lunes, 31 de julio de 2017

Sam Sephard


Pues sí que estamos bien. Adiós, Sam. 
Siempre fuiste un gran piloto.

Jeanne Moreau


Saluda a Miles de mi parte. Allí nos veremos.

domingo, 30 de julio de 2017

Dunkerque


Nolan rueda muy bien, eso es indiscutible. La cuestión es siempre el qué. Esta vez tenemos tema de empaque, la Segunda Guerra Mundial. Y un hecho histórico poco utilizado por los anglosajones: la huida en masa de su ejército (con matices, claro). 

A la producción no le falta de nada: escenarios impresionantes, amplio reparto con alguna que otra estrella, extras a millares, barcos de todo tonelaje, aviones persiguiéndose y bombardeando, hundimientos, música de Zimmer y una exquisita integración de todo ello en la postpro.  

La historia, centrándonos en la supervivencia de un personaje que abre y cierra la película, es muy interesante, porque cualquiera puede empatizar con ese "a ver cómo coño salgo vivo de aquí".

Pero la ventaja de que dirija Nolan es también el inconveniente. A Christopher no le basta con narrar con solvencia un hecho cierto y duro. Tenemos que ponerle una chispa de trascendencia enigmática, en la estructura narrativa, en la banda sonora, en los silencios atormentados (¿pueden ser de otro modo en una situación así?). 

La película podría terminar en el vuelo a hélice parada y la estética poderosísima de esa imagen hubiera dejado la película en alto. Pero el negocio obliga a encadenar tantos finales como acciones paralelas o desordenadas hay en liza. Apurarlas es innecesario, ya se sabe lo que depara cada una. Sabemos que el chico saldrá en la prensa local, que el ruido de los cazas pone los pelos de punta a quien sigue en la playa, que los ingleses se sentirán orgullosos de su ejército incluso en la derrota.

Esto es Hollywood: La espectacularidad a toda costa -aunque ésta es una espectacularidad medida, fascinante y oportuna-, los mensajes bien claritos, el sabor de boca a palomita de julio.

Para mí, la discusión sobre cómo se aligera el peso de un barco agujereado, los desertores mojándose, la selección de los que zarpan, la carrera con la camilla o el comportamiento del viejo marinero y el avión solitario son las maestrías que le arranca el director a Dunkerke. Lo demás es temor a la taquilla. 

Un temor relativo, claro, es una peli de Nolan, experto en joyería del siglo XXI.


sábado, 15 de julio de 2017

La guerra del planeta de los simios


De nuevo los simios dando lecciones, de lo que debe ser un taquillazo veraniego, se entiende.

Claridad y coherencia narrativas. Prodigio técnico insuperable. Personajes entendibles e interesantes. Buen enganche a la primera de Heston, pero sin subrayado. Un ritmo perfecto en la primera mitad y lógico, aunque lento en comparación, en la segunda.

Explosiones, claro, y gordas, pero donde tocan.

Sólo tres peros:
- Música demasiado presente (definitivamente, en Hollywood ya sustituye a las emociones enlatadas).
- Después de verlas todas, no sé de dónde viene la expresión "follar como monos"
- A César debieron llamarle Moisés.


viernes, 14 de julio de 2017

Casi leyendas


Ésta es de las que en el mundo hispano, cuando la realiza nuestro propio cine, no nos la creemos, pero cuando la hacen los anglosajones se puede tolerar y a muchos hasta les gusta.

Un ejemplo clarísimo de lo que hace un reparto carismático por universal (o sea, de Hollywood) y un presupuesto gordo, por una historia blanda que se vuelve más buenista a medida que avanza su metraje.

La vi hace pocos días, en Netflix, y los momentos de humor propiciados por la sinceridad sin edulcorar del personaje de Segura son en su mayoría buenos. Peretti es un intérprete notable, pero le toca una de las vertientes del guión que más se azucara (salvo que comparta plano con Segura). Y el que hace de guapo…, vaya, no es Darín.

Con un guión más medidito y una dirección y montaje finos, les hubiera quedado mucho mejor (hubiera sido otra película, claro). Aunque ya digo, los norteamericanos (y algún actor inglés, para ponerle especias), son los verdaderos reyes en esto del “cuando tiramos de bondad, se os saltan las lágrimas”.

En salas, por descontado, no la vio ni el tato. 
Ni yo.

miércoles, 12 de julio de 2017

lunes, 3 de julio de 2017

Gru 3

La 2 acusaba cierta fatiga, pero tenía historia. Eso se acabó: los minions, que siguen geniales, no mantienen una película entera a flote (salvo que sea enteramente suya).

Desde luego, el villano "ochenteisson" de ésta tercera es estupendo y daba para mucho más.

Banda sonora para los nostálgicos, aunque no se dediquen ya a las villanías de barrio (mi hermano mayor lleva en su coche la banda sonora de la cuarta, mejor aún que la que suena en la 3).

Lo demás, el mensaje agotadoramente familiar que los niños que van a verla no quieren ver.

Así que no hace falta consumirla entera y en butaca. Lo bueno de la película, que lo tiene, acabará en youtube, si no se exhibe ya en ese canal de moda, cementerio de elefantes.

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