viernes, 30 de julio de 2021

miércoles, 28 de julio de 2021

Consejos Goliat de verano (con padres de edad)

 
Página en blanco


 
El Premio

 

 
Charada

 

 
Bola de fuego

jueves, 22 de julio de 2021

Arqueologías cinematográficas del norte

 Por cortesía de mis dos amigos cinéfilos llamados Luis, ahí van estas imágenes que supuran nostalgia:

Antiguo Cine Mar. Llanes, Asturias.


Antguo Cine Europa, La Caridad, Asturias.

 


Antiguo Cine Colón, Ribadeo, Galicia

lunes, 19 de julio de 2021

De ti sí hablarán

Hizo mucho cine, con su hermano Juan Antonio Bardem, con Fernando Fernán Gómez, Gonzalo Suárez, Enrique Uribizu, Pedro Almodóvar...  Se coló en fenómenos como el Alatriste con Viggo, el pelotazo Airbag y alguna fruslería más de las que revienta taquillas sin que uno sepa muy bien por qué. 

Aunque la Bardem tuvo pocos papeles protagónicos. Yo la recuerdo especialmete en dos títulos magníficos: El primero se llamaba Siete mil días juntos, una comedia de un negro alquitrán dirigida por Fernan Gómez, en la que ella hacía de mujer cabrona de José Sacristán experta en magdalenas, rulos, maltrato fingido. No tuvo éxito, pero los dos, él y ella (y un Agustín González inquietante y repulsivo como pocas veces), estaban soberbios en sus papeles.

Además, claro, Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, el mítico drama policial de Agustín Diaz Yáñez, en el que comparte cartel con Victoria Abril en su mejor momento, que es mucho decir, porque la Abril, además de una imagen pública entre alocada y detestable, siempre ha sido un monstruo interpretativo como pocos en Europa.

Pilar Bardem también cultivó predios ajenos a su oficio, con poca fortuna a mi parecer. Pero, eso sí, siendo coherente hasta el final con su posición y parentescos.

Me quedo con sus grandes papeles, que lo fueron en grandes películas. Lo demás, se enquistará en el ruido de unos y de otros. Y que les aproveche ("o mejor dicho" - tronaría Fernán Gomez- "¡que se les indigeste!").

jueves, 8 de julio de 2021

Dassin y la desolación

Jules Dassin fue un judío-ruso nacido en Connecticut que se marcó en su primera década de oficio (1940-1949), unos cuantos títulos contundentes a veces hasta consecutivos, hoy considerados clásicos con todo merecimiento: El corazón delator, Nazi Agent, Reunión en Francia, Fuerza bruta, La ciudad desnuda, Mercado de ladrones.


Cuando estaba rodando otra en Londres con Richard Widmark, se desató la caza de brujas y tuvo que quedarse en Europa. Afortunadamente la de Widmark, titulada Noche en la ciudad salió adelante, dejando para aquel año un poso de amargura que en Hollywood de hoy sólo Eastwood se permite.

Widmark está excelente, como suele. Algunos momentos dramáticos de contraluz, banda sonora y miradas febriles han envejecido regular. Pero queda un retrato demoledor de ese "artista sin arte" encarnado por Widmark, que busca como brillar a toda costa, sin entender que casi todo lo que reluce es falso como la alegría de un cabaret.

Londres está llena de callejones con tapias roñosas, apartamentos baratos, gimnasios tristres, muelles-basurero, lumpen y mendicidad, luchas-espectáculo, clubs de borrachos, champán de garrafa y bailarinas pagadas. En fin... bajos fondos. Que se mezclan divinamente con monumentos de otro Londres y otras suertes vitales.

Widmark no tiene suerte, eso pronto se sabe, pero sus bandazos merecen verse hasta el final, hasta que saben a colilla arrojada al Támesis.


A pesar del acierto, cinco años le costó a Dassin levantar otro proyecto, nada menos que Rififí. Todo lo aprendido del negro estaudonidense se lo aplicó en este noir francés, donde podía permitirse además ciertos lujos impensables en Hollywood: por ejemplo, prescindir de la música en el fragmento más dramático, intenso e intrigante de la película, el robo. Uno de esos robos concisos, transparentes, de máxima tensión, uno de los insuperables, de los que la pantalla internacional no habrá dado más de media docena. 

Antes hay un viejo truhán en declive que ha salido de la cárcel y tiene un prestigio profesional, una pistola, una amante veleta y algunos amigos en la calle. Jean Servais es el equivalente al "perro loco" Bogart de El último refugio. Y tiene otro final bello y desolado, desángrandose al volante para devolver a un niño. 

Dassin se había mudado a Europa, donde la desolación en los cincuenta era quizá menos espectacular, pero igual de efectiva.  Luego llegó Melina Mercouri a su vida. Ganamos en optimismo vital, pero perdimos a un buen representante de ese cine desolado al que suelen sentarle mejor los años.

miércoles, 7 de julio de 2021

Richard y Raffaella: Amores distintos

Pero complemetarios, porque ambos fueron profesionales del espectáculo perfectamente conectados a lo popular.

 

 El director estadounidense Richard Donner, desde las series televisivas primigenias a lo Ironside, Superagente 86 o Kojak, por citar alguna, hasta el cine de gran consumo tipo La profecía, Superman, Lady Halcón, Los goonies, Arma letal o Maverick, con una dignidad y oficio que ya quisiéramos hoy recuperar.

 Raffaella Carra, desde la canción italiana, variante alegrón a lo loco, con baile a juego, pierna, lentejuelas, melenaza, películas varias con ella o sus temas musicales y una perfecta adecuación de todos estos méritos más frívolos con una credibilidad como presentadora de las que se hace familiar en cuanto país la acoja, para el caso Italia y España.

Ambos, el gringo y la italiana, eran de otros tiempos, cuando la inocencia y las ilusiones de Occidente parecían más sólidas. O será mi edad, que también pesa. Se os echará de menos. Porque en la nostalgia, como en el amor, todo es empezar...

  

martes, 6 de julio de 2021

Un lugar tranquilo 2

Lo único que no le ha lucido a John Krasinski es el título con el 2 de baldón. Lo demás, perdido el factor sorpresa, trata con respeto al espectador. Lo hace hasta en las ideas cazadas de otros títulos, como esos depredadores humanos salidos de La carretera. No hace falta aclarar a qué se dedican, si a torturar incautos, violarlos, comérselos o ponerlos de cebo para tocar a más conservas del híper abandonado del poblacho próximo. Basta verlos en acción, sus caras y maneras, para saber que son lo peor después del ejército alienígena.

Los alienígenas se exponen más esta vez, pero la obligación de no hacer ni el más mínimo ruido sigue valiendo oro en las escenas de tensión. Habrá tercera parte, porque esto podría durar lo de The Walking Dead. De hecho, no me extrañaría que Krasinski estuviera ya viendo ofertas para franquiciar su gran idea en cine o tele y pasar a otra. Cuanto antes mejor, John, en lo siguiente que hagas estás obligado a sorprendernos, no bastará con ponerle al lugar tranquilo un 3.


 

sábado, 3 de julio de 2021

La guerra del mañana

Amazon demuestra que cuando quiere ponerse Netflix, puede alcanzar las preceptivas cotas de estupidez empaquetada en cifi de metralleta y superarlas si es menester.

Protagonista de más tirón y caché (Chris Pratt tras los pasos de Mathew MacConaughey). Muchos bichacos veloces e híper-dentados. Explosiones a cascaporro, a ser posible sobre alguna ciudad emblemática en algún aspecto, para el caso Miami, donde hay que reconocer que suena original lo de que tengan laboratorios eminentes en ella.

Y ese graciosete de acompañamiento, esas guerreras que no conocen el miedo, ese niño sabiondo, ese conflicto familiar basiquito, esa nave deudora de Alien enterrada como mandan los cánones terráqueos en los hielos polares de La cosa.... No le falta de ná al supermierdo.

Lo más chocante es que el material como novelita de cifi-terror juvenil tenía posibles. Pero novela y juvenil ya empieza a sonar a combinación rancia, antigua y perdedora. Así que Amazon pasa de ponerse "RandomHouse" y se pone "Netflix".

El resultado es espeluznante, pero dará en el blanco.