Los hermanos Alenda estrenaron su primer largo en el penúltimo Festival de Málaga, el de 2018, donde Sin
Fin se levantó dos buenos premios (el de mejor ópera prima, el de mejor actor a Javier Rey). Además, cosecharon nominaciones a los Goya y los Feroz celebrados ya en el 2019.
Ahora ofrecen gratis la posibilidad
de ver la película a cualquier interesado en hacerlo durante el encierro
antiviral. Les he escrito a solitafilms@solitafilm.com
para disfutarla con las románticas de mi familia y ellos me han pasado la clave para vimeo.
Así de fácil.
Javier Rey parecía un valor comercial seguro después de su Sito de Fariña. Lo es en lo actoral, aunque la taquilla no respondiese. María León lleva años brillando en
cuanto la película se lo permita y ésta lo hace. De hecho, es una película de
intérpretes. Hay más, claro, pero los dos protagonistas, él y ella, ella y él,
acaparan la pantalla y aportan toda la química que se necesita para transigir
con los viajes espacio-temporales. Esos viajes que decoran más en el cine americano, con
sus laboratorios rutilantes, sus bandas sonoras intensitas, sus descargas
eléctricas y sus desapariciones tubulares.
Aquí de eso no hay nada, ni se
necesita. Unos pocos detalles de casting y un brillante toque de guión a mitad
del metraje son suficientes. Los recuerdos de la mochila son bonitos, aunque rocen lo inverosímil
en algún objeto conservado durante años. Da igual, ayudan a la historia de amor,
que es la que importa. Esa está bien lograda y podría funcionar sin ci-fi, porque la
premisa de mostrar el primer día y el último de una pareja se basta por si sola.
En medio de esos dos días de los amantes es donde se esconde siempre el auténtico “Sin Fin”.
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