jueves, 23 de julio de 2020

Mark Ruffalo


Me cae bien este tipo. Parece esa clase de actor con el que te irías de cañas y, probablemente, el revuelo por entrar en un viejo pub o una tasca de barrio sería rapidito, poco hostil, y al cabo de cinco o diez minutos se podría charlar con relajo de cosas interesantes no vinculadas al Cine y hasta hacer coñitas con los parroquianos.


Ahora tiene 52 palos, uno más que yo. Y se tomó su carrera con talento, perseverancia y suerte, aunque la última tardó lo suyo en aparecer. Se fue colando poco a poco en éxitos independientes o de Estudio, de crítica, de público o de ambas cosas, haciendo papelitos o secundarios o coprotagonistas chulos.


Hablamos de los tiempos de Mi vida sin mí (me encantó bailar contigo, qué gran frase final para que un actor la lea en la carta de la amada desaparecida, si tiene la fragilidad y la entereza de Ruffalo). Los tiempos de Eternal Sunshine of the Spotless Mind (en la que Jim  Carrey y Kate Winslet, amén del director estrella Michel Gondry y el guionista diva Charlie Kaufman lo acaparaban todo), Collateral, de Mann, Cruise y  Foxx (¿se tomaría unos cacharros con Bardem, hablando de sus por entonces tangenciales carreras en "la Meca"?).


Además, hizo sus pinitos por Broadway en 2006, consiguió dirigir Sympathy for Delicious con corrección, para entonces 2009, fue lo más interesante de Los chicos están bien (y eso que se batía con Julianne Moore y Annette Benning), se coló en Shutter Island de Scorsese y Di Caprio… 


Buenos avances en una carrera de fondo que le llevó hasta Marvel, Los Vengadores, Banner y Hulk. Reemplazaba en el papel de mala bestia de los rayos gamma a Edward Norton, que aún debe estar mordiendo esquinas de rabia. En la última década, mientras repartía mandobles en croma y seducía como Banner a Scarlett -viuda negra- Johansson con su lado sensible, se apuntó a la estupenda Begin Again y cedió protagonismo en Foxcatcher. Acabada la saga marvelita, estrenó Aguas oscuras, pequeña, concienciada y solvente.


No sé cuáles son sus planes, pero tenemos pendientes unas cañas. Aunque quizá no hablemos especialmente de Cine.


1 comentario:

  1. Cierto, este tío cae bien.
    Acaparó mi atención en Shutter Island, a partir de ahí supe ponerle nombre a su rostro, mucha gente lo habrá hecho después de las pelis marvelitas.
    También con esa película de Scorsese me quedo claro que Di Caprio era un actor fuera de lo común, con El Lobo de Wall Street me pareció de otro planeta.

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