay trabajo atrasado: las francesas y las afrancesadas, alguna española brillante u opaca, varias mega-gringas de cilindrada atómica, alguna rareza de la que tengo que confirmar su nacionalidad... Y la certeza de que una opinión u otra no importará demasiado. Mientras darla sea divertido, es suficiente.
Y además, se lo debo a un colega. Así que vamos allá, con la solana y el botijo.