El director tiene pulso y la película medios. El ritmo sólo se remansa unos minutos, aunque lo entiendes al final. El reparto es muy aseado, con tres infalibles al mando, incluso dándose el lujo de desaprovechar a alguno de ellos. En fin, todo muy Netflix.
Lo malo son los gazapos (esas
llaves, esa trampilla), y caprichos narrativos con justificaciones ajenas a la
historia misma (persecución al volante, lago helado… que aquí también sabemos
ser gringos y tal).
Lo mejor, la parte inicial, hasta que empiezan las licencias. Y que el nervio de la realización permite pasar por todas esas licencias y decisiones dudosas sin dejar de disfrutar. ¡Pero coño, el guión, el guión…!
Ese es el problema de esta película a mi juicio, las licencias, las licencias!
ResponderEliminarLas llaves, la carretera desierta, la trampilla, la "emboscada" en el pueblo abandonado, el arramplar con todos, policías incluidos un solo hombre solitario que se dibuja al final como buena persona, aunque esto último es lo de menos, el chícharo de le va a cualquiera en esa situación.
¡y qué me dices del fuego!
EliminarNo hay Central, no interviene, ni un inhibidor de frecuencia o alguna moñada que lo justifique.
El cazador sabe cuándo van a pasar y por dónde porque sí.
Las decisiones de matar, dear morir o intentar sonsacar van cambiando caprichosamente,...
En fin, un no parar
Aunque ya digo que se sigue con bastante agrado, porque no es un tv-movie de Antena 3, que bien podría con otro reparto: al fin y al cabo, hay un lago.