martes, 21 de abril de 2020

Legado en los huesos


Su trasfondo de terror puro lastra esta intriga cuya muy solvente producción, en manos de González Molina, queda limitada a dos actrices bien elegidas, a la corrección de formas y a unos escenarios soberbios. No es bastante para "El Miedo", porque durante dos tercios del metraje se nota que el principal problema es la falta de emoción. Sucede prácticamente en todo lo que antecede a la terrible madre de la inspectora.

Las pesquisas policiales, detalladas y con su lógica, parecen responder más a la tramitación y lectura de expedientes, que a descubrimientos espeluznantes de hechos del presente y del pasado, relacionándose entre sí y pegados a la nuca de la protagonista para mayor inquietud.


Aquí la inquietud no llega hasta ver por primera vez a Susi Sánchez con el largo pelo blanco y una sonrisa que hiela la sangre. Pero es salir ella de escena y la narración vuelve a aplanarse. No ayuda la desigual fortuna interpretativa de algún que otro actor con personaje muy próximo a Marta Etura. El marido gringo es demasiado blandito y el compañero de investigación matiza poco la expresión de datos y opiniones hasta bien avanzada la trama.

Escenas que anticipan horrores, como la de la vecina confesando veleidades brujiles, la asistente de partos inquietantes, la cuna abandonada o las tumbas familiares, se quedan cojas por falta de nervio, pistas ocultas y luego reveladas o un enfoque mejor. Las hermanas de la inspectora se desaprovechan (¡después de lo que sucedió en la anterior trama del Batzán!), los duelos de jurisdicción o peso en el mando de equipos policiales, el enigmático juez… Se queda uno sin saber qué son caminos malamente cegados por el guión y qué son cabos tendidos para la película desenlace.


Y eso que el guionista es Luiso Berdejo (REC, La trinchera infinita). Será la fidelidad obligada y lineal a la trilogía de Dolores Redondo o trabajar en solitario lo que ha aplastado su talento. Eso y la dirección, correcta hasta el hieratismo. 

Menos mal que vuelve Susi Sánchez en el último tramo para poner los pelos de punta sin ayuda de nadie.

En fin, Legado en los huesos se ve sin pena, pero también sin gloria. Marta Etura es perfecta para el papel y la capacidad de producción es evidente. Pero la entrega que queda es difícil que vuele más alto que las anteriores. 

Estamos en manos de Susi.


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